Yono voy a la oficina en traje, yo vivo en traje

“Sweet dreams are made of this” (“Los dulces sueños están hechos de esto”), cantaba Annie Lennox en 1983 enfundada en un traje negro, tan serio y solemne como puedas imaginar. Parece que durante mucho tiempo, demasiado, hemos creído en la formalidad implícita que traslada un pantalón con su chaqueta a juego. Hasta hoy. Ver en ella un signo de los tiempos y evolucionar hacia una escena mucho más amplia es un camino necesario y un reflejo también de esta sociedad que busca desencorsetarse. Pensar en traje, hasta ahora, era pensar en la novela de los cincuenta El hombre del traje gris, donde Sloan Wilson dibuja una sociedad en la que la multitud camina por las calles de Nueva York en trajes de franela, muy Don Draper, pero sin meta, adormilados y absortos en la idea de la rutina laboral. De ahí a ¡vivir en traje! (léase con entusiasmo) hay un salto mental necesario por el que merece la pena arriesgarse. ¿Por qué no convertirlo en nuestro nuevo uniforme vital con el que salir de noche, pasear de día, ir a un festival de música o a desayunar un sábado por la mañana? La industria de la moda lleva varias temporadas sacando sus trajes a pasear, y no por la oficina. La precisión técnica de Celine, Dries Van Noten y Balenciaga convive con otras siluetas más orgánicas e inesperadas, como las de Pyer Moss o J.W. Anderson, por colores o estampados, con faldas midi y hasta bermudas. Lo que es un sueño es poder hablar de un símbolo del empoderamiento y el vestida para triunfar desde un punto de vista más relajado, en otro nivel, lo que me lleva a otra canción que, curisosamente, también habla de sueños: “Last night I have a dream, we were inseparably entwined [...] Like two atoms in a molecule. Inseparably combined.” ( “Anoche tuve un sueño, estábamos inseparablemente entrelazados [...] como dos átomos en una molécula. Inseparablemente combinados”), de Noah and the whale. ¿Y si hablase de ti como uno de esos átomos y tu traje fuera el otro, combinados e inseparables? Eso sí que sería un sueño... El imaginario estético de los noventa nos recuerda la noche en que Julia Roberts recogía el Globo de oro por su intrepretación de Shelby en Magnolias de Acero. Su traje oversize rompía los estereotipos de una alfombra roja poco acostumbrada a ese tipo de uniforme femenino. Otros iconos lo habían hecho antes, pero ninguno como Julia. Hoy, en 2020, imagino una entrevista de estilo con Tilda Swinton. La actriz, acostumbrada a hacer performance y jugar a la moda más conceptual, ¿qué me diría? “Tenemos que hablar de Kevin del traje...” Y es que si confías en él como candidato a look de la nueva década, serás entonces de las que cante: “Suit dreams are made of this” (“El traje de tus sueños está hecho de esto”).