QUE NACIÓ SIENDO UN NIÑO Y QUE LUCHÓ POR SER LA MEJOR BAILARINA
Es uno de los homenajes más bonitos a quienes nacieron sintiéndose diferentes.
Hay una escena en esta estupenda película belga que refleja el tortuoso camino que conlleva ser una persona transexual hoy en día. Su protagonista se llama Lara y es una joven trans de 15 años enamorada de la danza y que vive en conflicto por asumir su propia identidad de género. Un día, en plena discusión con su hermano pequeño, este utiliza su deadname (el nombre dado a una persona trans al nacer), Victor, para hacerle daño. Y lo consigue. También hay que decir que la violencia que sufre Lara no es tanto de los demás (su familia la quiere y la acepta tal y como es) sino más bien de sí misma: se autolesiona y usa esparadrapo para ocultar su pene. Otro de los momentos más reveladores es cuando Lara se ducha junto a sus compañeras de baile y, aunque ellas le han asegurado que no tienen problema con que se duche allí, la joven es incapaz de darse la vuelta para mostrar su pecho plano y desnudo al resto. Pero si alguien sobresale por encima de todo es el actor y bailarín cisgénero Victor Polster, encargado de dar vida a Lara y que debuta en esta cinta. De hecho, su director y guionista, Lukas Dhont, cuenta que el casting se realizó sin tener en cuenta el género y que Polster fue el único capaz de desplegar la excelencia necesaria tanto en el baile como en la interpretación para meterse en la piel de Lara. Es complicadísimo transmitir esa impaciencia hacia los cambios que están por venir, la ansiedad que se tiene a los 15 años cuando alguien no está a gusto con un cuerpo que siempre le han dicho que es masculino. Ese sacrificio corporal exigido por sus maestros de danza y que Lara afronta con su mejor sonrisa y una aparente serenidad es uno de los homenajes más bonitos que se han hecho en el cine hacia esas personas que nacieron sintiéndose diferentes. Girl está disponible en Netflix.