Glamour (Spain)

Del olvido a la euforia

- TEXTO: GEMA HOSPIDO

El cine firmado por mujeres levanta más interés que nunca en productore­s, premios, crítica y público, pero ¿es oro todo lo que reluce? O nos encontramo­s ante un espejismo o una campaña de lavado de imagen. Clara Roquet, Alauda Ruiz de Azúa y Helher Escribano debaten con GLAMOUR sobre el actual papel de la mujer en el séptimo arte.

En 1893, Alice Guy-blaché se encaminó decidida a las o cinas de Comptoir Général de Photograph­ie, en París, buscaban secretaria y ella con apenas 20 años debía encontrar sustento. No la recibió el director, no estaba, pero en su lugar lo hizo Léon Gaumont quien intentó deshacerse de ella aludiendo que el puesto era muy importante y ella demasiado joven, Alice le contestó decidida: “Señor, se me pasará”. Dos años después, la primera proyección de los hermanos Lumière, a la que asistiría, sería la chispa que despertarí­a el genio de esta mujer: pionera en crear películas de cción, de musicales, de gags cómicos, en rodar con efectos especiales, en montar una productora en Hollywood… Y olvidada. Borrada. Hasta que su vida se convirtió en documental, en 2018 (La Pionera, Pamela B.green), y el mundo se sorprendió de semejante destierro. Han pasado 126 años desde que Alice estrenara su primera película, La Fée aux Choux, un exitazo, y las cineastas siguen teniendo que ser más decididas, preparadas y audaces que los realizador­es, prueba de ello son Clara Roquet, Alauda Ruiz de Azúa y Helher Escribano. ¿Cuánto se ha avanzado realmente? “Sí, ha

“Es un espejismo, después ves las cifras del informe de CIMA y tan solo somos un 19% de directoras” Clara Roquet

“Hemos pasado de no interesar nada, a de repente ser el centro de atención” Alauda Ruiz de Azúa

habido una evolución muy clara, hay medidas que han funcionado y se ha notado, yo lo he notado mucho como directora: de no interesar a interesar muchísimo, porque por el hecho de ser directora y guionista, u ópera primera, de repente tiene interés a la hora de levantar un proyecto. No sé si tanto como maquillar, puede ser que sí haya una euforia que no es real, una sensación como de ya lo hemos conseguido, esto ya se ha terminado y no, yo creo que está empezando”, nos contesta Alauda Ruiz de Azúa, directora de Cinco Lobitos, lme que ha arrasado en el Festival de Málaga con la Biznaga de Oro a la Mejor película y guion, el premio de interpreta­ción para Laia Costa y Susi Sánchez y el premio del Público. Un proyecto de cinco años, intimista, que habla con una sinceridad cortante de la maternidad y de las relaciones entre madres e hijas, una historia dura, intensa, pero bella: “En este tipo de historias, que al

nal son historia de relaciones personales, hay siempre el riesgo de irte al melodrama, pero la palabra honestidad era como muy clave en mi código, en mi esquema creativo todo el rato, desde que empecé a escribir me impuse esta ley, si no me parecía honesto, tenía que parar, tenía que repensarlo, tenía que ver qué no estaba funcionand­o. La honestidad también se tradujo en una estética muy naturalist­a, en un determinad­o vestuario, incluso, por ejemplo, Laia Costa (Amaia) sale a cara lavada en prácticame­nte toda la película, porque lo hablé con ella, estábamos hablando de una madre de verdad en sus primeros meses, con esa cara, esos cuerpos, todo esto”.

Clara Roquet también se ha estrenado este año en el mundo de los largometra­jes como directora, tras apuntar maneras con su corto El adiós (2016, Espiga de Oro de Cortometra­je en SEMINCI 2016), ha debutado con Libertad (Premio Goya a Mejor dirección Novel y a Mejor actriz de reparto), ella también ha sentido la presión de tener que estar más preparada, tema que discute con sus amigas, también realizador­as de cine, cuando se reúnen para compartir experienci­as en Barcelona: “Hemos crecido juntas, nos llamamos para ver si te puedes leer los guiones, si te puedes mirar este corte, qué te parece tal. Hablamos mucho de la necesidad de dar un espacio bastante grande para entender que te puedes equivocar. Que no siempre te sientas que tienes que ser la primera de la clase. Porque hay muchas pelis malas hechas por hombres y porque nosotras no necesitamo­s estar siempre bien. Creo que lo que está pasando en el cine es un re ejo de lo que está ocurriendo en la sociedad en muchos niveles. Pero hay cierta sensación de euforia, que es lo que representa­n los premios. Hay una cierta sensación de espejismo porque no es la realidad. Después ves el informe de CIMA de este año y compruebas que solo el 19% de las películas fueron dirigidas por mujeres [34 mujeres, vs. 141 hombre]. Yo tengo una teoría que es: nos cuesta llegar tanto allí que cuando llegas tienes que ser la más preparada, la que más se ha pensado el proyecto, la que más vueltas le ha dado. Porque si no, pues no te sientes segura ya que sabes que es muy difícil. Aunque seamos

“YA Nome da rabia, si tú no ves el valor que hay en mí, tú te lo pierdes” Helher Escribano

poquitas, nos termina yendo bien ya que sentimos que tenemos que estar sumamente preparadas”, discurre esta antigua alumna de la Universida­d de Columbia de NY cuya película es una crítica re exiva sobre los privilegio­s de clase y el tesoro que es para las mujeres la amistad entre nosotras: “Sí, últimament­e estoy pensando en lo sanadora que es la energía y la amistad femeninas. Aunque a veces estamos muy obsesionad­as con los hombres porque es lo que nos han enseñado. Pero hay momentos en los que das un paso hacia atrás y dices: ‘No’. Para mí la fuerza está aquí. De hecho, hay una frase en la película que me da mucha risa y no la escribí yo, sino que la improvisó la actriz Nicole, que hace de Libertad, en una escena Nora le dice: ‘¿Qué pasa con Manuel?’, y Libertad contesta: ‘¡Qué importa Manuel!’.”

Sin referentes que nos hayan enseñado a ser jefas, ¿cómo se consigue? “En los principios del festival yo iba con mi padre y se dirigían siempre a él. Antes me daba mucha rabia, pero ya me da igual, si tú no ves el valor, entonces, tú te lo pierdes. El primer año del festival fue muy difícil, la gente de Ibiza me decía que cómo se me ocurría algo así, que nada parecido se había hecho aquí antes, ‘eres demasiado joven’, ‘comienzas la casa por el tejado’. En lugar de animarme me cerraban la puerta”, nos con esa Helher Escribano, directora de fotografía y directora y alma de Ibicine, el Festival de Cine de Ibiza más importante de las islas, que cumple 5 años por todo lo grande, con presentaci­ón previa en el Festival de Cannes. “Creo que ha habido una evolución, sí, la ha habido, pero pienso que no se re eja tanto. En el cine, mujeres siempre hay detrás. El problema es que por lo general sabemos quién es la directora o el director, pero del equipo se conoce muy poco”, Escribano enfatiza el incremento de mujeres en los puestos técnicos, otro bastión masculino que poco a poco deja abierta la puerta a la paridad de géneros.

No tarda en llegar el tema de la maternidad, pero esta vez no como trama de cción, aunque la conciliaci­ón en este sector bien lo parece: “Todas nosotras estamos postergand­o la maternidad, nadie le pregunta a un director ¿tienes hijos? El mejor tiempo en tu carrera suele ser, o el momento de despegue, entre los 30 y 40. Y ese es el momento que debes tener hijos. Y me pasa muchas veces que veo directores con 35- 38 años y me pregunto ¿y esta gente, sus hijos, quién los estará cuidando? Y bueno, claro, hay una mujer detrás que está cuidando a sus niños. Entonces pienso que se me haría muy extraño irme medio año a hacer una película sin ver a mi hijo, pero este pensamient­o ellos no lo tienen. Esto, en el mercado, es una ventaja. Debemos repensar cómo gestionar la maternidad si es que queremos más mujeres en la industria. A lo mejor tener guarderías en el set, o ver cómo facilitar la conciliaci­ón familiar con horarios más lógicos”. Alauda continúa el hilo con otro enfoque: “Somos la transición, es verdad que cuando haces un retrato generacion­al, lógicament­e, salen las cosas que no están funcionand­o, la problemáti­ca con la que se encuentra nuestra generación, ahora, es que existe un modelo creado por nuestras madres y nuestros padres que venían de uno tradiciona­l que era desigual para una parte, pero que funcionaba, y nosotras somos la generación que está rede niendo el modelo. Mientras, seguimos criando, porque la crianza no para, pero todavía no hemos generado un nuevo modelo que funcione para todos y al mismo tiempo. Ade

más, creo que nos pasa una cosa bonita que sale en la película (Cinco Lobitos), que tanto ellos como ellas, son consciente­s de que eso está pasando, pero no se puede parar el día a día con un niño, entonces, es verdad que él lo tiene más fácil para reincorpor­arse al mercado laboral, que suele ser así, porque ellas, bueno, nosotras a veces pagamos el peaje de los primeros meses de crianza”.

La conversaci­ón da siempre para más y despedirno­s nos cuesta, todavía hay mucho por lo que luchar y aunque de vez en cuando se echa la mirada hacia atrás, para comprobar el camino recorrido, nuestras protagonis­tas son de jar metas en el futuro. Helher, preparando su salto al largometra­je como directora, mientras infatigabl­e pone en el mapa cinematogr­á co a su amada isla, Ibiza; Alauda, cuando la entrevista­mos, acababa de nalizar el rodaje de Eres tú, su primera comedia. Y Clara ya está metida en su nueva película, que tendrá un gran presupuest­o, y en una serie. Ahora son solo el 19%, pero gracias a ellas pronto olvidaremo­s ese paupérrimo porcentaje.

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