El amor existe
La separación de los Alcántara hizo más daño al romanticismo que 500 días juntos. Pero tranquilo: esta temporada todo se arregla.
Los nacidos entre los 60 y los 80 crecimos pensando que la gente moría de vieja, los trabajos eran para siempre y los matrimonios duraban toda la vida. Qué grandes mentiras. Varias décadas después, Cuéntame cómo pasó nos devolvió –a razón de capítulo por semana– a aquel estado de ingenuidad salpicado de flamencas que bailan sobre televisores, tapetes de ganchillo y azulejos con motivos imposibles. Entrega tras entrega, la trama avanzó peligrosamente rápido (la serie corre el riesgo de convertirse en breve en una versión novelada del Telediario de anoche), Antonio Alcántara hizo bueno aquel verso de Astrud de "hay un hombre en España que lo hace todo" y las aventuras y desventuras de su familia se convertían en un espejo en el que podía mirarse todo un país e irse a la cama con una sonrisa. Hasta que le pusieron los cuernos a Merche. Un pueblo puede soportar casos de corrupción, plagas de ébola e, incluso, un nuevo disco de Ramoncín. Pero no la separación de los Alcántara. Por suerte, en esta temporada todo vuelve a su cauce. Antoñito convertido en un Pelayo de las reconciliaciones. El amor (aun) existe.