Jaime, el deseado
Lo nuestro es detectar tipos cosmopolitas. Aquí, Jaime Beriestain, uno de los grandes.
Podría decirse que cada ciudad y cada época tienen su propio interiorista, ese al que todos quieren redecorando sus vidas o dando personalidad al hotel, restaurante y tienda del momento. Jaime Beriestain (Santiago de Chile, 1969) es el deseado en el aquí y ahora de Barcelona… y otras urbes sofisticadas, de Niza a Tánger, de Sevilla a Budapest, de Santander a Turín. Nos encontramos en el café que lleva su nombre, concept store en el que a diario se deja ver la gente guapa de la Ciudad Condal, entre muebles vintage , alfombras mágicas, flores exóticas, libros irresistibles, velas sugerentes, papelería exquisita y delicatessen varias a la carta.
Criado en el seno de una familia acomodada y de gustos refinados, Beriestain, de inequívocas raíces vascas, pronto comprendió que tenía la obligación de trazar su propio camino, pero no olvida a toda esa gente "que creyó en mí y supo enseñarme a ir más allá de mis límites". Porque esa es otra de sus principales señas de identidad, el desafiarse constantemente a sí mismo sin adocenarse en éxitos pasados. "Mi trabajo consiste en observar y encontrar piezas únicas entre la sobresaturación de información. Se suele decir que el amor no se busca, sino que se reconoce. A mí me ocurre igual con los objetos que forman parte de mi universo: los reconozco entre la multitud". Un cazador de belleza obsesionado con crear universos "acogedores, cálidos y atemporales" y un tipo generoso capaz de compartir su secreto infalible a la hora de decorar: "Las piezas especiales son clave porque que impactan, dan ritmo a la estancia y dicen mucho de la persona que las ha elegido". ¿Y tú, ya has encontrado tu pieza especial?