Razones para volver a la ficción española
Presumir de tus maratones en V. O. S. está genial, pero no cierres las puertas a las series de aquí: algunas son realmente buenas.
Espléndida, lujosa, novedosa y técnicamente sobresaliente". "La serie más vista del año". "La historia que emocionó a Spielberg". Estos titulares podrían referirse a producciones de HBO o BBC, pero no, hablan de series españolas. Porque, al contrario de la creencia –más esnob que popular– de que los fenómenos catódicos vienen de fuera, la ficción televisiva nacional ha dado un gran salto de calidad en los últimos años, hasta convertirse en favorita del público y en hervidero de ideas y talentos para los cazadores de éxitos más allá de nuestras fronteras.
El título que marcó un antes y un después en la producción de series en España fue El tiempo entre costuras, la adaptación televisiva de la novela de María Dueñas, que estrenó TVE a finales de 2013. Si bien es cierto que habían existido dignos y numerosos intentos de apostar por formatos más innovadores, hasta la fecha la ficción televisiva patria se había regido por una fórmula de éxito instaurada en los 90: entornos cotidianos, personajes fácilmente identificables e historias más o menos universales para solaz de las grandes audiencias.
Iñaki Mercero, hijo de Antonio y uno de los directores de El tiempo entre costuras y El príncipe, explica aquel modelo: "La televisión privada convirtió la ficción nacional en industria y aumentó mucho la producción. Imitábamos el modelo americano, pero adaptábamos las tramas y los personajes a la realidad española para que el espectador se sintiese identificado".
MEJOR HISTORIAS VALIENTES
Mercero desgrana las claves que han motivado el cambio de tendencia en los últimos años: "El público daba muestras de cansancio y eso nos obligó a ser más valientes con las historias. En ese sentido, el salto cualitativo de las series americanas ha sido de gran ayuda. Y, finalmente, la mejora de la tecnología digital, que nos equipara casi al cine, y las nuevas estrategias de promoción de las cadenas, han atraído a más espectadores". Coincide con él César Benítez, creador de El príncipe, quien además apunta que "el mercado español es muy pequeño, y el gran reto es hacer que crezca, intentando que nuestras series viajen cada vez más y se vean en más países. Eso nos permitirá ser más ambiciosos en nuestras ficciones".
Uno de los que ha conseguido que su serie se vea fuera de nuestro territorio es Albert Espinosa, creador de Polseres vermelles (Pulseras rojas), que se emitió originalmente en TV3 y ha conquistado un buen puñado de países hasta convertirse en la primera serie española en tener un remake estadounidense. Y producido por Steven Spielberg. "La historia le emocionó porque hablaba de luchas y valores que él utiliza en sus películas. Y, sobre todo, porque los protagonistas eran los niños y no los doctores".
La última gran apuesta internacional de la ficción española es Refugiados, la primera coproducción de BBC en Europa, y que tendrá su estreno mundial próximamente en La Sexta. Esta serie de ciencia ficción apocalíptica, protagonizada por un elenco internacional que encabeza Natalia Tena, "está pensada para un público más cercano a los canales de cable, más populares en EE UU o Reino Unido", explica su productor, Ramón Campos. En su opinión, la diferencia entre las producciones nacionales y las extranjeras está en la cultura audiovisual de los espectadores, "en lo que podemos contar al público que ve nuestros productos. Confío en que Refugiados sea un éxito y abra una nueva vía de mercado".