GQ (Spain)

Cómo mantener a raya tu armario

Se acerca el buen tiempo y, con él, el temido cambio de temporada en tu armario. ¿Por qué no aprovechas para sacarle el máximo partido? Te explicamos cómo hacerlo paso a paso.

- Por ALFREDO MURILLO

1 Trátalo como si fuera tu propia tienda Se acabaron los sudores fríos y el correr despavorid­o a hacerle un placaje a tus invitados cuando hacen el gesto de abrir tu armario. Tienes que cambiar de una vez tu forma de pensar y dejar de usar este espacio de vital importanci­a en tu vida como si fuera un trastero al que lanzar cosas para recoger rápidament­e. Plantéate lo que un armario bien organizado hace por ti: es capaz de mostrarte cuáles son los puntos fuertes y débiles de tu estilo para darte pistas en futuras compras, te facilita la tarea de elegir tu ropa en el día a día –con el consiguien­te ahorro de tiempo– y hace que te resulte más cómodo encontrar esos zapatos que has perdido de vista hace ya meses y que estás seguro de que están en algún sitio. Imagina que tu armario, ya sea un enorme vestidor o un pequeño perchero a los pies de tu cama, es tu propia tienda. Una tienda que debes mantener organizada si quieres que los clientes –tú, en este caso– tengan una experienci­a de compra satisfacto­ria.y lo mejor: todo en ella es gratis.

2 ¿Hola? ¿Hay alguien ahí dentro? Al igual que cuando nos enfrentamo­s a un nuevo proyecto, lo primero que necesitamo­s es un informe de la situación. ¿Qué se esconde tras las puertas de tu armario? Ponte manos a la obra y desaloja por completo el espacio hasta que no haya nada en él. ¿Has conseguido dejarlo vacío sin perderte en el interior? Pues ahora toca hacer inventario y clasificar todo lo que, con toda seguridad, habías acumulado a lo largo de todo este tiempo. Con tu armario recién reseteado, quizá sea buen momento para darle un nuevo aspecto a su interior. Ármate con pintura y brocha y soluciona el problema de luz del que adolecen la mayoría de los roperos convirtien­do así tu armario en un lienzo en blanco sobre el que tus prendas favoritas podrán brillar con luz propia.

3 Ha llegado el momento de decir adiós Todos hemos comprado ropa que parecía perfecta para nosotros en la tienda pero que al llegar a casa parece no llevarse del todo bien con nuestro cuerpo. O esas prendas cuya compra justificam­os con un "seguro que encuentro alguna ocasión para usarla". Pues bien, sentimos decirte que, si en el último año no has encontrado ocasión, es que esa ocasión nunca va a existir. Deshazte de toda esa ropa que ya no usas y gana espacio para que los verdaderos protagonis­tas puedan campar a sus anchas. Y sí, nadie discute que esa camiseta de Barcelona '92 pudo tener su gracia en algún punto de tu vida, pero ha llegado el momento de dejarla marchar.

4 Tu ropa también tiene sentimient­os

5 Consigue un poco de espacio extra

¿Acaso crees que tus camisetas no lloran cuando ven el trato de preferenci­a que le das a camisas y trajes colgándolo­s en perchas? Ahora que has entendido que camisetas y sudaderas pueden ser un bien igual de preciado que una camisa, dales lo que merecen y no las amontones en cualquier cajón. Cuidado, no vale cualquier percha. Esa camiseta de Givenchy de 620 € no puede reposar sobre algo que no sea madera… y de un grosor aceptable. Si has llegado a ese peligroso punto en el que tu capacidad para comprar ropa ha superado con creces a la capacidad de tu guardarrop­a, no desesperes, todavía tiene solución (aunque te recomendam­os que vuelvas a leer el punto tres). Hazte con un par de percheros móviles como los que estás acostumbra­do a ver en las tiendas y colócalos contra la pared del dormitorio. Puedes encontrar algunos realmente baratos en la mayoría de grandes almacenes y conseguirá­n que elegir qué ponerte cada mañana sea casi como salir de compras.

6 Ten a mano tus herramient­as de trabajo

De la misma manera que no guardas el secador en un cajón de la cocina, no tiene sentido que los utensilios que usas para vestirte estén lejos del sitio en el que sueles componerte de manera habitual.tu calzador, el rodillo quitapelus­as o incluso la plancha no deberían estar ubicados en cualquier lugar de la casa, sino cerca del espacio en el que los vas a utilizar. Así que recuerda reservar un hueco en tu armario para tus herramient­as.

7 ¿Alguien ha visto mis llaves de casa?

Quizá no te suene la palabra 'vaciabolsi­llos' y tal vez por eso pasas la mitad de tu tiempo buscando las llaves, la cartera o el reloj. Esta pequeña bandeja en la que depositar todos los objetos que llevas encima al llegar a casa llegará hasta donde tu memoria no ha llegado nunca y conseguirá mantener todo en el sitio en el que debe estar. Además, es el regalo perfecto para ese amigo que lo tiene todo.

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