DÍA DEL PADRE Regalos
para ese tipo tan especial.
Si hay algo que conozco muy bien es ese rasgo común que comparten los débiles: están obsesionados con la idea de la satisfacción. Esos hombres y mujeres actúan como cuervos atraídos por todo lo que brilla". Esta reflexión de la novela Galveston , escrita por Nic Pizzolatto –creador de la serie True Detective –, describe muy bien la personalidad de ciertos actores de Hollywood. Esos que solo triunfan a golpe de blockbuster y viven auténticos episodios de pánico si la industria los tiene en barbecho. No es el caso de Colin Farrell (Dublín, 1976), un intérprete incorruptible que, en sus 15 años de carrera, se ha ganado a pulso ser incluido en otra categoría muy diferente de hombres: la de los tipos duros y honestos.
Pizzolatto acaba de ficharlo para la segunda temporada de True Detective –el estreno está previsto para el verano–, en la que dará vida a un defensor del orden intachable que sobrevive bajo el yugo de un comisario mafioso. Quien saltó a la fama por dar el pego como chico malo trabaja hoy en papeles que se avienen a su verdadero carácter, el de tipo íntegro. Un rasgo que Dolce & Gabbana ha querido identificar con su nueva fragancia, Intenso. Hablamos con Farrell para conocer su incursión en las lides aromáticas y descubrir qué piensa sobre el éxito ahora que bordea la cuarentena.
CAMALEÓN HUMANO
La gracia de este actor se fundamenta en su fuerte capacidad para interpretar de igual forma a un buscarruidos y a un distinguido noble. "El reto de todo hombre consiste en aprender a conciliar su fuerza interior con su lado más sensible. A veces somos brutos, a veces vulnerables. Se trata de una dualidad basada en los contrastes, no en las contradicciones", asegura. La idea encaja tanto en su forma de ver el cine como la propia vida. Este hijo de futbolista se formó en Irlanda y debutó en Reino Unido. De allí saltó a Hollywood, donde se curtió en títulos como Tigerland o La guerra de Hart . Fue la película Minority Report la que le abrió las puertas de la fama. Más tarde llegaron Alejandro Magno , El sueño de Casandra o Escondidos en Brujas , en la que su papel de gánster atormentado le puso en bandeja el Globo de Oro. Hace poco estrenó La señorita Julia , junto a Jessica Chastain.
Quienes lo conocen ponen en valor su esfuerzo a la hora de solventar cualquier papeleta con olfato. Es un actor dotado para la metamorfosis, con un gran talento para exudar grandes dosis de verdad. Y quizás en esa honradez intelectual encontramos la fórmula de su atractivo. "La idea de la integridad va ligada a la de la sinceridad, dos valores que desembocan en la elegancia. Todo eso conforma el mismo planteamiento, algo que podría resumirse en la importancia de tratar a los demás de la misma forma que queremos que nos traten a nosotros", explica.
De aspecto recio y extremadamente cordial en las distancias cortas, Farrell es de esos profesionales del cine que se rinden a su instinto y acuden raudos a la llamada del destino sin importarles los premios que se negocian en los contratos o el número de espectadores que los verán según la distribución. De esta forma el descalabro emocional se mantiene lejos. Son capaces de soportar que el otoño les desnude y el invierno los deje tiritando, pero saben que la primavera les llenará de flores. Al fin y al cabo, la vida no se planea, simplemen-
"La idea de la integridad va ligada a la de la sinceridad, dos valores que desembocan en la elegancia"
te aparece. Y el guión del artista irlandés indica que ahora le toca dejarse querer por Domenico Dolce y Stefano Gabbana, de quienes solo dice palabras altisonantes. "Nos conocimos hace 14 años y siempre me han demostrado una generosidad bárbara. Creo en su trabajo, siempre apasionado, y en la responsabilidad que comporta representarlo", subraya Farrell.
QUIÉN DIJO MIEDO
La fama y las obligaciones que conlleva exponerse a la opinión pública son cuestiones que trata de afrontar con deportividad –y un poco de soberbia–. "Estoy demasiado ocupado preparando el almuerzo que mi hijo llevará al colegio", dice. No le quita el sueño el rosario de vulneraciones que últimamente sufren los actores de Hollywood, como la filtración de imágenes privadas del pasado año o la impunidad con la que algunos usuarios de redes sociales actúan. "Claro que son cosas despreciables, pero yo vivo sin miedo y no tengo nada que esconder. Prefiero centrarme en las mundanidades del día a día", explica. Sin embargo, prefiere dejar clara su postura y evita la equidistancia. "Que alguien arrebate algo a una persona sin su consentimiento merece ser tipificado como un delito", dice. Se refiere al Celebgate . "Robar imágenes privadas constituye una grave violación de la intimidad de las personas. Y en esto van a por ellas [las mujeres], porque no les interesa el pene de un actor. Todo eso convierte el asunto en algo más desagradable si cabe".
Dicen que la mejor manera de afrontar las adversidades y mantener el coco a raya es hacer lo que a uno le place. Y Colin Farrell ahí anda. El bigote que luce en True Detective ya se ha convertido en pasto de memes, pero hay algo que los espectadores nunca sabrán: que, gracias a Dolce & Gabbana, ese fulano del bigote, además, huele como Dios.
"El reto de todo hombre consiste en conciliar su fuerza interior con su lado más sensible. Es una dualidad basada en los contrastes"