LA VIDA REAL NO TIENE FILTROS
Si Instagram pretende ser la Polaroid de nuestro tiempo, los internautas del futuro lejano –2017– descubrirán que hubo una época en la que en todo el planeta solo se fotografiaban cuatro temas (platos de comida, paisajes moñas, mesas con cosis estrafalarias de colores primarios y cócteles de colores secundarios con una verdulería en la copa), y que debíamos estar viviendo algún tipo de invierno nuclear en el que todo estaba sobreexpuesto o devorado por tonos vintage. ¡Muerte al artificio cuqui, recuperemos Instagram! Subamos fotos de cocidos que lleven menos tiempo hacerlas que comerse lo que hay en el plato. Lo de 'Insta-' es por algo.