DRONES
En este mismo instante puede que haya uno sobre tu cabeza. Militares, profesionales o lúdicos, los drones son el juguete de moda.
¿Es un avión? ¡No! ¡Es el gadget
de moda!
¿Es un pájaro?
El primer avión no tripulado de combate de la historia –de ahora en adelante, dron– lo construyó Irán en su guerra contra Irak (1980-88). El artefacto llevaba consigo seis misiles RPG-7. A partir de ahí, las contiendas del mundo nunca volvieron a ser iguales. Lejos quedaban los modelos controlados por radio, prácticamente de juguete, creados por los ingenieros Lee De Forest y Ulises Armand en 1940, o los primeros prototipos de drones con fines militares (Praeirey Calere) desarrollados por el físico nuclear John Stuart Foster Jr. en 1973. La otra gran capacidad de los drones, más allá de escupir misiles, es la de espiar. Las guerras se han convertido en auténticos videojuegos en tiempo real –pregúntale a Carrie Mathison akala reina de los drones en Homeland– y quien dispara lo hace a miles de kilómetros desde algún confortable búnker atestado de pantallas. El siguiente paso lógico ha traído el invento hasta nuestras vidas en forma de divertimento. Los drones para el ocio se están volviendo ciertamente asequibles y vienen con una gran misión: conquistar el cielo sobre nuestras cabezas. Buen control y mejor vuelo.