Un minuto neoyorquino
La colección CT60 renueva la herencia relojera de Tiffany en un guiño al New York Minute, el símbolo que marcó el tiempo de los neoyorquinos en 1853.
Desde que Charles Lewis Tiffany abriera en 1837 su primera tienda en Nueva York, sus joyas han hecho suspirar a primeras damas, divas y aristócratas. Sus relojes comenzaron a producir un efecto no menos reverencial en 1853, año en el que la casa creó el New York Minute –60 segundos de posibilidad pura–, un reloj de casi tres metros que todavía hoy preside la entrada principal de la mítica tienda de la Quinta Avenida ("el mejor lugar del mundo, donde nada malo puede suceder", como decía el personaje de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes). Todo un símbolo urbano para los neoyorquinos que confiaban en este reloj público para regular el tiempo de sus vidas. Por suerte, este 2015 la colección CT60 rinde homenaje al legado y a las décadas de experiencia de su manufactura suiza de relojes, cuyos talleres se alojan en Ginebra desde 1874, al tiempo que se reinterpreta un reloj que fue regalado al presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt en 1945. Además de esta edición limitada a 60 piezas, la colección ofrece modelos femeninos y masculinos que incluyen un cronógrafo automático –función con la que la marca debutara en 1868 como primer crono de EE UU– que representa una actualización del histórico diseño de Tiffany.
POR BEATRIZ ROLDÁN