Imperio Richemont
Tres son los grupos que se reparten el millonario pastel del lujo en todo el mundo: LVMH, Kering y Richemont (el que aquí nos ocupa). La Compañía Financiera Richemont es una empresa suiza de bienes de lujo con sede en Ginebra, fundada en 1988 por el empresario sudafricano Anton Rupert. Tiene cinco áreas de negocio: joyas, relojes, moda, instrumentos de escritura y cuero y accesorios; y participa con un 18% en el capital de la tabacalera British American Tobacco.
En detalle, las cinco áreas de operaciones de Richemont implican las siguientes grandes marcas. Joyería: Cartier y Van Cleef & Arpels. Relojería especializada: Jaegerlecoultre, Piaget (también joyas), IWC Schaffhausen, Baume & Mercier, Vacheron Constantin, Officine Panerai y A. Lange & Söhne. Instrumentos de escritura: Montblanc (que despunta desde hace años en relojería y piel) y Montegrappa. Cuero y accesorios: Alfred Dunhill y Lancel. Y moda, que incluye a Chloé y Alaïa. Por lo que respecta a Polo Ralph Lauren, se ha creado una joint venture entre Richemont y Ralph Lauren –Watch and Jewellery Company– para la elaboración de relojes y joyería, de la que ambas empresas tienen el 50%.
Richemont es la octava compañía más grande de la bolsa suiza y en 2007 fue la tercera empresa de bienes de lujo más grande en el mundo, tras LVMH y Kering. El ejercicio económico 2013-14 cerró con una facturación bruta de 10.649 millones de euros, esto es, un 5% más que en el año precedente.
Al margen de las marcas que engloban y de las cifras que barajan, la diferencia entre Richemont y las otras compañías la dicta su presidente, Johann Rupert, hijo del fundador del imperio, conocido por su actitud retraída ante la prensa, lo que le valió el calificativo por parte del Financial Times de "huraño". Rara vez concede entrevistas y prefiere mantenerse al margen del foco de atención para recorrer el mundo y tomarle el pulso de una forma realista a las últimas tendencias. En 2006, nuevamente el Financial Times lo bautizó con otro epíteto: Rupert el Oso, porque vaticinó la caída de la bolsa dos años antes de que estallara la crisis de 2008 tras el cataclismo de Lehman Brothers.
Antes de dirigir el negocio familiar, Johann ayudó a su padre, Anton Rupert, a encaminar la compañía hacia los productos de lujo. A mediados de los años 70, mientras residía en Nueva York, conoció a la hija de uno de los dueños de Cartier, que estaba buscando inversores en un momento de incertidumbre mundial a nivel económico. A pesar de que no era su campo de acción, Johann aconsejó a su padre invertir en este nuevo segmento y acertó de pleno. Fue así como Cartier se convirtió en el centro de la organización de lo que acabaría siendo el grupo Richemont en 2002. Tras una primera inversión minoritaria, la familia adquirió participaciones en otras firmas como la británica Alfred Dunhill y la alemana Montblanc. En 1999 compró otra firma mítica: la casa joyera Van Cleef & Arpels.
A diferencia de sus competidores, no agrupa sus firmas para obtener mejores tarifas en el mercado publicitario, sino que mantiene la personalidad de cada empresa de manera independiente y elabora los artículos en las mismas fábricas y con los mismos artesanos que antaño.
En 2010 Rupert adquirió el 100% de Net-a-porter (net-a-porter.com), la web de moda valorada en más de 500 millones de dólares y el minorista de moda de lujo on-line más importante del mundo. En marzo de 2015, el grupo anuncia que se fusionará con su homólogo italiano Yoox SPA, pasando la empresa conjunta a denominarse como Grupo Yoox Net-a-porter y cotizará en la bolsa italiana.
El actual CEO del grupo suizo (anteriormente fue CEO en 2002, y de 2010 a 2012) se tomó 2013 como año sabático para dedicarse a los libros que nunca había podido leer, mientras su fortuna, según Forbes, se elevaba a 7.300 millones de dólares en 2015.
GQURIOSIDADES
• Rupert es exjugador de críquet y fundó la Laureus Sport for Good Foundation en 1990. Los fondos Laureus cuentan con 65 proyectos a nivel mundial con el objetivo de utilizar el deporte para hacer frente a los problemas sociales, en especial en niños desfavorecidos. • Cuando la revista Wallpaper describió la lengua afrikáans como "la más fea del mundo" (septiembre de 2005), Johann Rupert respondió retirando la publicidad de todas sus marcas de esta publicación.