Las rubias son para el verano DANIEL ENTRIALGO Director de GQ FIRMAS GQ
ESTE VERANO NOS HAN AYUDADO
UNO DE LOS RECURSOS QUE MÁS UTILIZAMOS los periodistas cuando necesitamos titular un artículo –como este que aquí comienza– de forma algo llamativa o curiosa (y no se nos ocurre nada mejor) es el de la (re)utilización de celebérrimos títulos de películas, canciones, programas de televisión o libros que todo el mundo conoce. No falla. Títulos inmortales que duermen latentes en una esquina de nuestro inconsciente colectivo pop y cuya simple mención despierta una inevitable sensación de familiaridad. Por supuesto, no basta con repetirlos sin más ni más. Hace falta darles un pequeño giro –apenas un juego de palabras– que mute de modo irónico el trasfondo pero que mantenga reconocible la estructura.
Por ejemplo, imaginemos que hemos escrito sobre esta fastidiosa moda actual de hacerse a uno mismo decenas de fotos sin parar con la cámara del móvil para luego subirlas al ciberespacio. ¿Cómo lo titularíamos? Veamos… [estoy pensando] ¿Qué os parece Selfie lo que hicisteis el último verano? ¿No os gusta? ¿Demasiado rebuscado? ¿Y Cómo conocí a vuestro Instagram? ¿Ese está bien, eh?
Pues no. Creedme. Esta manera de titular encierra un gran peligro. Puede crear adicción. No es broma. De repente, uno empieza a pensar en uno o dos como puro divertimento y cuando quiere darse cuenta su cabeza ya solo repite cosas tales como Cincuenta sombras de Twitter, Cariño, he encogido el iphone, ¿Quién se ha llevado mi cachopo?, Hipsteroscurocasinegro o Cómo ser cuñado y no morir en el intento.
Para colmo, la cosa empeora aun más durante estos meses estivales, cuando el calor nos hace obsesionarnos con la playa, los biquinis y las vacaciones. El verano y su temática nos toma prisioneros y ya no podemos parar. Crónica de un chapuzón anunciado, La sombra del chiringuito es alargada, La importancia de llamarse Guetta, Sexo, mentiras y cintas de todo incluido… Estamos poseídos.
Por eso necesitamos desconectar del trabajo, descansar la mente y disfrutar de las horas tranquilas. Quizá tomemos algo en una terraza mientras vemos ponerse el sol por el horizonte (¿he oído El amor en los tiempos del gin-tonic?); aprovechemos la orilla del mar para continuar con nuestras rutinas de runner y no perder la forma (ya se sabe, La soledad del corredor sin fondo); o regresemos a nuestras raíces para ver a los amigos y disfrutar de unas buenas fiestas populares (¿Ocho kalimotxos vascos?). ¡Dios mío! Creo que he entrado en bucle.
¡Me rindo! No puedo más. Seguiré con la tendencia y pondré a esta carta el título de una obra del gran Fernando Fernán-gómez, afirmando bien alto eso de que –como las bicicletas– las rubias son para el verano. Otra cosa no, pero de eso sí que entiendo; lo tengo comprobadísimo. Las rubias son para el verano. Las negras para el invierno. Y las tostadas, para cualquier momento. Porque…
¿Estamos hablando de cervezas, no? Viajamos hasta la India con el director del Men's Studio de Louis Vuitton para conocer las claves de estilo de la temporada en un exclusivo editorial captado íntegramente en blanco y negro. El resultado es brutal. Nos gusta que leas GQ de principio a fin y en orden, pero por una vez te vamos a pedir que saltes hasta el tema de portada y disfrutes de la sesión de este genial fotógrafo con nuestra rubia de verano, Erin Heatherton. Estos seres amarillos, charlatanes y muy, muy achuchables posan en exclusiva para nuestra portada alternativa y nos revelan las claves de su estilo, sus tácticas de seducción y por qué les apasionan las bananas. Apostamos por este talento gallego que actúa, enamora a la cámara y ahora también escribe. GQ publica su primera incursión en la narrativa, un relato de verano que recomendamos leer cerca de alguna orilla.
¡ENHORABUENA!
Juan Manuel García del Canto, de Madrid, es el ganador de nuestro concurso Vota los XVII Premios GQ de Cosmética Masculina. Para él y su acompañante: dos noches de lujo en el Hotel & Spa URSO de Madrid (hotelurso.com/es).