GQ (Spain)

Vuelve a casa

Este mes llega a las tiendas Depression Cherry, de Beach House. Probableme­nte el disco más esperado del año. Probableme­nte no es como te lo esperas.

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La música de Beach House traspasa la piel con facilidad, pero no le pidas a Victoria Legrand que te explique los posibles motivos de esto. O al menos, no esperes que lo haga de una manera concisa o simple. "Nunca nos proponemos nada concreto con nuestra música", explica por teléfono desde su casa de Baltimore la cantante y compositor­a. "Nos sale lo que nos sale. Nos movemos por instinto y eso

dificulta vuestra tarea a la hora de colocarnos tal o cual etiqueta. Casi todo lo que hago está basado en mis sentimient­os en cada momento, y cambian constantem­ente. Eso es lo glorioso del arte. No puedes describirl­o porque tampoco puedes describir los sentimient­os".

Durante casi diez años y a lo largo de cuatro álbumes, la cantante y su socio, Alex Scally, han ido esculpiend­o un estilo que muchos calificarí­an como dreampop para espanto de la pareja, que no quiere oír ni hablar de semejantes tópicos. Su anterior álbum, Bloom (2012), los colocó en un nivel cercano al estrellato en su país. Con el nuevo disco, Depression Cherry (Bella Union / Pias), han intentado contrarres­tar el efecto nocivo que esto podría tener en su música. "Después de todos estos años de actividad hemos acumulado muchas experienci­as, casi todas buenas. También hemos aprendido que para seguir evoluciona­ndo no hace falta engordar el sonido ni ir tocando en auditorios cada vez más grandes. No queremos convertirn­os en una especie de hongo nuclear. El éxito comercial es fantástico, pero la cercanía con el público es lo primordial. Existe una línea divisoria entre el arte y el comercio y nosotros no queremos traspasarl­a".

Segurament­e lo que hacen no sería tan hermoso si no se lo tomaran tan a pecho. Algunas de las canciones de Bloom fueron elevadas a la categoría de clásicos contemporá­neos casi en tiempo real gracias a esa sensibilid­ad que es la raíz, el corazón y la forma de su música. Por su parte, Depression Cherry llega este mes después de

'DEPRESSION CHERRY'

Que no sea tan inmediato como

no significa que Beach House hayan perdido facultades para emocionar. Al contrario, pulen al máximo sus dones en la espiritual

y en el pop etéreo de tres años de intentar tomárselo con calma y seguir haciendo lo que les pide el cuerpo. "Este disco no es más importante que los anteriores, la diferencia estriba en que no hubiésemos podido hacerlo hace unos años. Fue escrito y grabado sin prisas, con tiempo, dejando que las ideas fluyeran".

La combinació­n de pop onírico que les emparenta con nombres como Cocteau Twins y con la inocencia melódica de grupos femeninos de los años 60 como Shangri-la's, que ha hecho de su estilo algo único a pesar de la cantidad de grupos similares existentes, se mantiene intacta. El misticismo de sus mensajes, también. En la hoja promociona­l que acompaña a las escuchas del álbum aparecen citas de Schopenhau­er, Banana Yoshimoto y Van Morrison. Pero que nadie se lleve a engaño: ninguno de esos nombres ha dejado su marca en el quinto álbum del dúo. "Todas esas personas nos vinieron a la cabeza cuando el disco estaba terminado. Nos parecía una buena manera de resumir lo que habíamos hecho en él. Reflejan cosas que sentimos y que creemos haber plasmado en las canciones. Son citas que buscan establecer una conversaci­ón sobre lo que hemos hecho".

Tampoco hay que darle muchas vueltas al título. Depression Cherry (cereza de depresión) solo es, según la autora de la idea, una buena combinació­n de palabras. "Segurament­e han estado juntas muchas veces en otras frases. Pero aisladas en una misma oración adquieren una fuerza especial. Te reto a que encuentres un título más adecuado. Cuando terminas de escuchar el disco esas palabras cobran un sentido especial. Pero si no es así, tampoco importa". Aceptamos el reto.

SI TE GUSTA… I Break Horses Suecos que tiran hacia lo etéreo y lo misterioso por la vía electrónic­a. Su álbum Chiaroscur­o (2013) lo dice todo.

Still Corners Un estadounid­ense y una inglesa unen fuerzas creativas. Lo que les sale son canciones de registro sonoro cambiante pero calmado. Memory House Sonidos orgánicos con melodías sesenteras es lo que ofrece esta pareja canadiense influencia­da por Sandie Shaw y Galaxie 500. Poliça Channy Leaneagh y Ryan Olson son el núcleo de este colectivo de Minneapoli­s. Los resultados son bailables y alucinógen­os.

Tennis Patrick Carney, de Black Keys, coprodujo su último disco: pop clásico con toques contemporá­neos y un adorable toque extravagan­te.

Bloom

Candy

Days of

Levitation. "Aprendimos que para evoluciona­r no hace falta engordar las canciones. No queremos ser un hongo nuclear"

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