GQ (Spain)

El tipo que no te abandonó

Rick Astley viene de gira a España y no deberías fallarle. Él nunca lo haría.

-

Fue icono en los 80 y fenómeno viral en la era 2.0, pero hoy, a sus 49 años, Rick Astley sigue en plena forma. Prueba de ello es la gira que va a realizar este mes por España de la mano de Hyundai Music Park, una práctica que recuperó en 2002 tras 10 años retirado de la música. "Cuando volví a los escenarios me dije: '¿Por qué dejé de hacer esto, si me encanta?", nos cuenta, taza de té en mano, una calurosa tarde de verano en Madrid, mientras se prepara para actuar en las celebracio­nes del Orgullo. GQ: Tocas mañana en las fiestas del Orgullo. ¿Te consideras un defensor de los derechos de los homosexual­es? RICK ASTLEY: Sería un poco fuerte catalogarm­e como defensor de los derechos de los gays. Pero siempre me ha parecido absurdo categoriza­r a la gente por su sexualidad: tú amas a quien amas, y punto. Creo que lo que ha pasado en EE UU recienteme­nte era cuestión de tiempo, algo que tenía que haber pasado hace muchos años. GQ: Hay mucha expectativ­a respecto a tus próximos conciertos en España. ¿Qué se va a encontrar el público? R. A.: Cuando regrese en septiembre, tocaré mis éxitos de siempre, porque creo que debo hacerlo, porque quiero y porque me encantan. Nunca odié esas canciones, sino que las considerab­a una parte diferente de mi vida. También habrá algunos temas nuevos, aunque no sé cuáles, porque he escrito unos cuantos últimament­e. Sé que algunos aprovechar­án ese rato para ir a rellenarse la cerveza, pero otros estarán contentos de escuchar material nuevo. GQ: También haces versiones. Hace unos días te escuchamos cantar Uptown Funk en un concierto. ¿Qué artistas contemporá­neos te interesan? R. A.: ¡Me encanta hacer versiones! Y me gustan muchas cosas actuales y de distintos estilos. Bruno Mars, en concreto, me alucina. Es como una mezcla de todo: escribe, produce, toca todos los instrument­os, canta fenomenal… Es muy de la vieja escuela. Probableme­nte acabe haciendo alguna película, porque es una estrella. Y forma un gran equipo con Mark Ronson. Pero también toco la batería en una banda con amigos en la que versionamo­s temas de punk y rock. Es como una crisis de la mediana edad. Tocamos desde The Clash hasta Sex Pistols, pasando por The Killers, Kings of Leon, AC/DC… Me gusta todo tipo de música, pero obviamente en mis conciertos… bueno, espera, ¡he tocado AC/DC en uno de mis conciertos! Debí de tomar muchas cervezas esa noche. [Risas]. Además, me gusta hacer versiones porque divierten al público, y creo que es una parte importante de mi trabajo. GQ: Todavía tienes una amplia base de fans, especialme­nte femeninas. ¿Cómo te sientes cuando te piden una foto o un autógrafo? R. A.: Le debo a la gente esas fotografía­s. Si alguien es un capullo, obviamente no nos la vamos a hacer. Pero si alguien me pide educadamen­te que nos saquemos una foto, o que le firme un autógrafo, por supuesto que lo hago, porque la gente que compró mis discos fue la que me dio la vida que llevo ahora. Puede sonar un poco cursi, pero es verdad. Cualquier artista, sobre todo si se dedica a la música pop, sigue un proceso creativo que consiste en hacerse famoso y ganar dinero con ello. Y eso es una bendición por la que creo que debemos dar algo a cambio. GQ: ¿Qué hiciste durante los años que te retiraste de la música? R. A.: Digerir la fama y darme cuenta de lo que de verdad es importante en la vida. De hecho, nada más retirarme estuve acudiendo a terapia, porque del día a la noche pasé de ser un niño a ser algo completame­nte distinto. Y en ese nuevo rol nunca tenía que hacer nada, todo me lo hacían: no me registraba en los hoteles, no conducía… Si lo piensas, uno necesita hacer cosas para madurar, y cuando nació nuestra hija, ¡boom!, todo me sobrevino de pronto. De repente eres un adulto porque eres padre, ¿sabes a qué me refiero? En ese aspecto me ayudó mucho la terapia. Podría decir que he tenido tiempo para llevar una vida de auténtico lujo. GQ: ¿Cómo se te ocurrieron los célebres pasos del vídeo de Never Gonna Give You Up? R. A.: Puro pánico, no hay otra explicació­n. Entonces ponían en la tele un programa llamado Top of The Pops, que era muy popular. Se emitía los jueves por la noche y todo el que estuviese interesado en el pop lo veía. La primera vez que fui, pensé que alguien se encargaría de decirme qué tenía que hacer, cómo me tenía que vestir… Pero no. Estaba de promoción en un programa de radio en Escocia cuando me dijeron: "Bájate a Londres ahora, porque mañana sales en Top of The Pops". Estaba en Glasgow, así que me metí en una tienda y me compré una chaqueta con mi dinero. Y de ahí, a Londres a grabar el programa. Una vez allí, me pusieron un micro delante y me dijeron: "¡Hala, venga!". Y yo en plan: "¡Aaah!". Así fue. Dos semanas más tarde la canción se convirtió en número uno, pero todavía no teníamos videoclip, algo ridículo… Y durante el rodaje pasó exactament­e lo mismo: había un gran equipo, luces, cámaras, chicas para bailar… ¡hasta un par de bailarines chicos! Nadie me había comentado nada del vídeo porque estaba centrado en la promoción, y de nuevo me dijeron: "¡Hala, venga!". ¡Fue absurdo! [Risas].

"Ser un artista pop consiste en hacerse famoso y ganar dinero. Es una bendición por la que debemos dar algo a cambio"

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain