SOFOCÓN SELVÁTICO
Michael Douglas se puso el uniforme neocolonial en el filme Tras el corazón verde, un experimento más cinegético que cinematográfico.y furtivo, como es natural.
Jack Colton (Michael Douglas) es el coprotagonista de una película que rebosa gracias sonrojantes y guiños efectistas para enamorar
al público masivo. Joan Wilder (Kathleen Turner) es la otra mitad de una inverosímil pareja que se ve obligada a adentrarse en la selva colombiana para luchar contra villanos bufos y vivir desventuras disparatadas.
Este Indiana Jones de perfil romántico combina la típica visión
estereotipada de la moda de espesuras con los aportes de una diseñadora de vestuario (Marilyn
Vance) que confundió Colombia con la Cuba de Fulgencio Batista.
Los trajes ligeros apuestan todo al blanco roto y los diseños de faena parecen disfraces de carnaval. No hay demasiada coherencia estética ni mucho
sentido del equilibrio.
El director Robert Zemeckis (Regreso al futuro, Náufrago) se basó en un guión escrito por una camarera de Malibú que, sin duda, atesoraba una gran imaginación. La cinta fue nominada al Oscar al Mejor montaje, una categoría que le va como anillo al dedo si tenemos en consideración todas las definiciones de la palabra montaje: dar sentido a aquel guirigay debió de ser una tarea titánica. El público lo reconoció con unos ingresos millonarios.
Michael Douglas salió airoso de la descripción tercermundista y exagerada de Sudamérica que defiende Tras el corazón verde (1984). Después de varios trabajos como productor y actor
secundario, el actor ejecutó con éxito su primer papel como protagonista. Faltaba poco para
taquillazos como Wall Street, Atracción fatal o Instinto básico.