007 claves para proteger tus ciberdatos
Internet es vulnerable y hay quien puede aprovechar sus flaquezas para hacer(te) mucho daño. No desesperes: aquí está GQ para decirte cómo defenderte ante un ciberataque.
Quizá no eres muy consciente, pero cada vez que visitas una página web o abres tu e-mail estás exponiéndote a un sinfín de peligros 2.0 (suplantación de identidad, robo de datos bancarios, uso fraudulento de imágenes privadas…). Eliminar al 100% estas amenazas digitales es misión imposible, pero sí existen métodos para contrarrestarlas casi por completo. A continuación te ofrecemos algunos consejos básicos de seguridad informática –aplicables tanto a ordenadores como a dispositivos móviles– para que puedas conectarte sin miedo a contraer un virus.
1. REFUERZA TU CONTRASEÑA
Parece de Perogrullo, pero no todos lo hacemos. Utiliza claves que contengan mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales. Ejemplo: Revistagq_2015. Igual de importante es cambiarlas cada poco tiempo, seis meses máximo. Sabemos que es un jaleo y que en ocasiones no recordamos la contraseña que nos permite acceder al ordenador de la oficina (sobre todo si venimos de vacaciones), pero hay que hacerlo. Y si has estado atento, habrás notado que hablamos de contraseñas en plural. Esto es básico: utiliza diferentes claves de acceso en cada una de las plataformas o páginas web que frecuentes. Puedes utilizar gestores como Lastpass, Dashlane o 1Password para administrar todas tus credenciales desde un mismo programa. Si prefieres no tener estos datos digitalizados (no vaya a ser que alguien hackee al gestor y caigas con todo el equipo, situación que ya se ha dado), siempre puedes apuntarlos a mano en un cuadernillo y guardar este en tu mesita de noche. De ahí no podrá extraer tu información ni Julian Assange. Palabra.
2.TUS REDES, BAJO CONTROL
Facebook, Twitter, Instagram… Tus perfiles sociales contienen información que puede ser utilizada para vulnerar tu intimidad (imágenes utilizadas sin tu consentimiento, robo de datos, spam enviado a tu nombre…). En este sentido, los perfiles falsos son un coladero tremendo, así que antes de aceptar una solicituddeamistadasegúratedesaberquién está al otro lado de la pantalla. También hay que tener cuidado con los permisos que concedas a determinadas aplicaciones (los juegos sociales de Facebook, por ejemplo), porque existen plataformas maliciosas a las que podrías haber cedido tus datos sin ni siquiera saberlo. Echa un ojo a tus menús de privacidad y revoca licencias si no estás convencido del origen de alguna de tus apps.
3. NAVEGACIÓN CIFRADA
Sobre todo en redes públicas. En puntos de acceso abiertos (bibliotecas, centros comerciales, aeropuertos…), tu información personal puede ser fácilmente interceptada. Y hablamos tanto de direcciones de correo electrónico o imágenes (¿recuerdas las fotos de Jennifer Lawrence?) como de datos bancarios. Cosa seria, ¿eh? Para evitar esta situación, navega siempre con el protocolo HTTPS activado. Para saber si un sitio web está codificado, fíjate en si el nombre del dominio empieza con las letras https (la 's' corresponde a 'seguro') y si toda la navegación –no solo la página de inicio– está protegida. De no ser así, la seguridad de tu cuenta seguiría estando expuesta. También puedes utilizar HTTPS Everywhere, una extensión para Firefox que fuerza el cifrado de la información enviada y recibida entre el navegador y los sitios web que soportan el protocolo HTTPS.
4. DESDE RUSIA CON 'SPAM'
A ver, alma de cántaro, ¿de verdad piensas que una tal Natasha Romanova –rubia, ojos verdes, 1,82 cm, esbelta y sexualmente activa– quiere conocerte para que le enseñes Madrid? ¿O que un príncipe nigeriano está pensando en compartir contigo su escandalosa herencia? Detrás de estos correos basura (que a buen seguro has recibido alguna vez), se esconden timos, estafas y engaños perpetrados por grupos organizados que solo quieren sacarte el dinero (te piden ayuda económica prometiéndote una abultada recompensa). Parece imposible que alguien pique a día de hoy, pero si miras tu carpeta de spam verás que siguen llegando decenas de estos correos fraudulentos, así que lo mismo aun hay quien cae. Algo parecido ocurre con aquellos e-mails, de remitente desconocido o no, que contienen archivos adjuntos con extensiones .pps o .exe. Si los descargas, date por perdido: acabas de instalar virus y malware en tu ordenador. Sé prudente y elimina si te da mala espina. Si no lo consideras sospechoso, lo mínimo que debes hacer es analizar el archivo con un antivirus.
5. PONTE AL DÍA
Las actualizaciones de software protegen tu equipo porque están programadas, entre otros motivos, para eliminar aquellos elementos infecciosos que afecten al rendimiento del programa. Esto no quita para que se te pueda colar alguno, pero ten por seguro que si tienes tu ordenador al día las probabilidades de que entren serán mucho menores. Es cierto que a veces da mucha pereza ponerse a descargar los nuevos paquetes (actualización 1 de 250… ¿te suena?), pero recuerda que en el menú de ajustes de tus dispositivos existen herramientas que pueden hacer esta tarea por nosotros en los momentos en los que no los estemos utilizando.
6. BARRERAS 'ANTI-HACKERS'
Los firewall o cortafuegos son esas herramientas que evitan accesos no autorizados a tu red, ocultan la identidad de tu equipo como medio de prevención ante intentos de intrusión hacker y refuerzan las posibles vulnerabilidades de tu equipo. También son un coñazo y se pasan el día enviando mensajes de advertencia, para qué engañarnos. Configurarlos (establecer el sistema de prioridades y agregar excepciones) y mantenerlos activados es engorroso, pero si tienes algo de maña con la informática seguro que puedes hallar el término medio entre seguridad y comodidad. Algo similar ocurre con los antivirus y las aplicaciones anti-malware. En ocasiones son molestos, pero te recomendamos al 100% que los tengas instalados en todos tus dispositivos.
7. PROTÉGETE LAS ESPALDAS
Si todos los consejos que acabas de leer fallan y un virus fulmina tu ordenador, el drama será menor si has tenido el buen criterio de crear una copia de seguridad de todo el material que consideras importante. Puedes hacerla tanto en un disco duro externo como en un sistema de almacenamiento en la nube tipo Dropbox o Google Drive. En internet también tienes herramientas para realizar un backup de la bandeja de entrada de tu correo.