NADIE LE MANDA
Un año después de su resurrección mediática, Michael Keaton vuelve a reivindicarse en la archipremiada Spotlight. A sus 64 años, solo aspira a hacer lo que le apetece. Lógico.
Hace un año Michael Keaton volvía a la vida mediática tras un largo invierno de películas irrelevantes, series de televisión y papeles para olvidar. Beetlejuice (1988) lo puso en el mapa y Batman (1989) lo convirtió en un superhéroe, pero la trayectoria del actor estadounidense acabó enredada en un montón de títulos comunes. Muchos años después, Birdman (2014), de Alejandro González Iñárritu, restauró la dignidad de un Keaton sesentón y le puso en bandeja su primer Globo de Oro y una nominación al Oscar. Hoy, el intérprete estadounidense anda desatado, de photocall en photocall, posando con la ilusión de un primerizo. La culpa la tiene el director Tom Mccarthy, que acaba de enfrentarlo con el mismísimovaticano en el filme Spotlight. La cinta recrea la investigación de un caso real de pederastia en el seno de la Iglesia católica y el actor da vida a uno de los dos periodistas del Boston Globe que destaparon el delito en 2003. Más allá de los flashes que aderezan su nueva vida, la estrella de Hollywood ha centrado sus esfuerzos en la
campaña de Bernie Sanders, un presidenciable al que tampoco le manda nadie.