MANUFACTURA ESTELAR
Montblanc, firma cuyos orígenes están íntimamente ligados a la cultura de la escritura, lleva la excelencia hasta el último componente de sus relojes.
Son muchos los elementos que hacen diferente a Montblanc de otras manufacturas relojeras: desde sus orígenes y nacionalidad hasta su estructura bicéfala. Cuenta con dos lugares de producción en Suiza: el Centro de Excelencia de Movimientos e Innovación devilleret (en la imagen) y el Centro de Excelencia de Relojes y Calidad de Le Locle. El primero fue fundado en 1858 por Charles-yvan Robert bajo el nombre de Minerva. Reconocido mundialmente por su especialización cronométrica, en la actualidad se ocupa del desarrollo, la creación de prototipos y el montaje de todos los movimientos propios de la firma; tales como el calibre MB M67.40 del modelo Metamorphosis, el cual, con sus 746 componentes, se somete a cerca de 4.000 fases de control individuales. El centro de Le Locle está situado en una villa art nouveau construida en 1906, el mismo año en que Montblanc se estableció en Hamburgo. En él se ejecutan desde el diseño estético a la construcción y creación de prototipos de cajas, esferas, agujas y componentes. En su departamento de homologación se realizan test de caída, resistencia UV, choque de la caja del reloj, deformación y estiramiento de las correas. Una auténtica sala de torturas que cuenta, entre otras, con una máquina de simulación que propina al reloj 17.940 golpes a distintas fuerzas G. En definitiva, un viaje a la excelencia a través de la calidad.