GQ (Spain)

Turismo televisivo La ficción de HBO ha disparado las visitas a los pueblos en los que se ha rodado.

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guntamos al responsabl­e de Turismo. "No, es permanente", nos contesta él.

Después del tour, Cansino nos acompaña a Casa Curro para pedir el plato Joffrey (trucha y beicon en una cama de champiñone­s con guisantes en salsa de especias y vino) y el Jon Nieve (pollo a la miel). Mientras comemos, Cansino saca su ordenador y nos muestra los anuncios de televisión que se han grabado para promover la relación entre Osuna y Juego de tronos. En uno de ellos se ve al equipo de HBO dejando el pueblo tras el periodo de rodaje. Los dragones, por su parte, prefieren quedarse en este municipio andaluz. En otro vemos una enorme sombra sobrevolan­do el campo. En un momento dado, un enorme montón de mierda cae sobre un tipo demasiado bien vestido y muy poco afortunado que pasaba por ahí.

LUCES Y SOMBRAS

Aquí la gente parece dividida entre aquellos que abrazan la idea de que Osuna es la Meca de los turistas de Juego de tronos y aquellos que opinan que hace falta mucho más que una sencilla esperanza para combatir la crisis. "Las personas que tenían hipotecas y coches buenos están ahora visitando bancos de alimentos", nos cuenta Melanie Bulstrode, una escocesa expatriada. Su amiga Bárbara, una cocinera nacida en Osuna, es incluso menos optimista: "Es demasiado ingenuo pensar que la economía va a cambiar por aquellos 20 días de rodaje". Cuando le mencionamo­s esto a Cansino, él se limita a resoplar: "Mentalidad de pueblo pequeño". El guía del museo local no puede entender por qué la panadería que hizo el pastel de Clarke no tiene una foto de ella en la ventana de su local o por qué el hotel no exhibe una placa en la que ponga: "Khaleesi durmió aquí". En 2015 el número de turistas en Osuna se incrementó en un 75% respecto al año anterior. Evidenteme­nte, esto fue gracias a la serie. No obstante, la cuestión que importa ahora es esta: ¿qué nos deparará el futuro? Una cosa tenemos clara: la oportunida­d es ahora. ¡Vamos, amigos de Osuna, esto hay que aprovechar­lo!

Para terminar, Cansino nos acompaña a desayunar a uno de los tres o cuatro lugares del pueblo que ofrecen brunchs temáticos de la serie. Antes de llegar, el guía nos aconseja uno que nos llama la atención, el Desayuno rústico del Muro (tostadas con aceite de oliva, paté, beicon a la parrilla y queso de oveja), pero cuando lo pedimos nos dicen que el plato ya no está en el menú porque era demasiado caro mantener todos esos ingredient­es en stock.

Antes de irnos nos acercamos a la cafetería Tetuán para ver su propio Trono de hierro, esa célebre poltrona forjada con cientos de espadas que actúa como símbolo inequívoco del show. "¿Dónde habéis comprado este tesoro?", le preguntamo­s a uno de los camareros cuando entrevemos el sillón en la parte de atrás del local. "Cuando montaron la muestra en el museo mi jefe se empeñó en comprarlo. Al principio nos lo tomamos a broma, pero después todo se le fue de las manos. El chico que se lo vendió le dijo: 'Todo tiene un precio'. Cuando le pregunté a mi jefe cuál era ese precio no me lo quiso decir. Me dijo: 'No lo cuento porque os vais a reír de mí'. Sinceramen­te, no creo que valiese la pena… pero para cuando se quiso echar atrás ya era demasiado tarde", nos explica entre risas. "¿Y por qué demonios lo tenéis en la parte trasera del bar?". "Venía un montón de gente a hacerse selfies en el trono, así que empezó a estropears­e. No hay otro sitio donde ponerlo y costaría mucho repararlo", nos explica el camarero, que añade, audaz: "¿Por qué tanto interés? ¿Quieres comprarlo?". No es un fenómeno nuevo en España. Ya ocurrió antes, por ejemplo, en Nerja (Málaga) tras la emisión de Verano azul. Chanquete y compañía actuaron como efecto reclamo en una localidad que vio disparadas sus reservas hoteleras en el estío de 1982. El turismo televisivo vende y funciona bien. La mejor prueba la tenemos hoy en todas aquellas localizaci­ones en las que se ha rodado Juego de tronos en nuestro país. Según un estudio reciente de Tripadviso­r, la población española que mayor incremento de interés ha experiment­ado, con un 291% más de visitas en su web con respecto al año pasado, ha sido Campillo de Dueñas (Guadalajar­a). De hecho, el cercano Castillo de Zafra (en la imagen inferior), donde se filmaron las secuencias relacionad­as con La Torre de la Alegría, ha sido el lugar de interés turístico que mayor expectació­n ha generado esta temporada, con un incremento del 488%. Otras localizaci­ones destacadas son las Bardenas Reales de Navarra (41%), donde se ubicó el mar Dothraki; Girona (19%), cuya catedral se utilizó como el Gran Septo de Baelor de Desembarco del Rey; o Almería (16%) y Sevilla (13%), donde se filmaron escenas relacionad­as con la región de Dorne.

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