Central de inteligencia
El hombre de las mil caras reabre el expediente de Francisco Paesa. War Dogs
Banquero, hombre de negocios, traficante de armas, playboy, diplomático, espía y, sobre todo, estafador profesional. Una personalidad como la de Paesa solo podía ser fruto de un contexto social y político especialmente turbio, o así es como lo entienden Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, guionistas de un thriller (con tintes de comedia negra) que bucea en la historia reciente de nuestro país sin miedo a meter el dedo en la llaga.
La misma operación ya les salió de maravilla con La isla mínima, pero la escala de El hombre de las mil caras (23 de septiembre), basada en la impresionante biografía de Manuel Cerdán, es mucho mayor: aquí tenemos, por ejemplo, a Carlos Santos interpretando a Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil con 1.500 millones de pesetas que necesitan desaparecer por arte de magia. Hechos y nombres demasiado reales y, aún, demasiado cercanos.
En el centro de esta intriga se encuentran Eduard Fernández y José Coronado como, respectivamente, el esquivo Paesa y su inseparable Jesús Camoes. Juntos orquestaron una operación perfecta que, en el caso del primero, sirvió como dulce venganza contra ese gobierno español que le dio la espalda cuando dejó de necesitarlo. La intención de Rodríguez es planificar el caso Roldán como una farsa de espionaje: el lado oscuro de un James Bond con línea directa con el Cesid y cierta afición al Dom Pérignon.
que estremeció al mundo, inspiró a Picasso y se convirtió en símbolo de los horrores de la guerra. La esperada segunda película de Serra no pasa por alto el dramatismo del bombardeo, pero también propone una historia de amor entre María Valverde y James D'arcy. Oh, y atención al papel de Ingrid García Jonsson.
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9 de septiembre.
(con la misma fibra moral que una ameba) cerraron un trato por valor de 300 millones de dólares con fuerzas afganas afines a EE UU. Y después todo se fue al carajo. Todd Phillips, famoso por el humor agresivo de la saga Resacón, dirige esta sátira sobre la hipocresía de la administración Bush.
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9 de septiembre.