DIEGO PABLO SIMEONE
El Cholismo
La escena recordaba a cuando la chica le propone a su pareja un poco de distancia para la relación. Eso ocurrió minutos después de que el Atlético de Madrid perdiera su segunda final de la Champions contra el Real Madrid, cuando Simeone (46 años) insinuó un posible adiós al equipo. Dijo que se tomaría cierto tiempo para meditar sobre su continuidad en el banquillo. Era lo que faltaba a los atléticos. En el balance apresurado de años de enamoramiento y pasión, de temporadas de entrega recíproca y de momentos insuperables, al Cholo le
Se estrenó en el banquillo del Barça de la peor forma: perdió su primer partido de Liga contra el Numancia en Soria y, acto seguido, empató en el Camp Nou con el Racing de Santander. La junta directiva tragó saliva, la prensa catalana habló de inexperiencia y la afición se temía un año calamitoso. Tras las dos primeras jornadas, tras sumar solo un punto de seis posibles, el técnico dijo que no tenía nada que reprochar a sus futbolistas. Guardiola (45 años) debió hacer un pacto con el diablo. A partir de entonces, las victorias se sucedieron hasta lograr lo que nadie ha conseguido hasta la fecha: ganar seis títulos la misma temporada. La receta es tan sencilla como jugar bien, pero también la obsesión por plantear el próximo partido –sea quien sea el rival–, como si fuera el más difícil de toda la temporada. La presión arriba, el tiquitaca, la conexión de talentos como Messi, Iniesta o Xavi y la precisión y fortuna en los momentos decisivos convirtieron en leyenda el Pep Dream. La inteligencia emocional era otro de los valores que el mundo del fútbol denostaba hasta la irrupción del filósofo Guardiola. Suya fue la obsesión por tener a los jugadores siempre conectados, sin confiarse por las goleadas, consciente de la volatilidad de un juego en el que los éxitos y los fracasos se magnifican con extraordinaria ligereza.
Cubeiro elogia en su libro Liderazgo Guardiola la maestría del Nen de Santpedor a la hora de "gestionar la euforia [estado de ánimo de optimismo excesivo, hasta el punto de bajar la guardia ante el rival] y la disforia [desánimo, pesimismo]". De esto último tuvo poco el técnico en Barcelona, donde su periplo fue una luna de miel hasta el último partido, con 14 títulos en cuatro años. En su despedida del Nou Camp no se ha visto tal comunión de la afición con su técnico hasta la fecha, algo que posiblemente solo sucederá cuando a Simeone le toque despedirse de sus fieles. Guardiola representaría en las organizaciones al estratega, al que marca el camino y al que le va muy bien cuando tiene mandos intermedios muy inteligentes. "Ocurrió con Puyol o con Xavi Hernández, jugadores listos que trasladan su idea del juego al césped. Pep es un líder que se crece en las dificultades, es resilente y saca fuerzas de flaqueza en los momentos adversos", explica Cubeiro. De parecida opinión se muestra Goulard, quien considera a Guardiola el referente de técnico dialogante. "Destaca por ser un líder respetado y escuchado por su equipo, gracias a su gran conocimiento técnico y experiencia profesional como jugador. Si lo encontráramos en la empresa sería un jefe reconocido fundamentalmente por el contenido y el peso de sus aportaciones, así como por la implantación de una manera de trabajar distinta. Tiene gran capacidad de influencia en su equipo, haciéndole partícipe en la toma de decisiones pese a tener una idea inicial muy clara y definida".
Por su parte, Alemany opina que Guardiola es un tipo de líder orientado a resultados: "Es muy reformador, pero sin llegar al rupturismo de José Mourinho. Eso sí, ambos son como almas gemelas. Uno tiene más elegancia social que el otro… pero en el fondo son iguales".
El consultor Manuel Castro, en su artículo Guardiolas y Mourinhos, dice que Pep se recrea en un estilo que se basa "en la posesión del balón, en abrir el campo e imprimir un ritmo rápido de juego, con muchos pases al primer toque, hasta conseguir una superioridad numérica que desborde al adversario… Es el estilo que utilizan desde los benjamines hasta el primer equipo". "Ese método que había mamado en el club, el que llevaba en el corazón, lo ha seguido a pies juntillas y ha añadido un liderazgo basado en el sentido común, en el compañerismo, la sencillez y la estabilidad y donde los egos no tienen cabida", añade el propio Castro. Lo suyo fue balsámico. Carlo Ancelotti (57 años) es un experto en relajar ambientes y un maestro en tomarse el deporte con el sano espíritu con el que se creó. "El fútbol es la más importante de las cosas menos importantes que hay en la vida", dijo Carletto en un alarde de sentido común. El entrenador más laureado en la historia recientedelachampionsresultóidóneopara aliviar las heridas abiertas en el Real Madrid tras el turbulento paso de Mourinho. El relevo del portugués imponía la presencia de un entrenador que cohesionara a los jugadores para ponerlos a trabajar en la misma dirección. Su liderazgo conciliador fue aplaudido incluso por los mourinhistas más radicales. La inteligencia emocional de Ancelotti convenció a todos los estamentos del Real Madrid de la conveniencia de su mano blanda. Su ideario se reduce a ganar títulos jugando bien. Lo dice y lo cumple. Además de obtener títulos en los años pares, el técnico cuidó lasrelacionesconlosjugadores…inclusoen los casos más peliagudos. Sentó a Casillas en la Liga para reservarle para la Copa y la Champions sin que por ello se acabara el mundo."juegaquienmásselomerezca",proclamauntécnicomáscercadelaviejaquede lanuevaescuela."siempremehandichoque no tengo mano dura, pero esta mano floja mehapermitidoganartreschampions",disparó asimismo el técnico italiano a sus críticos. Reinsertó por ejemplo a Ángel Di María ante su público después de que este acomodara sus partes a modo de desafío a la grada. En lugar de castigarle, el técnico le otorgó una confianza que luego el muchacho le devolvió con creces en la final de Lisboa. Su prestigio como futbolista de aquel mítico Milán de Van Basten, Gullit, Rijkaard, Maldini y Baresi, y sus más de 24 años en los banquillosleaportanexperienciaytemplanza. "Creo que es mejor hundirse con las propiasideasqueconlasdeotro",dijoeltécnico una vez. El míster también puso a Zidane a su vera, cuya presencia estimula a cualquier jugador que se sienta observado por el mito. "Estoy muy feliz por trabajar a su lado.
1. VISIONARIO En general, son jefes que buscan el compromiso a través del diálogo. No suelen dar demasiadas órdenes ni amenazas. Prefieren proporcionar a sus equipos una visión orientativa sobre lo que buscan, pensando más en el largo plazo que en lo inmediato. Dan más importancia al objetivo general que a los pequeños detalles. El estilo visionario resulta eficaz en épocas de incertidumbre y cambio, cuando se necesita mantener a los equipos comprometidos con una misión concreta. Eso sí, resulta imprescindible que el líder sea alguien respetado y creíble. Y que su discurso se mantenga claro en el tiempo, sin ambigüedades. Si un visionario pierde la confianza de sus hombres, es probable que tenga muchas dificultades para hacer cumplir sus órdenes y mantener la disciplina.
a) Guardiola b) Zidane c) Ranieri d) Luis Enrique
2. DIRECTIVO Son líderes que utilizan órdenes breves, rápidas y sencillas y que esperan un cumplimiento inmediato de las mismas sin demasiadas cuestiones previas. El diálogo suele ser de arriba abajo y apenas contempla feedback. En general se tiende a verlo como un estilo demasiado clásico, aunque en circunstancias extremas o de altísimo rendimiento –donde se requieren acciones decisivas bajo mucha presión– continúa siendo un estilo muy efectivo y demandado, ya que aumenta el rendimiento de los equipos. Puede resultar problemático cuando no se aligera o combina con otros estilos menos autoritarios, cuando se aplica en situaciones no realistas o cuando se usa bajo estados de enfado o frustración.
a) Simeone b) Guardiola c) Mourinho d) Ancelotti
3. AFILIATIVO Este perfil suele tener un objetivo principal: crear confianza y buena armonía en el grupo. Se centra mucho en las personas y en las relaciones, más incluso que en el desempeño de las responsabilidades. Ayuda a reducir el estrés en grupos con mucha responsabilidad. Resulta muy efectivo cuando el líder posee carisma y empatía, aunque también tiene sus peligros. A veces da la impresión de que el jefe afiliativo evita el conflicto y las decisiones difíciles (que no se moja, vamos). Normalmente, el estilo afiliativo suele ir de la mano del estilo capacitador.
a) Ranieri b) Ancelotti c) Luis Enrique d) Guardiola
4. IMITATIVO Son personas con un altísimo estándar de excelencia. Lideran al grupo mediante el ejemplo, les cuesta delegar y asumen el control de forma casi obsesiva. Entienden que las cosas deben hacerse de una manera concreta, la suya, aunque valoran mucho el esfuerzo de los demás. Fomentan el compromiso y se centran en hacer las mismas cosas cada día mejor. Para que funcione correctamente, sus equipos deben percibir al líder como un experto que domina la materia y a quien uno acude en busca de ayuda y asesoramiento. Como puntos débiles, se desmotiva la creatividad y la innovación desde abajo. La buena intención puede acabar volviéndose en contra por su rigidez. Fijarse tanto en cada pequeño detalle puede impedir tener una visión más amplia –y a largo plazo– de los objetivos finales.
a) Zidane b) Simeone c) Mourinho d) Ancelotti
5. CAPACITADOR Se centra mucho en el potencial de sus equipos, identifica rápidamente los puntos fuertes y débiles e intenta diseñar un plan de mejora de sus habilidades. Ofrece apoyo constante y establece una relación de confianza muy sólida. Normalmente son personas dialogantes, sensibles al feedback. A veces, el estilo capacitador se confunde con el imitativo, pero a diferencia de este el capacitador se centra más en la persona y en su crecimiento profesional (el quién) que en la tarea concreta que desempeña (el qué). Es uno de los estilos menos utilizados ya que muchos líderes consideran o entienden que la capacitación de sus empleados no entra específicamente dentro de sus funciones o tareas.
a) Ranieri b) Zidane c) Mourinho d) Luis Enrique.