La verdad desnuda
En Taken! Entertaining Nudes, Tony Kelly reúne un sensual e iconoclasta porfolio.
Transitaba por el verano en chanclas antes de que casi ningún hombre heterosexual se atreviera a hacerlo. Hablaba deprisa, con un fuerte acento irlandés, y vivía con una intensidad ridícula, como si se hubiera caído en una barrica de Red Bull de pequeño. Conocimos a Tony Kelly allá por 2007. Entonces era poco más que un fotógrafo expatriado de Dublín que se buscaba la vida en Barcelona y perseguía la oportunidad de publicar en una revista de prestigio. Nos enseñó su porfolio y rápidamente reconocimos su potencial. Despedía esa energía de los locos, o de los genios.
No tardamos en darnos cuenta de que su principal virtud como retratista era su habilidad para transportar a cualquier hijo de vecino a Tonykellylandia, un universo desquiciado y colorista en el que no rigen las normas de la corrección; que, más que en su virtuosismo técnico, su valor residía en esa extraña capacidad de contagiar su deliciosa chifladura a quienquiera que se pusiera frente a la cámara para que luego fueran sus imágenes, como los borrachos y los niños, las que contaran la verdad. Hoy, convertido en un fotógrafo de prestigio, vive en Los Ángeles, y este libro es un homenaje a su sensual enajenación. Taken! Entertaining Nudes Tony Kelly, 2016 Ed. teneues (49,90 €) Si existiera un filtro Tony Kelly en Instagram, transformaría todas las imágenes en instantáneas llenas de color, brillantina, sensualidad y un punto de ironía. Sus fotos asaltan la mirada como un ataque por saturación. Al contrario que otros maestros del desnudo, como Newton o Sieff, Kelly llega a la obra maestra desde la ausencia más absoluta de pretensión artística. Absténganse mojigatos y puristas.