Visto y no visto
Por Vicente Gallart -
EL DEBATE ESTÁ SERVIDO. Una de las tendencias que más éxito ha tenido esta década y que continúaprotagonizandoescaparatesestáenentredicho.ono.yestoocurreporexcesodepresencia. Al principio se usó el anglicismo sporty para denominarla y ahora se hace llamar athleisure, porque se ha sofisticado tanto que toca lucirla también por la noche. Las prendas y accesorios deportivos, que se convirtieron en algo cool por primera vez en los años 90, se han reinterpretado para conectar con unanuevageneraciónquenohadudadoendarleal like para apoyarla desde el primer momento. De la invasión sneaker y runner para los pies al apabullante reinado de la cazadora bomber y la sudadera, desde hace ya bastantes temporadas el esquema se repite unayotravez,poniendoendudalacapacidadinnata de la moda de renovarse. Este otoño las tiendas han abierto plagadas de propuestas deportivas (con el chándal incluido para rematar la faena) y la pregunta está en el aire: ¿otra vez lo mismo? Pues sí, pero con una o dos vueltas de tuerca. Resulta cansinovercómoserepitenestetipodeprendasen los percheros (y parece que va para largo). Sobre todo cuando firmas avant-garde de gran renombre comolasuecaacnestudiossucumbenanteello.su director creativo, Jonny Johansson, ha presentado unacoleccióncápsuladesudaderasestampadascon algunos emoticonos rediseñados para la ocasión. El resultadoes,antetodo,divertido,peroinsisteenuna propuesta que está ya saturada y es muy comercial. Es obvio que el marketing mandaynilosmásmodernos del lugar se libran de apostar por aquello que se vende de maravilla. Aun así, el athleisure está condenadoamorirdeéxito.esperemosquenotarde,para pasarpáginaydescubrirquénosdeparael menswear a finalesdeunadécadaquehaencumbradoalamoda deportiva(yalosdeportistas)hastalomásalto.