GQ (Spain)

El hombre que susurra a las estrellas

Jorge Mendes es el tipo que mueve los hilos del fútbol mundial, el representa­nte que convierte en oro (casi) todo lo que toca.

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Es la típica historia del hombre de negocios hecho a sí mismo. Jorge Paulo Agostinho Mendes (Lisboa, 1966) tiene orígenes de clase media, muy alejados del tren de vida que lleva ahora como representa­nte de futbolista­s. De padre funcionari­o y madre artesana, Jorge Mendes, como muchos otros niños portuguese­s, decidió probar suerte en el mundo del futebol. Pasó sin pena ni gloria por un puñado de equipos de medio pelo de las categorías inferiores del fútbol luso. Sin embargo, con su fichaje por el humilde Lanheses dejaría evidencia de su buen ojo para los negocios. Habló con el presidente y llegó con él a un acuerdo. "Yo no cobro ni un escudo por jugar pero a cambio tú me dejas explotar la publicidad estática del estadio". Y así hizo hucha para abrir primero un videoclub y después un pub, aunque en realidad tenía planes más ambiciosos: quería ser agente FIFA.

Precisamen­te fue en un pub –no en el suyo– donde conoció a su primer representa­do, el guardameta Nuno Espírito Santo (sí, el exentrenad­or del Valencia). El portero, que jugaba en el Vitória Guimarães por aquella –hablamos de 1997–, se dejó convencer por Mendes para recalar en el Deportivo de la Coruña.

La primera piedra del imperio que vendría ya estaba puesta, pero Mendes tendría que esperar hasta 2002 para hacerse notar con fuerza en la zona noble del planeta fútbol. ¿Cómo? Colocando a Hugo Viana en el Newcastle por 12 kilos, una cifra muy por encima del valor real de un centrocamp­ista regular tirando a malo. Un año después volvería a pegar un pelotazo importante con el futbolista que mayor rédito –económico y social– le ha dado en toda su carrera: Cristiano Ronaldo. Mendes movió en 2003 el pase de aquel chaval de Madeira del Sporting de Lisboa al Manchester

United. Seis años después hizo lo mismo, está vez con el Real Madrid como destino. Entre medias, muchos millones pasando de manos (94 en esta última operación, para ser exactos) y muchos millones entrando en sus bolsillos (se estima que a cada traspaso le aplica un 10% de comisión).

DESDE PORTUGAL CON AMOR

Pero Cristiano Ronaldo solo es la punta de lanza de un negocio que parece seguir un patrón. Pese a ser un tipo bastante hermético respecto a su manera de gestionar su día a día, es evidente que Mendes se mueve más cómodament­e en Portugal y con los portuguese­s. Comenzó manejando los vestuarios de los dos grandes equipos del país, Benfica y Oporto, y terminó haciéndose con lo más llamativo de la Primeira Liga y con buena parte de la selección campeona de la última Eurocopa. De hecho, nueve de sus representa­dos se coronaron en Francia. De 23, nueve. Imagina cómo revaloriza una carrera profesiona­l este dato. De hecho, no nos consta que ningún otro representa­nte haya tenido nunca un resultado igual. Asimismo, Jorge Mendes es especialis­ta en representa­r talentos sudamerica­nos que juegan en Portugal y colocarlos después en el escaparate para que los grandes clubes de Europa rompan el cerdito por ellos. Falcao, Jackson Martínez, James Rodríguez o Di María demuestran esta tendencia.

Además de la comisión que se lleva por cada traspaso, Gestifute, la agencia que dirige desde 1996, también recibe un pico de los sueldos y los derechos de imagen de los jugadores que representa. Y eso sin contar las ganancias por ingresos publicitar­ios, que no son ninguna tontería cuando en tu nómina de representa­dos tienes a un tipo –Cristiano Ronaldo, claro– por el que se pelean todas las grandes marcas del planeta.

La fortuna de Mendes no se ha hecho pública, pero se estima que solo entre 2014 y 2015 obtuvo unos beneficios cercanos a los 100 millones de euros. No es de extrañar que las dos mayores referencia­s de la prensa económica, The Wall Street Journal y Financial Times, le hayan dedicado perfiles en los que le definen como el tipo que mueve los hilos del fútbol mundial. No en vano, en sus dos décadas de profesión ha movido más de mil millones de euros en traspasos. Poca broma.

Este verano no ha pegado ningún gran golpe mediático sobre la mesa (Zidane tuvo buena parte de culpa, ya que quiso quedarse con James y evitó un intercambi­o de lo más suculento), aunque sí ha sacado tajada con algunos de sus tutelados de clase media: André Gomes (el Barça pagó 30 millones al Valencia), Mangala (del Manchester City al Valencia por 23 kilos) y Garay (del Zenit de San Petersburg­o también al Valencia por unos 20). Recuerda lo del 10% de comisión y todo eso y hazte una idea del pastizal que se ha levantado, dinero que probableme­nte esté disfrutand­o en la isla griega que Cristiano Ronaldo le regaló por su boda (en agosto de 2015) con la exuberante Sandra Barbosa, madre de sus tres hijos. Isla privada que, por cierto, solo costó un 5% del precio que pagó el Real Madrid al Manchester United por el propio Cristiano en 2009. Fichaje que, como ya hemos mencionado, fue gestionado por el propio Mendes. Ya se sabe: dinero llama a dinero. Se cierra el círculo.

Cuando jugaba en el Lanheses acordó con su presidente no cobrar un salario a cambio de explotar la publicidad del estadio. Ese fue su primer negocio en el mundo del fútbol.

NÚMERO DE MILMILLONA­RIOS

RIQUEZA MEDIA POR MILMILLONA­RIO (EN MILLONES DE EUROS)

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