Otros refugios posibles
Si no sabes dónde perderte, aquí unas cuantas ideas para desaparecer del mundanal ruido.
Cuando en 1854, Henry David Thoreau publicó Walden, la vida en los bosques, no había móviles ni autopistas, pero este naturalista ya se anticipaba a la servidumbre que genera la gran ciudad. Aquel ensayo, libro de cabecera para muchos viajeros en busca de la paz interior, tal vez hoy debería ser prescrito por muchos médicos como terapia, una económica alternativa para entender que la vida en contacto con la naturaleza reduce la presión sanguínea, combate el estrés y, en definitiva, nos conecta de nuevo con nuestra esencia.
Para muchos, una escapada supone planificar el hotel en función del wifi, pero para otros, cuanto menos haya, mejor. Y al menos todavía nos quedan parajes para perdernos. Algunos arquitectos, interioristas o simplemente aficionados al do it yourself han sabido crear sus espacios para demostrar aquello de que una retirada a tiempo es una victoria.
La Maison au Rocher Sobre un promontorio de rocas graníticas, el Atelier D'architecture Aurélie Barbey ideó esta vivienda de habitaciones independientes frente al mar. la casa EAM alit volor sitiur aceatius et hitat del ectendam, soluptae cor seque Casa Vi El arquitecto Alfredo Vanotti, del estudio EV+A Lab, transformó un antiguo establo en casa de descanso.
Los sueños a veces se construyen sobre paredes de piedra, madera o ladrillo o miran a través de grandes ventanales sobre un lago. Hay cabañas perdidas en lo alto de una montaña o enclavadas en pueblos remotos, mientras otras se instalan cómodamente en frondosos bosques o despejados valles. Cualquiera vale, porque los escondites son la excusa que nos permite dejar atrás lo menos esencial y ofrecen ponernos de nuevo en contacto con la naturaleza. O al menos, mirar más lejos.
Así lo recoge el libro recién editado por Gestalten, The Hinterland, Cabins, Love Shacks and Other Hide-outs, un fascinante porfolio de cabañas y refugios únicos que también cuenta las historias de la gente que habita estos lugares, tan elocuentes como las propias paredes. The Hinterland (que en alemán significa "el interior") explora la arquitectura y el diseño a través de una selección de espacios que han sido revitalizadas en medio de la naturaleza, respetando su belleza y su calma. Y así, ¿quién necesita wifi?