Una de pícaros por Navidad
Llega Rogue One, el primer spin-off de Star Wars, una historia rodada sin (demasiadas) presiones fanático-sentimentales y que, intuimos, superará a Episodio VII en lo emocional.
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que reúne a un grupo de rebeldes en el primer intento por detener el imparable ascenso del Imperio. Ya sabes, Palpatine y su fiel perro Vader están a punto de estrenar juguete nuevo: la
un satélite artificial con capacidad para destruir planetas enteros.
• encontramos a
(cofundadora de la Alianza Rebelde), a
(padre adoptivo de la princesa Leia) y a
(no es spoiler), debatiéndose entre los avances de la tecnología y el poder del Lado Oscuro.
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de lo ya visto. OK, vale, sí, el reto de J. J. con El despertar de la Fuerza fue mayúsculo, pero fotocopiar la trilogía clásica para luego refreírla nos dejó directamente sin palabras. Rogue One apunta frescura y originalidad y tiene pinta de peliculón superemocionante.
(Monsters, Godzilla) y en el making of lanzado en verano, el diseño de producción de esta película es superlativo: del casting a los personajes (rezamos para que la química de los tráileres permanezca en la película), pasando por la creación de nuevos mundo, atmósferas inequívocamente starwarsianas, vestuarios impecables o efectos especiales. Hay mucho amor en lo que hemos visto por la película de 1977, pero también se mira ya sin complejos a la trilogía moderna (1999-2005).
(exigir sería demasiado, ¿no?) queremos que Rogue One acabe exactamente donde empieza La guerra de las galaxias de 1977: con la princesa Leia huyendo de Darth Vader (alías papá). ¿A qué sí?
Rogue One, Una historia de Star Wars…