NUEVA NOSTALGIA
La firma estadounidense Guess lanza la colección Guess Originals para reivindicar sus códigos históricos y elevarlos a una nueva dimensión.
Cuando en 1981 los hermanos Marciano se mudaron a Los Ángeles, decidieron demostrar a los americanos que el estilo europeo poseía un inmerecido prestigio. A juicio de estos inquietos emprendedores de ascendencia francesa, EE UU gozaba de una dignísima posición estética forjada a base de espontaneidad y contribuciones constantes a la moda contemporánea: la elegancia urbana y la asimilación del denim por parte de la calle constituían el puntal sobre el que debía pivotar el por entonces débil relato nacional. Con ese objetivo nació Guess, la firma que torpedearía la línea de flotación del monopolio continental del buen vestir. La falta de prejuicios del público yanqui (y en concreto del cliente californiano) pronto se demostró indispensable en el éxito de un sello que basó su ADN en la tendencia de los tejanos. Lo que comenzó con una venta inicial de solo dos docenas de pares de pantalones vaqueros en las galerías Bloomingdale's hoy se ha convertido en todo un imperio global.
35 años después, Guess sigue condicionando el discurso de una generación que observa la tradición como un recurso interpretable y no como un dogma de fe. Para celebrar la culminación de su objetivo original, la firma acaba de lanzar la colección Guess Originals, una selección de prendas para hombre y mujer que reivindica los códigos históricos de la firma y los eleva a una nueva dimensión. Para ello se ha inspirado en algunos diseños creados en las décadas de los 80 y 90: así encontramos una nueva versión de los pantalones vaqueros 1981, chaquetas forradas con borrego o cazadoras de piel estampadas con la bandera estadounidense. Esta formulación está en consonancia con el estilo de vida que los Marciano han defendido siempre: moda vibrante, profundamente americana y con un espíritu imperecedero. Hay motivos para celebrar la multiplicidad de estilos y su pacífica convivencia. El monopolio del estilo ya no es europeo, sino (felizmente) global.
Philippe Starck, un diseñador capaz de transformar la realidad y concebir objetos inimaginables, ha creado tres perfumes que buscan convertir un sueño intangible en una esencia tangible.
Aqué pueden oler la sombra o la vida cósmica? Philippe Starck conoce la respuesta. Este genio visionario ha transcrito en poemas olfativos todos los mundos que ha visitado. Con ese objetivo nace Starck Paris, su propia firma de fragancias, cuyas primeras creaciones se titulan Peau de Soie, Peau de Pierre y Peau d’ailleurs. Para concebirlas Starck ha recurrido a los más reconocidos maestros perfumistas: Daphné Bugey, Annick Ménardo y Dominique Ropion. Juntos han establecido un diálogo transversal tan estimulante como apasionado. Peau de Soie es una paradoja, la de un perfume que desvela la feminidad que envuelve el corazón del hombre y evoca la realidad misteriosa de la mujer. Peau de Pierre es un perfume masculino que destapa nuestro lado femenino para simbolizar una ambigüedad permanente. Por último, Peau d’ailleurs es extraña e indefinible, una evasión hacia el territorio infinito de la desmaterialización. La colección Starck Paris se presenta como una antología de poemas olfativos para tocar las emociones.