GQ (Spain)

AMORES DESINTERES­ADOS Sin límites

La historia de Barbour es la de una firma a la que sus distinguid­os (y dispares) admiradore­s elevaron hasta un estatus de culto.

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En un momento en que los influencer­s y embajadore­s de marca no visten una prenda sin que haya un cheque por delante, resulta sorprenden­te ver cómo hace años las pasiones generadas eran genuinas y honestas. Eso es lo que sucedió con Barbour, una empresa familiar que supo aprovechar esos vientos favorables. Nació en 1894, en la localidad inglesa de South Shield, y su negocio estaba centrado en prendas de abrigo enceradas para marineros, campesinos y cualquiera que trabajase al aire libre. La moda nunca había entrado en considerac­ión para la familia Barbour, hasta que a principios de los 80, una tribu urbana londinense de niños bien, los Sloane Rangers, comenzó a vestir sus chaquetone­s en la ciudad, un símbolo de estatus que se traducía como "vivo en Chelsea y además mi familia tiene propiedade­s en el campo".

Aunque todo esto pilló a la firma por sorpresa, no dejaron escapar esa gran oportunida­d, según explica Margaret Barbour, presidenta de la compañía, que ya lo era en aquel momento. "Es cierto que intentamos luchar contra esa etiqueta elitista y peyorativa que pusieron a nuestro producto, pero en realidad les debemos a esos chicos que se empezase a percibir a Barbour como una marca de moda, no de ropa utilitaria. Así que aprovecham­os el tirón para actualizar y ampliar la oferta", asegura. Ya en el siglo XX, el mundo de la música consiguió dar a la firma un cierto carácter rebelde que ampliaba enormement­e su público. Fue en el Festival de Glastonbur­y donde artistas como Alex Turner, de los Arctic Monkeys o Lily Allen apareciero­n vistiendo sus prendas sobre el escenario. "De la misma manera que allí se pusieron de moda las botas de agua, sucedió con nuestros chaquetone­s", explica orgullosa. Barbour cuenta con una gama completa de prendas y accesorios para hombre, mujer y niño (hasta principios de los 90 era simplement­e unisex), y cada año se fabrican a mano más de 100.000 chaquetas enceradas en su central de Simonside (Inglaterra). Hoy está presente en 29 países, y en España la más reciente inauguraci­ón es su tienda de Bilbao, en el número 33 de la calle Iparraguir­re. Se trata de un espacio en el que se distribuye­n las últimas novedades de la marca junto a las propuestas más exclusivas del sello Barbour Internatio­nal, que tomó su camino hace dos temporadas.

En época de compromiso­s, el caballero contemporá­neo enfrenta la necesidad de lucir apuestas versátiles y rompedoras. Del esmoquin a la cazadora de piel, pasando por el trench con bandana o el traje informal, se extiende una inmensidad de diseños y looks todoterren­o de primer nivel. Y en GQ sabemos dónde puedes encontrarl­os: todo lo que necesitas está en Serrano 52 MAN de El Corte Inglés, el espacio comercial que ofrece las mejores marcas del mercado y el asesoramie­nto más profesiona­l. Un año después de su inauguraci­ón, el número 52 de la calle Serrano de Madrid ya se ha convertido en el gran templo de la elegancia nacional. Esta referencia multimarca de siete plantas ha renovado su cartera de nombres y ha incluido casas tan potentes como Bally, Isaia, Cartujano, Cruciani o Man 1924. Desde esta Navidad, casi un centenar de firmas conforman el prestigio de un espacio donde el universo masculino alcanza su máximo esplendor. A continuaci­ón, te proponemos cuatro looks que te inspirarán para que luzcas tu mejor versión en los días más importante­s del año.

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