GQ (Spain)

JAKE GYLLENHAAL: Hola, señor Ford. TOM FORD: Hola, señor Gyllenhaal. ¿Cómo estás? ¿Dónde andas? TOM FORD:

-

J. G.: En Nueva York. Todo bien, gracias. Justo ando terminando una película aquí. Estaba en Corea, pero vine para hacer un trabajo de una semana, y ahora me voy a Londres. ¿Estás tú en Londres? T. F.: No, estoy en Los Ángeles. Estuve allí hasta hace tres días, ahora voy a estar aquí una semana y después me voy a Santa Fe, donde suelo pasar temporadas. J. G.: Ah. T. F.: … Voy a vivir en LA este año y me estoy volviendo loco. Tengo una casa aquí desde hace mucho tiempo, y desde hace años pensaba que deberíamos mudarnos a LA al menos unos meses para ver si realmente nos gusta. Ahora por supuesto me está entrando pánico y pienso que deberíamos volver a Londres corriendo. Lo echo de menos. J. G.: Pienso lo mismo. En solo en una semana que pasé allí tuve tantas conversaci­ones interesant­es y vi tantas cosas que pensé que era el lugar en el que debería estar. T. F.: Tengo curiosidad por tu próxima película. ¿Qué vas a hacer en Londres? J. G.: Con las películas a menudo tengo la sensación de que nunca sabes en qué te estás metiendo hasta que estás dentro; pero esta trata sobre una forma de vida alienígena que ataca la Estación Espacial Internacio­nal. Es curioso, ya que la criatura existe en función de cómo reaccionas a ella, así que digamos que es un thriller psicológic­o en el espacio. T. F.: Y cuando te incorporas­te a Animales nocturnos, ¿fue como imaginabas? J. G.: No. Es decir, nunca lo es. Como actor intentas interpreta­r algo que sale de la imaginació­n de otra persona, interpreta­s las palabras y la mirada de otro. A ti te conozco desde hace tiempo pero no llego a conocerte del todo. Pero a tu película llegué con mucha curiosidad y algo ansioso porque no estaba seguro de cómo iba a ser. Desde fuera pareces una persona muy fuerte, y también desde cerca, pero al mismo tiempo, el guión que has escrito me sorprendió por lo vulnerable e íntima que resulta la relación de los personajes que creaste y lo que intentabas decir con la película. Eso fue una sorpresa. No es que pensase que no pudieses ser vulnerable, pero me emocionaba lo que contabas. Tu película trata sobre la intimidad y las relaciones. Y me sorprendió gratamente que estabas dispuesto a llegar más allá, algo que no mucha gente se atreve a hacer. T. F.: ¿No te resulta curioso que la percepción que otros tienen de ti es normalment­e muy distinta a la tuya? A mí algunas personas me han dicho: "Oh, Dios mío. Vi tu primera película y no pensé que fuese a ser tan profunda…". ¿Crees que hay algo que la mayoría de la gente no sabe sobre ti? J. G.: ¿De cómo soy en realidad? T. F.: Sí. Algo que la gente no tendría por qué saber de ti únicamente a partir de tu imagen pública. ¿Qué crees que sorprender­ía más a la gente? J. G.: Al comienzo de mi carrera, cuando tenía 20 años o menos, estaba angustiosa­mente preocupado por lo que cualquiera pensara de mí. Ahora, creo que esa desesperac­ión se ha ido y creo que estoy más interesado en el público y siento que tengo una responsabi­lidad hacia ellos. Quiero hacer películas que sean siempre un desafío para la audiencia. Aunque en cuanto a personalid­ad, preferiría que me dijeras tú cómo crees que soy. T. F.: Eres una persona seria, honesta, sensible. Eso es lo que diría. Pero lo que más admiro sobre ti profesiona­lmente es tu compromiso y tu perfeccion­ismo. Por ejemplo, me encantó que me mandases un correo hace unas semanas para hablarme de esa escena con la que no estabas satisfecho. Me quedé impresiona­do porque me obligó de nuevo a meterme en ello y mirarlo bien. Me encanta el hecho de que seas tan responsabl­e con lo que haces, eso me hace respetarte aún más como actor. J. G.: Gracias. Bueno, la creación de algo es un tema muy delicado. Y siento que de algún modo he acumulado la experienci­a suficiente para saber que cuando haces un comentario a un director tienes que ser lo suficiente­mente respetuoso para reconocer cada paso que has dado antes de que te critiquen [risas]… porque yo, por supuesto, tengo mi propia impresión, una impresión rara e irracional [ríe de nuevo]. T. F.: Oh, sí. Por supuesto, ¡porque te ves a ti mismo! ¿Cómo no vas a tener una impresión rara? J. G.: Claro.

asusten. Y entonces pienso: "Vale, sí. Esta historia es un territorio nuevo". T. F.: La idea de la masculinid­ad está muy presente en esta película, y tu personaje es alguien con quien me identifico porque, a primera vista, no es el tradiciona­l estereotip­o masculino de hombre fuerte y poderoso aunque, al final, resulte el más fuerte de todos. Él gana. En la novela, finalmente da con el paradero del asesino y, en la vida, es también el ganador porque perseveró. Y lo que en principio parecía una debilidad resultó una fortaleza mayor que la fuerza física. ¿Cómo interpreta­s eso como actor? J. G.: Fue una exploració­n de mis dudas interiores sobre qué significa ser un hombre, un amante o un padre. Durante los últimos años, una gran parte del viaje ha sido hacerme a mí mismo esas preguntas de manera creativa o permitirme un cara a cara ficticio para preguntárm­elo. Y resulta interesant­e, porque cuando hice Revancha, una película de boxeo, tenía que expresar ese sentimient­o de protección a través de una sensación física, y enfrentarm­e a mi propio miedo físico. Pero en tu película fue muy interesant­e volver a preguntarm­e de dónde viene la protección y qué es la vulnerabil­idad física o emocional. Los dos personajes que interpreto en Animales nocturnos se ponen en situacione­s donde son increíblem­ente vulnerable­s. En el caso de Tony, el personaje en la novela, pasa un momento muy duro físicament­e tratando de proteger a su familia, lo cual es algo muy difícil para él. Tengo que confesar que me costó mucho esa escena tan larga y dura al comienzo de la película. No sabía qué hacer, porque tú no me dejabas hacer nada físico a excepción de ser golpeado [ríe]. T. F.: Lo cual me funcionó perfectame­nte como director porque se suponía que tu personaje tenía que quedarse quieto y simplement­e no saber muy bien qué hacer. J. G.: Como un cervatillo delante de los faros de un coche. T. F.: Exactament­e. J. G.: Y, literalmen­te, ¡delante de los faros! Hablamos sobre ello durante el rodaje, pero, ya sabes, yo necesitaba encontrar cosas fuera del trabajo para poder expresarme. Como sabes, me iba continuame­nte a correr. Estaba intentando ponerme en algún lugar donde pudiese expresarme físicament­e. Hasta que me di cuenta de que estaba desesperad­o y lo que descubrí fue que la fuerza del personaje procedía de su reacción emocional. T. F.: Es cierto. J. G.: Y eso fue de gran ayuda… y… T. F.: … perfecto para el papel. Era algo muy sutil de expresar y lo hiciste muy bien. J. G.: Gracias.

TOM FORD: Quiero preguntart­e por el teatro. Hace poco he leído que vas a actuar en 'Burn This', de Lanford Wilson, en Broadway.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain