GQ (Spain)

PRODUCCION­ES GQ PRESENTA:

-

RAPHAEL: Iván, ¿desde cuándo haces tú entrevista­s para GQ? IVÁN FERREIRO: Uy, esta es la primera vez. Y lo hago por ti. R.: ¿¡La primera!? Ay, qué bueno. I. F.: Y la última. (Risas). ¿Cuándo vuelves al cine? R.: En enero de 2018… creo. No sé. Hay un proyecto y estoy pidiendo unos cambios. Mi idea es hacer una película cada dos años. Tenía una para este 2017, pero se fue al cuerno porque los autores se echaron atrás; pretendían que fuese una producción hecha en Hollywood. No sé. Yo solo puedo hacer cine entre enero y febrero porque a partir de marzo siempre estoy de gira. Mi próxima película, la que sea, será la número 56. I. F.: Qué maravilla. Me das una envidia… ¿Qué tal has dormido después del concierto de ayer [Ferreiro se refiere a la presentaci­ón de Infinitos bailes (Universal Music), el nuevo trabajo de Raphael]. R.: Eso no fue un concierto [interpretó ocho canciones del disco]. Eso solo fue un "con"… (risas), le faltó el "cierto". Es la primera vez en toda mi carrera que presento un disco de esta manera. Es una nueva forma de trabajar. Antes los discos no se presentaba­n así. Los hacías, los mandabas a las radios y empezaban a sonar. Digamos que las entrevista­s de promoción las vengo haciendo de unos diez años para acá. Me di cuenta de que tenía que usar las mismas armas de promoción que los demás. Que no lo hiciera de joven no significa que no lo tenga que hacer ahora. I. F.: ¿Qué recuerdo guardas de la primera vez que entraste en un estudio de grabación? R.: La primera primera fue cuando los de Philips quisieron probar qué tal sonaba mi voz a través de un micrófono. Yo me quedé espantado. A ellos les entusiasmó. Tenía 14 años y una voz gritona. De ahí salió mi primer single, Te voy a contar mi vida, de Manuel Alejandro por supuesto… fíjate tú, luego nunca la conté (risas). Pero la primera vez que entre en plan profesiona­l en un estudio fue en París, en el estudio de Eddie Barclay, con Paul Mauriat al piano y Franck Pourcel dirigiendo a tropecient­os músicos. I. F.: ¿Grababais todos a la vez, no? R.: ¡Claro! I. F.: ¿Te interesa el trabajo de estudio? R.: Buena pregunta. Sí, porque esa experienci­a se traslada después al escenario. Para mí lo único importante es el escenario, por eso todo lo que pueda ayudar a mejorarlo es bien recibido. He grabado muchísimo, muchísimo. En mi época más intensa como actor llegué a grabar tres discos al año; digamos que grababa mi disco normal, otro de canciones latinoamer­icanas y el de la película de turno. Así durante ocho o nueve años. I. F.: Y, al poco de empezar, América… R.: No. Mi primer viaje fue a Beirut, luego vinieron Turquía, Lisboa, París… hasta que de pronto me veo en el Madison Square Garden de Nueva York. Casi nada. IVÁN FERREIRO: RAPHAEL:

Te hablo del 66. Y luego América del Sur hasta llegar a México, que hoy es el país en el que más se reconoce a Raphael. Por ejemplo, para llegar a cantar en Rusia necesitamo­s tres años de negociacio­nes, tres.

I. F.: ¿Manuel Alejandro es, con mayúsculas, tu autor? r.: Sí, es un referente. El referente. Mi forma de interpreta­r viene de ahí. A Raphael lo inventamos juntos. Y luego Perales, claro. I. F.: Son mis favoritos. La gente cree que como soy rockero no me interesa todo esto, su trabajo, cuando yo lo que quiero es ser como ellos. r.: Haz como yo, cuando todo el mundo crea que solo sabes hacer una cosa… haz absolutame­nte la contraria. I. F.: Me lo apunto. r.: Cuando se anunció que quería hacer teatro hubo como una voz que decía: ¿para qué se mete en esto Raphael? Pues elegí el proyecto más complicado: el musical de Jekyll & Hyde. I. F.: Que fue un exitazo. r.: La gente no podía ni imaginar que yo pudiese con semejante desafío. Me lo pasé bomba. I. F.: Te encanta el escenario. Lo tengo clarísimo desde que te vi en el Sonorama, en el que tuve la suerte de ir detrás de ti. r.: Tengo que volver, sin duda. I. F.: Y tienes que ir al Primavera Sound, que son más tiquismiqu­is… r.: ¿Y eso? ¿Más puñeteros…? I. F.: Mira, yo no podría tocar en el Primavera, soy demasiado comercial para ellos… No soy ni lo suficiente­mente rarito ni molón. r.: ¿Qué hay de malo en ser comercial? Ser comercial es que le gustas a la gente. No hay nada mejor. I. F.: A mí encantaría ser comercial, eso significar­ía vender muchos discos y tener mi casa ya pagada. r.: Ahora es complicado vender mucho. Pero yo soy muy positivo. Para todo. Yo sé que todo esto va a cambiar. La música va a salir adelante por todos lados. Va a sobrevivir siempre. Y ahí voy a estar yo. Siempre. Y tú, Iván. I. F.: Yo pienso estar. r.: Y yo contigo, aunque sea mayor que tú… unos meses. (Risas). I. F.: ¿Qué has aprendido de toda la gente joven (risas) que hemos compuesto para ti este disco [Dani Martín, Manuel Carrasco, Vanesa Martín, Mikel Izal, Enrique Bunbury, Vega, Pablo López, Rozalén, Paty Cantú y el propio Iván Ferreiro, entre otros]? r.: He descubiert­o a un grupo de gente muy honesta que hacéis las cosas sin daros importanci­a. No me refiero ni a Perales ni a Manuel Alejandro, pero hay otros nombres que no puedo dar. Me acuerdo de una vez que me estaban sonando canciones y a mí me estaba matando el aburrimien­to. No era a lo que yo estaba acostumbra­do. No me apetecía nada tirarme al suelo porque no había motivo alguno. Y me dice, el sin nombre: "Tú y yo no nos entendemos". Y yo: "Pues tienes toda la razón". Y ese fue el único momento en el que nos entendimos. Pero los chicos de ahora sois otra cosa, venís de frente y eso me gusta. Además, si propongo alguna cosa, si invento algo por encima vuestro para la canción no os enfadáis. Dejáis hacer. I. F.: ¿Nos ves perdidos en algún aspecto? r.: No. Os veo muy centrados. Sobre todo porque sobrevivir en esta profesión es muy complicado. A día de hoy tenéis un mérito que… ¡vaya! Hoy ya no hay boatos, ni historias sofisticad­as. Lo de antes no podía ser, aquel tren de vida no era normal. Vamos a hacer un vídeo, hale, venga, veinte tíos para Acapulco. Pues mira, no. Además era fatal para nosotros, para los artistas, porque teníamos que amortizar una barbaridad lo que se suponía que invertían en nuestras carreras. I. F.: Imagino que tendrías cantidad de encontrona­zos por todo esto que me estás contando… r.: Ni te imaginas. Por ejemplo, yo siempre grabo a la primera. Es así, no es presunción. Vaaale, OK, a veces a la segunda. Pero en los estudios te hacen grabar hasta cinco veces pero, insisto, en mi caso la buena siempre es la primera. I. F.: A mí si me haces repetir más de tres empiezo a perder el punch… r.: Claro que lo pierdes… Si no hueles la canción a la primera no la vas a oler nunca. Pues a mí todo esto que te cuento me ha supuesto enormes disgustos. Era, venga, a Los Ángeles a grabar. Y yo decía, ¿pero para qué? No quiero irme tan lejos, quiero estar con los míos. Bueno, pues me convencían no sé cómo y yo iba y cantaba y ya, a la primera salía la buena. Hasta que un día mi hijo Jacobo, que me acompañaba, me lleva a un aparte y me dice: "Papá, por favor, repítelo todo, anda". Como allí cobran por horas decían que conmigo no había forma de ganar dinero. Cogí el teléfono y llamé a quién tenía que llamar. IVÁN FERREIRO: RAPHAEL:

Le dije: "Me parece muy bien todo este rollo que os traéis, paga lo que tengas que pagar, pero yo no repito. No voy a estar aquí un mes cuando he resuelto en una semana".

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain