MODA BOHEMIA EN MOVIMIENTO EL RENACER DEL AVE FÉNIX BELLEZA LA SÍNTESIS DE SU MUNDO
La primavera que ha imaginado Trussardi rinde un homenaje a las múltiples identidades del hombre. Del introspectivo artista que viste como un dandi al ejecutivo que no teme llevar trajes estampados, los juegos de colores y la experimentación de los tejido
Las mejores casas de moda italianas no son empresas normales donde los empleados trabajan y sus empleadores pagan impuestos y nóminas: suelen ser negocios familiares donde las decisiones se discuten con intensidad y los hijos enmiendan la plana a los padres cuando estos ceden sus poderes. Pero si algo las caracteriza y las hace únicas es su predisposición a las historias de película, en ocasiones demasiado trágicas.
Así, el fundador de Blumarine murió aplastado por un elefante africano y Vittorio Missoni pasó a mejor vida tras la caída de su avioneta. A Gianni Versace y a Maurizio Gucci los acribillaron a balazos, y Nicola Trussardi y su hijo Francesco fueron víctimas de sendos accidentes de tráfico en la misma autopista. Los fallecimientos de estos últimos, separados por un lapso de cuatro años, casi acabaron con la mamma, Maria Luisa Gavazzeni, hoy presidenta de la compañía.
Desde entonces, las riendas de la firma del lebrel (el logo de la casa) las llevan la madre y los hermanos más jóvenes, Tomaso y Gaia, consejero delegado y directora creativa, respectivamente. Es esta, la artista de la familia, la responsable de dar forma a la nueva personalidad de esta marca de lujo centenaria: "Mi trabajo consiste en mantener, por un lado, la vigencia de los códigos de la firma y, por otro lado, actualizar su identidad sin pervertir el armazón estético que la sustenta", explica. "Muchas veces los diseñadores suelen ser víctimas de su propia creatividad o de las tendencias, pero hay que tratar de encontrar un equilibrio y conseguir que aquello que se considera tradicional o elegante pueda ser visto también como algo joven y moderno".
En sus manos se encuentra una empresa presente en más de media docena de países que, además de diseñar prêt-à-porter femenino y masculino, vende pantalones vaqueros, organiza conciertos en directo y crea (y reedita) fragancias: "Mi mayor deseo es crear piezas icónicas que sirvan para ambos sexos, pero no es fácil hacerlo porque el mercado no está todavía preparado para ello. No obstante, dentro de unos años todo esto será una realidad". Gaia, que cuando era una vinteañera llegó a posar como imagen de la firma, tiene muchos planes de futuro. Y muy ambiciosos. Sabe que la vida puede ser un sueño y también una pesadilla. Por si acaso, este ave fénix no pierde el tiempo.