CRÓNICAS BÁVARAS Von Unwerth y la belleza alemana.
'Heimat', en aleman, significa patria; y a ella regresa Ellen von Unwerth en su ultimo libro. A la real, Alemania, y a la sonada: esa tierra en la que la moral es laxa, los colores vivos y las mujeres exuberantes.
De sobra conocemos el universo hipererotizado y sensual de Ellen von Unwerth. Pero no deja de sorprendernos que, en su último libro, la fotógrafa y directora alemana haya sabido trasladar ese imaginario travieso y sexualmente subersivo al lugar que, en nuestra mentalidad latina, consideramos posiblemente la región más aburrida del planeta: Baviera. Heimat (editorial Taschen) no solo es el mejor antídoto para los que todavía no habéis sido capaces de borrar de vuestra memoria la imagen de Pep Guardiola vestido con el tradicional lederhosen. Es un canto alegre y refrescante a una tierra en la que los campos son verdes y los pechos de las mujeres rebosan en los escotes como la espuma de una jarra de cerveza. La exmodelo revisa todos y cada uno de los tópicos que asociamos al estado más grande de Alemania –aunque no busques a generales con pinchos en el casco– al servicio del empoderamiento sexual de un grupo de desinhibidas jovencitas que, embutidas en una versión reducida de los clásicos dirndls, no necesitan a ningún hombre para cocinar, cazar, ordeñar, pescar o cortar leña. Tampoco para jugar. Porque, ¿qué es el erotismo sino el más divertido –y perverso– de los juegos humanos?