Y LA pasarela SE CONVIRTIÓ EN UN MITIN…
Salvo en el caso de la epidemia del sida o la desigualdad racial, la moda nunca se había mostrado tan combativa como en 2017. El auge de los populismos y la gresca política del último año ha aguzado el ingenio de los diseñadores, cuyas últimas colecciones
(1) Tras perder a su pareja a causa del sida, Jean Paul Gaultier lideró la lucha contra la enfermedad en los 90. Recogidas de fondos, galas y eventos de todo tipo fueron una constante para visibilizar el virus del VIH, la primera gran batalla por la que Anna Wintour y los suyos pelearon sin descanso. (2) Aunque si alguien ha ejercido de activista a tiempo completo, esa es Vivienne Westwood. Cualquier causa le viene bien a la mujer que en los años 70 puso patas arriba al establishment con sus alegatos punk. En 2008 se manifestó en un desfile contra Guantánamo y en 2014 apoyó el sí en el plebiscito escocés.
(3) Y, de repente, un terremoto llamado Brexit agitó la semana de la moda de Londres. En junio del año pasado, días antes de que se celebrara la consulta para la salida de la UE, Sibling convirtió su desfile en un alegato proeuropeo.
(4) Private Policy, la enésima firma que suelta pestes de Trump. La última colección de esta joven marca se interpretó como un soplamocos a las políticas antiinmigración del nuevo presidente de EE.UU.
(5) Kerby Jean-raymond, director creativo de Pyer Moss, denunció en su propuesta de septiembre de 2015 la brutalidad policial contra los negros.
#Blacklivesmatter