ADQUIRIR UN CLÁSICO: GUÍA RÁPIDA PARA PRINCIPIANTES
BUSCA, VUELVE A BUSCAR, BUSCA UN POCO MÁS Para muchos clasicómanos, la fase de "caza" es la más emocionante. Pero también puede ser un proceso tedioso. Una vez que tengas claro el vehículo que deseas, bucea en todas las páginas web, anuncios por palabras, foros y revistas especializadas que tengas a tu alcance. En ellos no solo encontrarás un surtido de coches que comparar, sino que también descubrirás los problemas frecuentes que presenta el modelo y el precio que deberías pagar por uno en buen estado. Como norma general, cuantos menos propietarios haya tenido, mejor.
TEN PACIENCIA No esperes encontrar el modelo exacto que buscas en perfecto estado y a buen precio en una semana. A veces puede llevarte años dar con él. El gran mirlo blanco es el heredero que no sabe muy bien lo que tiene entre manos.
REVISA EL COCHE DE ARRIBA ABAJO, INCLUIDA LA GUANTERA Has de cerciorarte con una primera inspección de que el chasis no tiene óxido. Si es así, huye. Vigila también que la carrocería no presente golpes o arreglos con masilla –estos últimos se descubren con un imán–. El interior ha de ser lo más original posible –aunque haya sido retapizado, mejor si se respetó el tejido de fábrica–. Y no te olvides de echar un vistazo a todo el historial de revisiones y reparaciones. Un dueño que guarda todas las facturas es un dueño cuidadoso.
PRUEBA EL COCHE (SIEMPRE) Si no te dejan probar el coche personalmente, desconfía. No basta con arrancarlo y comprobar que el motor suena bien y no emite gases sospechosos. El propulsor podría haber perdido mucha potencia por diversos problemas. Asimismo, la caja de cambios podría tener una avería catastrófica, los frenos haber dicho adiós hace tiempo, las suspensiones tener la dureza de las de un barco… En ruta verás también si los ajustes de los plásticos y los ruidos se mantienen en el umbral de lo tolerable. Nunca está de más llevarte a tu mecánico de confianza para que le eche un vistazo.
REGATEA Cada defecto que encuentres ha de servirte para rebajar el precio. Si el dueño no quiere ser razonable, no dudes en volverte a casa con las manos vacías. Aunque hayas hecho 500 km para verlo. La prueba del coche no te compromete a nada.