Antes
Drácula y el monstruo de Frankenstein abrieron fuego en los años 30.
Cuando Carl Laemmle Jr. heredó el puesto de jefe de producción en Universal Pictures, su único deseo fue llevar monstruos a la gran pantalla. Drácula (Tod Browning, 1931) fue el origen de todo: un éxito sin precedentes que sirvió como escapismo para un público sumido en la Depresión, amén de para abrir la puerta a una lucrativa saga de cintas de terror. Después del Conde llegarían Frankenstein, El hombre invisible, El hombre lobo y La momia (versión Boris Karloff). Tras agotar la fórmula, Universal tuvo una idea avanzada a su tiempo: mezclar sus sagas con Frankenstein y el hombre lobo (1943), un megamix de personajes que, en cierto sentido, precede al universo compartido de los cómics Marvel. Unos Vengadores antes de Los Vengadores.