En una galaxia muy lejana…
El ALMA, el observatorio más caro jamás construido (más de 1.000 millones de euros), tiene algo que decirnos sobre nuestro futuro.
En la meseta de Chajnantor, una planicie a más de 5.000 metros de altitud localizada en el desierto de Atacama (Chile), se está desarrollando el mayor proyecto astronómico de nuestro tiempo: aquí sólo ves seis antenas, pero el ALMA (así se llama el observatorio; un acrónimo de Atacama Large Millimeter Array) cuenta con un total de 66 radiotelescopios que reúnen datos sobre el pasado, el presente y, glups, el futuro del universo. Financiado por Europa, EE UU, diversos países asiáticos y el propio gobierno chileno, el ALMA está ahora mismo estudiando el modus operandi de L2 Puppis, una gigante roja (estrellas de masa baja o intermedia que han consumido el hidrógeno de su núcleo y entran en declive) cuyo comportamiento es similar al que podría tener el Sol dentro de 5.000 millones de años. De algún modo, observando este astro (que se encuentra a 198 años luz del sistema solar) podremos saber hasta qué punto nos afectará (a las personas que habiten en la Tierra en ese lejano futuro, vaya) el enfriamiento de nuestra estrella más cercana. Por fortuna, la cosa no pinta tan mal como nos habían hecho creer las pelis de ciencia ficción: según informes, un planeta estaría orbitando con aparente normalidad alrededor de L2 Puppis a pesar del anunciado colapso de ésta. Parece que estamos salvados…