Lucas Löwi NUMANTHIA Un argentino tiene la labor de domar una de las uvas más potentes de España: la tinta de Toro.
De una tierra del vino a otra tierra del vino, con el océano Atlántico de por medio: Lucas Löwi se crió en Mendoza,argentina, al pie de la cordillera de Los Andes, rodeado de viñedos de altura, donde se familiarizó con las viñas cultivadas en condiciones climáticas extremas. En 2015 aterrizó en España para dirigir Bodega Numanthia, uno de los grandes estandartes de la Denominación de Origen Toro. Es una bodega clave e histórica en Zamora por varios motivos, pero el principal tiene que ver con sus viñedos, ya que muchos son centenarios, de pie franco y prefiloxéricos, es decir, que sobrevivieron a la plaga del insecto que diezmó las cosechas de Europa en el siglo XIX. “Lo que más me sedujo de Numanthia es su patrimonio único", destaca Löwi. "Tenemos viñas que no sólo han sobrevivido a la filoxera, sino que sobreviven cada año a un clima durísimo. La gente de la zona bromea diciendo que tienen que pasar por nueve meses de invierno y tres meses de infierno". La uva que nace, la emblemática tinta de Toro, resulta en un vino potente, con carácter y alta graduación alcohólica, que en Numanthia llevan años domando para añadirle elegancia sin renunciar a su intenso y característico sabor. "El vino de Toro era tradicionalmente de esos para tomar con cuchillo y tenedor, pero Numanthia y otras bodegas han cambiado completamente su estilo", asegura Löwi. "Ahora, para mí, con la tinta de Toro se producen los mejores vinos del mundo".tiene argumentos para respaldar esta afirmación, porque el Termanthia –la gama más alta de la bodega– cosecha 2004 fue capaz de alcanzar los 100 puntos Parker (las botellas de esta añada alcanzan ahora mismo en el mercado precios superiores a los 1.100 euros). Esa fue una de las razones que llevó al prestigioso grupo Louis Vuittonmoët Hennessy (LVMH), a adquirir Numanthia a finales de la década pasada, convirtiéndose en la única bodega que tienen en España. Es una inversión en vinos muy selectos y de producción más bien limitada. La última cosecha que ha salido a la venta del que da nombre a la bodega sólo dio lugar a 45.000 botellas. Fue una añada, como suele pasar en Toro, muy marcada por un gélido invierno y por la lluvia. "Tuvimos muchas precipitaciones durante la temporada de vendimia y en Toro tenemos una ventana de vendimia muy corta, así que se decidió primar la calidad sobre la cantidad, produciendo la mitad de botellas de lo que suele ser habitual", explica Löwi. Las viñas en Numanthia se cosechan siempre a mano y los racimos de uva sólo se recogen si han alcanzado el punto óptimo de maduración. Luego, tras la vinificación, el producto pasa18 meses en barricas de roble nuevo de 225 litros y otros 20 meses en botella. Todo con el objetivo de afinar su carácter potente y dejar paso a la elegancia en sus aromas y sabores. La excelencia siempre requiere de tiempo.