Bienvenido a 'La Zona'
Descubre la sobrecogedora serie que ha roto los moldes de las producciones propias españolas.
Jorge y Alberto Sánchez-cabezudo ya elevaron las producciones televisivas patrias a la estratosfera con Crematorio, la aplaudidísima adaptación de la novela homónima de Rafael Chirbes, y ahora han dado un paso más con La Zona, un thriller policiaco con una factura y realización nunca vistas en España. La serie, cuya primera temporada de ocho episodios se estrenó el 27 de octubre en Movistar+, arranca con una premisa absolutamente sobrecogedora: tres años después del accidente de un reactor nuclear que devastó una región del norte de España, el inspector Héctor Uría (el gran Eduard Fernández) investiga la aparición de un hombre brutalmente asesinado en la Zona de Exclusión, un hecho que pone en duda el orden establecido del mundo surgido tras la catástrofe.
Si estás familiarizado con el trabajo de los hermanos Sánchez-cabezudo, ya sabes todo lo que puedes esperar de esta producción: una factura técnica impecable (está rodada en 4K y con sonido Dolby Atmos), una ambientación claustrofóbica, unos guiones trabajadísimos (los propios actores lo avalan) y un realismo a prueba de bombas que huye de clichés. No esperes más para adentrarte en La Zona.
La opereta espacial de tintes épicos que llegó para quedarse.
En mayo de 1977, el mundo fue testigo del intento de los guerrilleros de la Alianza Rebelde por destruir la estación espacial del Imperio Galáctico. El vestuario, sujeto a todas las interpretaciones posibles, se hizo tan famoso como la primera entrega de la saga.
¿Las fuentes de inspiración? Muchas y bastante diversas. Según ha reconocido su director, el repertorio de elementos simbólicos y conceptuales de
lo sostienen los filmes de Akira Kurosawa, los cómics de y el libro
de Joseph Campbell.
Star Wars caras, La guerra de las galaxias
O cómo el diseñador japonés acabó viviendo en las estrellas.
Tejidos 100% naturales, superposición de capas y formas orgánicas. Así podríamos resumir el complejo lenguaje estilístico del diseñador nipón Yohji Yamamoto, tal vez el genio que más códigos comparte con el vestuario de Star Wars –no en vano celebró su primer desfile el mismo año en que se estrenó el primer filme de la serie–. Su trayectoria, en la órbita de los diseñadores japoneses que triunfaron en el París de los años 80 y 90, guarda paralelismos sorprendentes con los diseños que aparecen en las películas.yamamoto, un enamorado de la historia de la moda de su país, ha reivindicado en incontables ocasiones las raíces culturales de Japón y ha reinterpretado las siluetas masculinas y femeninas de su indumentaria tradicional. ¿El resultado? Diseños irresistibles para los insiders más exigentes.
Hubo un tiempo muy, muy lejano, en que las pantallas funcionaban por medio de una tecnología propia de una ópera de ciencia ficción: los rayos catódicos. Internet apenas daba sus primeros pasos y ni siquiera se había acuñado el concepto de streaming. En 1977, año del estreno de Star Wars, la batalla geek por excelencia se libraba entre dos formatos de reproducción de vídeo antagónicos: VHS y Betamax. Ganó el VHS, pero qué importa. Los 70 y su psicodelia también ardieron en la pira de la historia. Si algo sobrevive a cualquier época es la elegancia sartorial. Ni Darth Vader ha podido resistirse a ella.