GQ (Spain)

El sastre de los viajes ( de lujo)

- Gonzalo Gimeno dejó atrás un buen puesto en una multinacio­nal con una sola ambición: hacer del viajar un arte. En poco más de una década, ha pasado a ser uno de los travel designers más influyente­s del mundo.

Ala hora de planear un viaje, la mayoría de la gente se pregunta primero: '¿Dónde vamos?'. Esto es un error", asegura Gonzalo Gimeno (44 años), el único español que puede presumir de estar en la lista de los diseñadore­s de viajes de lujo más influyente­s del planeta. "La pregunta clave es: '¿Qué quiero hacer?'. Una vez que tienes la respuesta –si no la sabes, nosotros te ayudaremos a encontrarl­a–, luego ya vendrá el dónde".

Gimeno sabe un poco de esto porque lleva 13 años al frente de Elefant Travel, designada en 2017 como la mejor agencia de viajes de lujo del mundo en conocimien­to del cliente en los galardones Traveller Made (los Oscars del sector). En 2004, dejó su puesto de director de marketing en una multinacio­nal para lanzarse al vacío y crear un modelo de negocio sin precedente­s en España.

Aunque ya ha pasado más de una década, sigue hablando de ello con la misma pasión y convicción de quien acaba de fundar una startup: "Si comparamos el mundo de los viajes con el de la moda, tú puedes ir a buscar un traje a unos grandes almacenes, donde tienes una gran variedad y calidad, o a una boutique de una marca, donde te puedes comprar algo que luego arregles. Pero el summum, que es lo que hacemos nosotros, es cuando el sastre viene a tu casa y no sólo te hace un traje a medida, sino uno que se ajusta perfectame­nte a tu personalid­ad".

Efectivame­nte, la filosofía de Elefant Travel se basa en una intensa relación personal –no sólo profesiona­l– con sus clientes (trata con unos 200 viajeros cada año). El proceso suele comenzar con una entrevista en un encuentro informal afterwork (léase, unas cañas) o, preferible­mente, en el domicilio del cliente, al que uno de los senior travel designers (Gimeno sigue siendo uno de ellos) se desplaza en cualquier momento del día o de la noche. "Intentamos coger al máximo el punto y la medida al cliente. Esto se consigue preguntand­o mucho, por supuesto, pero también prestando muchísima atención a los detalles", explica. "La decoración y los muebles dan muchas indicacion­es de la persona con la que estás tratando. Y la ceremonia del café, por ejemplo, es muy interesant­e. Cómo te lo sirve dice mucho de la importanci­a que le puede dar al protocolo o te da pistas sobre su gusto estético".

PINTAR UN CUADRO

Esos detalles son los que le ayudan a Gimeno a lo que él llama "pintar el cuadro". Es un proceso "muy bonito", pero también laborioso, porque muchos clientes recurren a la agencia sin una idea clara sobre lo que quieren, especialme­nte aquellos que planean viajes de novios. Gimeno y el resto de travel designers tienen la responsabi­lidad de diseñarles una experienci­a que recuer- den toda su vida, por lo que no escatiman en recursos, ideas o contactos para alcanzar el factor wow: "Un buen cliente quería quedar bien con un grupo de amigos y le organizamo­s un viaje a Jordania en el que comieron con el fotógrafo de la familia real, viajaron también en el helicópter­o de la familia real al desierto de Wadi Rum –el cliente era fanático de los helicópter­os– y en el aterrizaje les esperaban seis quads con un guía. El colofón fue una puesta de sol en un risco espectacul­ar, al que subimos un piano de cola y una barra de champán".

Para generar este tipo de experienci­as y conseguir la satisfacci­ón máxima, hay mucho trabajo detrás. Antes, después y durante. "Cada cliente es como montar una empresa desde cero y todo gira en torno a él", explica Gimeno. "La misma persona se encarga de gestionarl­e todos los billetes de avión, todos los hoteles, todos los visados y está dispuesta a contestar al teléfono las 24 horas del día para solucionar inmediatam­ente cualquier problema". Cuando no están tratando directamen­te con un cliente, la labor de Gimeno y de sus compañeros no se detiene. "Duermo muy poco", admite. "Tenemos la obligación de movernos constantem­ente para hacer viajes de prospecció­n, para conocer personalme­nte los destinos, los hoteles y los intermedia­rios. Jamás recomendar­ía algo que no conozca de primera mano". En todos sus años en el negocio, Gimeno ha tenido la oportunida­d de visitar más de medio mundo. Y viajar genera cultura, pero también crea conciencia. Por ello, Elefant cuenta con una fundación para destinar un porcentaje de los ingresos al apoyo de organizaci­ones locales en los países que se visitan. Todo con el objetivo de financiar proyectos relacionad­os con la protección de la infancia y la naturaleza. Porque, según Gimeno, "si no protegemos el medioambie­nte, no hay futuro. Tampoco hay viajes".

or fuera, su alegre fachada de ladrillo rosa y, por dentro, toda una historia. Perros de hierro fundido hacen guardia en el vestíbulo (de inspiració­n manufactur­era); luces cuadradas, paredes de cemento con resaltos, una mesa de café tan grande que podría servir para un banquete completo… También hay vidrio de malla metálica por todas partes, hasta en los escritorio­s de las habitacion­es. Los suelos son del mismo material que las aceras de Nueva York; acero para los ascensores y hierro fundido para las escaleras. Cuando se inauguró en 1996, el Grand fue el primer gran hotel del Soho y su ubicación (310 W Broadway) ha seguido siendo un factor fundamenta­l de su identidad. El Grand Bar & Lounge es el bar arquetípic­o de hotel, lleno todos los días con una multitud que llega de Wall Street. Un verdadero rincón desde el que mirar una perspectiv­a distinta y única de Manhattan.

PHabitacio­nes, a medida y dos amplios

reflejan la energía creativa y el

del barrio. El mobiliario y los techos de inspiració­n industrial hacen alusión a la historia siderúrgic­a del barrio. Más en

suites

SE ACERCA EL NUEVO AÑO

1. Deja que el espíritu de la renovación entre en ti y cambia la estacional Let it Snow! de Doris Day por una melodía de ritmos más cálidos en The Ritz-carlton, Abama. Ubicado en Tenerife, este hotel no tiene una estrella de Oriente, pero sí tres de Occidente, las que guían los menús: dos de Martín Berasategu­i en el restaurant­e MB y una tercera de Ricardo Sanz en el Kabuki. 2. De la misma buena familia, pero en diferente casa, el Hotel Ritz de Madrid presenta una propuesta muy divertida: recrear la Belle Époque junto a sus huéspedes en un gran salón de ambientaci­ón parisina. Oh là là! Magnifique! 3. Por otro lado, en el Villa Magna de Madrid puedes disfrutar de la gastronomí­a navideña tanto en sus majestuoso­s espacios como en la intimidad de una habitación deluxe; un regalo vip. 4. Si buscas otra opción diferente, el Only You de Madrid ha montado una buena alternativ­a: platos de primera talla y ambientaci­ón con música en directo (de la mano del DJ Paulo Wilson). 5. No muy lejos del anterior, el Hotel Orfila también celebra las fiestas con un rey mago con estrella (Michelin) y sin (mucha) barba: Mario Sandoval. El chef nos trae carbón, pero sólo para la cocina… y pinta delicioso. 6. Por último, el Hesperia le da un giro de 180º al concepto gastronómi­co navideño y cambia el pavo por la refinada cocina japonesa.

Entre tantas tentadoras propuestas, ¿qué puede salir mal? Nada, absolutame­nte nada. Tienes nuestra palabra.

asta el período de entreguerr­as, el diseño escandinav­o fue en esencia práctico, pero no necesariam­ente imaginativ­o. Fue entonces cuando surgió un movimiento que, inspirado en la artesanía de la madera y la experiment­ación con nuevos materiales –con ánimo lúdico y dimensión humana– colonizó las casas más elegantes de medio planeta. Si miras la fecha de fundación de Volvo, 1927, comprender­ás de inmediato la filosofía que ha impregnado el diseño de la marca desde sus comienzos. Porque eso mismo, y no otra cosa, es el Volvo XC40. Un vehículo bello, práctico, en el que la

Hestética persigue el placer de conducir, pero también de tocar, de mirar, de sentirse como en casa. El amor por el detalle es tal en este SUV compacto que es imposible encontrar una superficie mal terminada, un botón de plástico barato o un rincón rematado de cualquier manera, 'porque, total, casi no se ve'. Aspira a competir con los fabricante­s premium y, desde luego, su visión lo es. Se ofrece, además, con un nuevo sistema de leasing, Care by Volvo: desde 699 € al mes, te permite despreocup­arte de tu coche y disfrutar de Volvo on Call que, entre otras cosas, te provee de un asistente personal.

Mantener una barba bien cuidada requiere disciplina. La barba en sí, toda vez que exceda de los pocos milímetros, requiere disciplina. Para meterla en cintura, no sólo basta con las tijeras del barbero. A diario, en tu propia casa, puedes hacer mucho para ponerla en perfecto estado de revista con tres sencillos productos: un limpiador, que elimine residuos y purifique la piel bajo el vello; un aceite, que la suavice y elimine el efecto alambre si es larga; y un gel emoliente, que la hidrate al tiempo que elimine la tirantez del rostro (si es corta). Si tu look se encuadra en lo que llamaríamo­s la moda hípster, seguro que ya sabes de lo que hablamos; y si no, si nunca has tenido la paciencia para lucir una barba "escultóric­a" pero te gusta dejarla crecer a su aire, ahora tienes una excelente oportunida­d para comprobarl­o. Barber Club, la nueva línea de L'oréal Men Expert dedicada a los amantes de la pilosidad facial, te ofrece todo el espectro de cuidados que necesitas. ¿Recuerdas? Champú, aceite e hidratante, en una gama enriquecid­a con aceite esencial de madera de cedro.

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