CHICA DEL MES El

descaro y la belleza argelina de Sofia Boutella.

La momia es uno de esos fracasos de Hollywood que pasan a la historia: apenas recaudó lo suficiente para recuperar costes, la crítica la masacró y, lo peor de todo, enterró –de momento– el gran proyecto de Universal para lanzar Dark Universe, su reboot de la saga de monstruos clásicos (la siguiente iba a ser La novia de Frankestein) que iba a contar con estrellas de la talla de Johnny Depp o Javier Bardem. No todo en esta película es, sin embargo, olvidable.

Recordaremos para siempre la melena azabache (aunque aquí la veas rubia), los encantadores rasgos árabes y la intensa mirada (que en La momia aterrorizaba) de Sofia Boutella (Argel, Argelia, 1982). Para Boutella, el filme supuso su breakout en el mundo del cine, aunque ya llevaba muchos años dando de qué hablar en el de la danza. Se dio a conocer en 2005, cuando Jamie King, un antiguo bailarín de la troupe de Michael Jackson, la reclutó para moverse a ritmo de hiphop en un anuncio de Nike. Después de eso, la mismísima Madonna se fijó en ella y la puso a bailar a su lado durante la gira de Confessions, una experiencia que la agotó física y mentalmente, hasta tal punto que la empujó a un cambio de rumbo. "Ella me preguntó: '¿Tienes otro trabajo? ¿Vas a actuar en una película? ¿Qué pasa si no encuentras nada en los próximos ocho meses?'. Yo contesté: 'aunque me lleve dos años, sé que es lo que tengo que hacer'. Y sí, me llevo dos años hasta que me cogieran para Kingsman [su primer papel en Hollywood]". Ahora, a juzgar por las fotos, no va a dejar que nadie le quite el sitio.