GQ (Spain)

GASTRONOMÍ­A

Decidir que vas a ir a comer a un buen restaurant­e a última hora es como jugar a la ruleta rusa para un aficionado a la buena mesa. ¿Existen soluciones para SALVAR LA PAPELETA?

- ___por RODRIGO VARONA Y GUILLERMO DÁVILA

Trucos para ir a comer a un buen restaurant­e sin reserva previa.

"Un truco: los restaurant­es más de moda son una buena opción para encontrar mesa a última hora"

Puede que la situación te suene. Viernes, 19:00 horas. Estás en casa y vibra el móvil. "Otro Whatsapp", piensas. Es de uno de tus grupos de amigos: "¿Quién está por Madrid este finde? Alguien se apunta a cenar hoy?". Mientras lo lees, otro miembro del grupo contesta: "Por mí genial, pero que diga el experto dónde vamos". Por supuesto, "el experto" eres tú, que para algo presumes de estar al día de las últimas tendencias y las aperturas del momento, además de organizar parte de tus viajes para comer en restaurant­es con estrella Michelin y templos del producto varios. "Vaya marrón, ahora dónde narices vamos…", es lo normal que pienses. Un mensaje como éste, una cancelació­n de última hora en tus planes, una buena noticia inesperada, no estar habituado a organizar tu vida con meses de antelación… Los motivos para querer salir a un buen restaurant­e sin mucha previsión son muchas. A nosotros, por ejemplo, nos pasó este verano pasado cuando encaminamo­s nuestros pasos a Zahara de los Atunes, zona tan privilegia­da en lo climatológ­ico como en lo gastronómi­co, con gran cantidad de locales de referencia. Pero, oh sorpresa, al empezar a llamar un par de semanas antes para reservar mesa en varios de ellos, resultó que estaban "llenos hasta septiembre". Caras de preocupaci­ón y agobio antes de consultar a un experto en la zona: "Tranquilos, si de verdad queréis, podréis comer en todos ellos". Y, efectivame­nte, lo logramos, pero eso nos hizo plantearno­s: ¿seremos capaces de salir siempre del paso con tanto éxito?

SALVACIÓN EN BARRA

El primer grupo de restaurant­es que ofrece la posibilida­d de ir sin reserva son los que, por su estilo decididame­nte informal, zona de barra y estilo de cocina, parece que pueden permitirse apostar por ello: en Madrid, por ejemplo, hablamos de muy buenos locales de cocina mexicana como Salón Cascabel o Mawey Taco Bar; pero también de las míticas colas en la puerta de Streetxo o Nakeima (hay mucha cocina en estas dos barras…), la barra frente a la cocina del estrellado La Tasquería o el Chinese Bar del recienteme­nte abierto Don Lay. Saliendo de la capital, y en un estilo similar, tenemos a todo un estrella Michelin como Casa Marcelo en Santiago de Compostela, que admite reservas tan sólo a partir de ocho personas y en el que, con un poco de paciencia, se encuentra hueco casi seguro. También en esa ciudad, con una marcada personalid­ad atlántica, podemos encontrarn­os con Abastos 2.0, capaz de marcar tendencia en toda España con su cocina muiña y que gestiona su zona externa de barra y terraza según estricto orden de llegada. Si de Barcelona hablamos, es justamente famosa la entrada de Dos Palillos (estrella Michelin gestionado por Albert Raurich, ex jefe de cocina de elbulli), que no ofrece la misma experienci­a que su segunda sala, pero sigue siendo más que satisfacto­ria e incluso cuenta con un atinado menú del día entre semana. Siguiendo con chefs de prestigio en la Ciudad Condal, el Tapas 24 de Carles Abellán –en su localizaci­ón junto a Paseo de Gracia, por ejemplo– sigue siendo el mejor refugio para poder degustar pequeños platos de alta cocina popular.

Bajando al sur, el formato más habitual para salvarnos el día es, de nuevo, las barras que se llenan de acuerdo al orden de llegada o que tan solo reservan en su primer turno. Este último es el caso de los grandes templos gaditanos del atún: Antonio y El Campero (sobre todo si hablamos de su segunda opción, La Taberna de El Campero). Y, si somos más de carnes, en La Castillerí­a (Vejer de la Frontera) siempre se guardarán una serie de mesas para los que improvisan (has de acudir a primera hora si de verdad quieres hacerte con una de ellas; su zona de mesas altas es la opción b).

Si viajamos hasta Levante, una de las regiones más pujantes en la actualidad, las propuestas van desde la cocina japonesa tabernaria de Hikari Yakitori Bar en Valencia hasta la espléndida terraza de Cala Bandida en Jávea. Pero si hay una ciudad donde las opciones se multiplica­n es Alicante, donde no paran de surgir proyectos interesant­es, a menudo con una atractiva barra como eje central. Así, tenemos desde las ya míticas barras de Piripi y Nou Manolín (ambas pertenecie­ntes al grupo Gastronou), hasta el más reciente Abarrote, del Grupo Murri, que cuenta también con un atractivo menú del día y resulta todo un paraíso para el picoteo improvisad­o acompañado de vinos interesant­es. Y si hay un lugar que brilla con luz propia es Manero, la apuesta más desenfadad­a de Carlos Bosch (propietari­o del cercano e imprescind­ible El Portal). En él, una vez que nos hayamos hecho con un sitio por estricto orden de llegada, podremos componer una comanda que vaya del picoteo ligero al homenaje desenfrena­do en un ambiente que engancha… hasta el punto de que su desembarco con una segunda sede en Madrid es inminente.

GRIETAS EN EL SISTEMA

Más allá de recomendac­iones concretas, hay ciertos trucos a los que podemos recurrir en caso de que busquemos una oferta algo más formal. En este caso nuestra apuesta personal son los locales más pujantes de la ciudad en la que te encuentres; cuanto más de moda y más grandes, mejor. Es algo que se aprende en las grandes capitales foráneas y podemos asegurar que, con las dosis justas de perseveran­cia y paciencia, es relativame­nte factible acabar sentado en una de las mesas más codiciadas del momento. ¿Los motivos? El primero de todos es el tamaño, que no sólo facilita una intensa rotación, sino que también potencia el no show en más de una mesa, un fenómeno tan negativo para el empresario hostelero como positivo para el cazador de mesas tardías.

El segundo –y no es desdeñable– es que en ellos encontramo­s siempre maîtres y camareros con una impresiona­nte vocación de servicio y que se empeñan en encontrart­e un hueco, aunque sea en el tercer turno de la noche. En Madrid, un claro ejemplo de ello lo encontramo­s en los locales del Grupo Paragüas de Sandro Silva (Amazónico, Ten Con Ten, Quintín…), pero también en lugares como Carbón Negro, Tatel, La Maruca, Café Comercial o el recienteme­nte abierto Lobito de Mar, de Dani García.

Si buscamos algo más ambicioso gastronómi­camente hablando, el enfoque debe ser otro… con matices. Como resulta lógico, estos locales cuentan con listas de espera en las que hay que apuntarse con semanas o incluso meses de antelación. Así que cuando te llamen dos veces para confirmar una mesa esa misma noche, en lugar de quejarte por lo pesados que son, mejor piensa que gracias a eso puede que la próxima vez encuentres una oferta last minute en tu restaurant­e favorito. En algunos sitios incluso acuden a las redes sociales para publicar las anulacione­s de ultimísima hora.

Para finalizar, y aunque sea obvio, siempre hay que llamar. Aunque te parezca una locura, hazlo. Un hostelero inteligent­e siempre anotará tu nombre por si acaso (especialme­nte si demuestras motivación). O, como alternativ­a, entrará en juego la sinergia entre locales, una tendencia creciente. Así, si realmente no hay posibilida­d de acomodarte en el que has solicitado, es muy habitual que tu interlocut­or te proponga otro del grupo de restauraci­ón al que pertenece. Esta estrategia no sólo se practica en grupos tan reconocido­s como Larrumba, El Escondite o el citado Paragüas, sino que también se aplica en la alta restauraci­ón de manera muy habitual. El mejor ejemplo de ello es elbarri, el conglomera­do de los hermanos Adrià en Barcelona conformado por Bodega 1900, Pakta, Enigma, Tickets y Hoja Santa, donde al llamar se ofrecen las alternativ­as disponible­s en la fecha señalada sin renunciar a meterte también en la lista de espera de tu opción inicial.

Dicho todo lo anterior, los milagros no existen: si te plantas con diez amigos a las 23:00 de un sábado en la puerta de un estrella Michelin… no esperes cenar.

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 ??  ?? 1. Carbón Negro (Madrid) 2. Don Lay (Madrid) 3. Dos Palillos (Barcelona) 4. Salón Cascabel (Madrid) 5. Abarrote (Alicante) 6. Manero (Alicante) 7. Pakta (Barcelona)
1. Carbón Negro (Madrid) 2. Don Lay (Madrid) 3. Dos Palillos (Barcelona) 4. Salón Cascabel (Madrid) 5. Abarrote (Alicante) 6. Manero (Alicante) 7. Pakta (Barcelona)
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