KIM GORDON
/ La vida más allá de Sonic Youth: la "artista que luego también hace música" lanza su primer álbum en solitario.
KIM GORDON SUBRASUBRAYA MUCHAS DE SUS FRASES CON UNA RISA BREVE. NO ES UNA CUESTIÓN DE SENTIDO DEL HUMOR, SINO DE TIMIDEZ: ES POCO AMIGA DE LAS ENTREVISTAS. A SUS 66 AÑOS, LA MUJER DE MIRADA SEVERA QUE DURANTE CASI CUATRO DÉCADAS FORMÓ PARTE DE SONIC YOUTH, LIDIA CON LAS TAREAS PROMOCIONALES DE ' NO HOME RECORD' , PRIMER ÁLBUM EN SOLITARIO DE SU CARRERA.
GGordon se esfuerza en contestar lo mejor que puede a las preguntas, pero es evidente que el medio le supera. No Home Record es una declaración de intenciones. Salvo su voz y la virulencia de algunas guitarras, apenas tiene relación con la música que estuvo haciendo con su banda. Habla desde Los Ángeles, la ciudad en la que vive desde hace unos años. Se mudó allí tras la abrupta ruptura de Sonic Youth, motivada por la infidelidad de su marido, el guitarra Thurston Moore. A modo de terapia, Gordon escribió en 2015 el libro de memorias La chica de la banda (editado en España por Contra). Ahora llega su música y, al escucharle hablar sobre ella, la lejana idea de que pueda revivir aquel grupo que cogió el testigo de Velvet Underground y acercó el punk al arte abstracto se convierte en utopía: la música no es la prioridad de Gordon.
___GQ: ¿Dirías que este álbum es la transcripción sonora de tu trabajo como artista visual? ___Kim Gordon: Creo que sí, aunque yo no me lo planteo de ese modo. Pero aunque sea de una manera inconsciente, sí soy una artista que luego también hace música. No quiero sonar pretenciosa, pero antes que nada soy una artista visual. Mi prioridad ahora mismo es este disco, pero no me siento parte del mundo de la música. No leo revistas musicales ni cosas de ésas. De momento no voy a tocar este disco por eso, porque estoy preparando otra exposición. Después montaré una banda, me buscarán conciertos, haremos una gira, etcétera.
___GQ: La ciudad de Los Ángeles tiene una influencia palpable en este disco, ¿verdad?
___K. G.: Sí. No es algo que haya buscado de una manera consciente. Si está es porque se ha filtrado de una manera natural en mi trabajo a través de las imágenes. Lo que ves cuando conduces por la ciudad. Las personas sin hogar, que son muchas. Ésta es una ciudad de paso, donde vienes en busca de fortuna, y eso se refleja en su arquitectura. Las vallas publicitarias, el paisaje artificial..., todo eso es fascinante.
___GQ: Pero también hay elementos muy neoyorquinos. La canción Air BNB comienza con una guitarra que suena a DNA, una de las bandas de Nueva York que creó la llamada no wave…
___K. G.: En este caso sí se trata de algo consciente: es un homenaje a la manera de tocar la guitarra de Arto Lindsay. Ese sonido es una de las mayores influencias musicales que tengo, me inspira constantemente. La obra que produjo la no wave sigue siendo algo difícil de asimilar, quizá porque es algo muy moderno, y es eso precisamente lo que más me atrae de ella. Es algo que la gente todavía no ha terminado de descubrir.
___GQ: ¿Te molesta que se te vea como un icono?
___K. G.: Esa palabra ya ha sido desprovista de todo significado; pero, sobre todo, tengo la sensación de que es un término que se utiliza para decir de alguna manera que tu época creativa se terminó [ríe]. Así que preferiría que se refiriesen a mí como alguien que todavía tiene muchas cosas interesantes que decir y hacer.
___GQ: Dejándote a ti al margen, si pensamos en la palabra icono dándole el significado que le confería Warhol cuando pintó sus primeros cuadros de celebridades, el término adquiere un sentido más legítimo, ¿no?
___K. G.: En ese sentido, la palabra icono adquiere un significado real, sí. Cuando Warhol pintó a Marilyn Monroe y a Liz Taylor, concretó en aquellos cuadros su condición de iconos, de figuras a las que se venera religiosamente. Formando parte de un paisaje pop art, el término icono sí conserva su sentido porque está insertado en ese contexto en el que la superficie es profundidad y viceversa.
___GQ: Lo pregunto porque hasta hace poco tenías una exposición en el Andy Warhol Museum de Pittsburgh, Lo-fi Glamour, que está conectada con el tema del que hablamos, el modo en que Warhol contemplaba la fama. ___K. G.: Creo que el legado de Warhol va más allá de lo que habitualmente se contempla. Se le resta peso intelectual porque trabajaba con la cultura popular, pero la manera que tenía de aproximarse a esos temas en muchos casos era a través de esa baja fidelidad a la que hace alusión el título de la muestra. Creo que tras su muerte su obra ha sufrido de sobreexposición, lo cual ha generado una saturación que ha propiciado esa noción equivocada. Tengo curiosidad por ver la retrospectiva que prepara el
Whitney Museum de Nueva York…
AA continuación, Gordon rehúsa seguir hablando de su exposición. Argumenta que no tiene sentido hablar de imágenes en una conversación telefónica. Tampoco le hace feliz hablar sobre moda, a pesar de que ha tenido una estrecha relación con Marc Jacobs y de que era una habitual de la New York Fashion Week: "La imagen, como ya he dicho antes, es muy importante para mí, y eso incluye la moda, pero no soy una fashion victim. No sigo ese mundo ni es algo con lo que tenga que ver".
___GQ: ¿La canción Get Yr Life Back habla sobre la relación que tenemos con nosotros mismos en esta época dominada por las RR SS?
___K. G.: Supongo que sí. Crecí escuchando a Bob Dylan [ríe], así que no puedo evitar hacer observaciones sobre el mundo que me rodea cuando escribo letras. En este caso hay reflexiones sobre esta cultura del yo en la que las marcas comerciales forman una parte esencial.
___GQ: ¿Eres optimista cuando escuchas o lees las noticias?
___K. G.: Más que optimista, lo que intento es no perder la esperanza [ríe]. Pero lo de Trump es muy grave. Es el síntoma más evidente de la muerte del capitalismo. Recuerdo la caída del Muro de Berlín y el proceso de descomposición de la Unión Soviética. La gente decía: '¿Ves? El comunismo no funcionaba'. Yo ahora tengo la misma sensación respecto al capitalismo: ahora vemos claramente cómo este sistema está destruyendo el planeta.
___GQ: En Hungry Baby hablas de acoso sexual. ¿Está ayudando el movimiento #Metoo a que cambien las cosas?
___K. G.: Claro que sí. Ha creado una plataforma para que las mujeres se manifiesten y hablen de asuntos como el acoso sexual, temas que están asumidos y normalizados por la sociedad. A pesar de todo, sigue siendo muy complicado porque vivimos en un mundo muy reaccionario y dominado por las redes, donde todo es o blanco o negro; hoy no existe la zona gris que permita el debate.
___GQ: Esa canción es el momento más cercano al rock & roll de todo el álbum…
___K. G.: Sí, está inspirada por The Stooges, por la sección rítmica con Ron y Scott Asheton, en la época de Funhouse, allá por 1970. Quería lograr esa base rítmica completamente primitiva porque pensaba que ese tipo de sonido encajaba muy bien con la letra que había escrito.
"AUNQUE SEA DE UNA MANERA INCONSCIENTE, SOY UNA ARTISTA QUE LUEGO TAMBIÉN HACE MÚSICA. NO QUIERO SONAR PRETENCIOSA, PERO ANTES QUE NADA SOY UNA ARTISTA VISUAL. MI PRIORIDAD AHORA MISMO ES ESTE DISCO, PERO NO ME SIENTO PARTE DEL MUNDO DE LA MÚSICA. NO LEO REVISTAS MUSICALES NI COSAS DE ÉSAS"