Todavía queda partida
Cibeles ha sido tendencia en Twitter. Marco Asensio es campeón de FIFA 20 con el Real Madrid tras vencer por 2 4 al CD Leganés del pepinero Aitor Ruibal en el torneo solidario #Laligasantanderchallenge de Ibai Llanos. El 16 de marzo, cuando se supo que la La Liga iba a paralizarse, Ibai propuso un campeonato de FIFA con los 20 equipos de primera. En menos de 24 horas se pudo con irmar que la convocatoria había sido un éxito. "142.000 euros recaudados más lo que falta por sumar, que dejará la cifra en unos 180.000 euros para la lucha contra el coronavirus […]. Esto ha sido jodidamente grande. Os quiero a todos", publicaba el caster el 22 de marzo, la misma noche de la inal.
Desde el punto de vista del historiador Xavier Pujadas, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Barcelona y director del Grupo de Investigación e Innovación en Deporte y Sociedad, la propuesta funcionó porque, en primer lugar, fue "una buena idea", y porque "la imposibilidad de reunirse en lugares donde el contacto entre personas pueda aumentar el riesgo de contagio ha dado como resultado que las tecnologías vinculadas a la red tengan un enorme protagonismo en todos los ámbitos. También en el del deporte, obviamente". La participación de jugadores representantes de los equipos de primera división, la implicación de los clubes, la retransmisión por canales de televisión internacionales, la difusión por las redes sociales y la propia naturaleza benéfica del evento han hecho de la convocatoria "un planteamiento exitoso y bien ejecutado", afirma Pujadas.
¿Esto cambiará el fútbol tal y como lo conocemos? "Todavía es demasiado pronto para hacer previsiones; se verá después de entender la magnitud del impacto temporal del confinamiento y, por consiguiente, del impacto económico del mismo en la industria del fútbol profesional, tal y como ya se está reconociendo en muchos medios", responde el historiador. "En general", prosigue, "el deporte espectáculo ha salido airoso de los períodos de crisis o grandes dificultades históricas. En gran medida porque el consumo de deporte espectáculo no se redujo, ya que éste podía actuar como bálsamo en forma de evasión y entretenimiento para los consumidores, incluso en períodos bélicos".
Pero en la actualidad, parece que el fútbol tardará en volver a ser lo que era. "Por el momento tendremos que contentarnos con ver encuentros sin público y con la organización de competiciones de ���������� concluye Xavier Pujadas.
Se va a liar muchísimo
Para Jaume Esteve, autor del libro �������������������������������������������
"la nostalgia no acostumbra a ser una buena compañera de viaje", pero reconoce que hay una conexión con la felicidad en situaciones adversas: "Recuerdo que en mi primer año de universidad, en las navidades de 2001,
Canal+ decidió dar todas las finales de [Michael] Jordan. No es algo exclusivo de ahora, porque hace 20 años se jugaba con eso, pero sí es verdad que probablemente sea un chute de optimismo". Videojuegos, reposiciones de partidos o las chapas han vuelto a ser una opción de entretenimiento durante la cuarentena.
Carlos B., de ���������������� lo achaca a un "movimiento ��������� Para llevar mejor los días de encierro, animó a los usuarios de ��������� a que le enviaran pantallazos de sus partidas para publicarlas en el perfil de Instagram. "Cuando muchos seguidores ven fotos, preguntan, se animan a volver a jugar y quieren ser partícipes de ello. Luego les gusta enseñárselo a los amigos con los que compartían partidas". Carlos lleva jugando a ��� ������ desde hace más de dos décadas, y sigue sin aburrirse. "Apenas tenía responsabilidades y ahora la
cosa ha cambiado, pero siempre tengo tiempo para jugar y hacer capturas para compartirlas con todos los seguidores".
Tiene dos ordenadores en casa: uno dedicado en exclusiva a ��� ������� y otro para el trabajo, aunque en ambos ha instalado el juego. Algo parecido le sucede a Pablo Ruiz Tejedor, director general de FX Interactive y co-fundador de Dinamic Multimedia, empresa creadora de ��� �������� "Tengo instaladas en mi ordenador las versiones 5.0 y 7.0 que el equipo de desarrollo me ha pulido para que funcionen perfectamente en Windows 10. Son los dos referentes que utilizamos para continuar la saga, ahora con un título y un planteamiento mundial, como �������������������������
La larga tradición de simuladores de fútbol de los Ruiz Tejedor (Víctor, Nacho, Pablo y Gaby) con Carlos Abril y Pedro Sudón no comenzó con el ��������������������������������en 1992, sino en 1989 con ����������������������cuando los hermanos mayores de Gaby le regalaron una copia del ������������� ������� traída de Inglaterra. Gaby, ahora ������del Leeds United, explicaba así la idea de Pablo: "Decidió apostar por el PC y crear un videojuego de fútbol sobre la base de ������� ������� ������ y la tecnología multimedia desarrollada hasta la fecha". El primer reto estaba en los gráficos del videojuego, el segundo en afrontar la competición, y el tercero en dar forma a la base de datos.
A comienzos de los 90, en España había mil tiendas de videojuegos y 30.000 quioscos, así que aquella iba a ser la mejor vía para distribuir ��� ������� Sin embargo, la ley no permitía vender un videojuego en los quioscos salvo que fuera un producto editorial, motivo por el que Dinamic Multimedia se asoció con Hobby Press. Ésa es la razón por la que el juego salió al mercado acompañado de una revista. "Iban al quiosco a comprar el periódico o una revista, lo veían y se animaban a probarlo", explica Pablo.
Otra característica eran los comentaristas del juego: Chus del Río (Carlos Martínez desde la versión 7.0) y Michael Robinson, que además había prestado su imagen a ��� ������� Pablo Ruiz cuenta que no estaban buscando un jugador en activo para ello, "sino un experto en fútbol conocido y querido por todos los aficionados, y Michael Robinson con ��� ���� ������� lo bordaba.
Innovador, divertido y con un conocimiento y una pasión por el fútbol que los aficionados no habían visto hacía mucho tiempo en televisión". A Robinson aquella popularidad le resultaba "muy curiosa", porque su carisma funcionó en diferentes públicos, igual que el juego, que gustaba también a los que no seguían el fútbol, incluidos los programadores de la primera versión.
Política de cantera
Cuando empezabas una partida en –pongamos una liga con control total– te sentías en el infrafútbol de la regional. El juego te daba a elegir diez clubes y te tirabas a por el Murcia, por ejemplo, que entonces estaba en el grupo III de la Segunda División B y tenía una media de 57.
Eras, pues, como un Dimitri Piterman dispuesto a cambiarlo todo. El primer fichaje tenía que ser Raúl Martínez, del Valencia B, con su media de 74. Un delantero de la quinta de Francisco Javier Farinós, Rubén Navarro, David Albelda, Miguel Ángel Angulo o Sergio Melgarejo que podías adquirir por 50 millones de pesetas y vender después por una pasta que rozaba la pornografía. "Yo tenía el y me ponía a jugar con mis amigos, pero creo que empezaron a relacionarme con el juego con los años. hizo que mucha gente me conociera, y agradezco que me pusieran tanta media", cuenta el propio Raúl Martínez.
Gaby Ruiz se fijó en él porque firmó 45 tantos en una misma temporada, cosa que es cierta por muy increíble que parezca, pero es que Raúl jugó ese año en cuatro categorías diferentes del Valencia con tan sólo 17 años: Liga Nacional, División de Honor, Primera División y Segunda División B. Sin embargo, su vida fue muy diferente a como la pintaba A día de hoy, Raúl Martínez es coordinador del Elda Promesas y de las categorías inferiores del Club Deportivo Eldense, y aunque su historia tiene grandes momentos –debutó en primera frente al Barça el 9 de marzo de 1996 de la mano de Luis Aragonés, fue internacional Sub-18 y subcampeón en París…–, las lesiones no tuvieron piedad y volvió al barro de las divisiones inferiores, entrando y saliendo de clubes que no pagaban hasta que se retiró en 2008. "No pude disfrutar más del primer equipo del Valencia y me hubiera gustado tener un final feliz, pero al mundo del fútbol le rodean muchas cosas diferentes, no sólo el futbolista: el entrenador, las lesiones, las circunstancias económicas del club… Me hubiera gustado más que me recordaran por haber jugado en el Valencia, pero estoy encantado que se acuerden de mí aunque sea por un juego".
En Raúl Martínez se ganaba la titularidad, pero no era suficiente, ni siquiera la idea del ascenso a segunda, porque había que llenar de estrellas la plantilla. ¿Solución? Encontrar un ojeador que diera con Antonio Araguás y Jon Usandizaga Beldarraín (Usandi), canterano de la Real Sociedad que militó en Eusko Abertzale Ekintza, partido ilegalizado en 2007.
Al final, a base de ojeadores y tenías una línea defensiva a la italiana con Luigi D'apice, Luca Netrella, Alesio Di Bisceglia y Massimo Pazzaglia; un guardameta solvente, Joaquín Moso; un centro del campo con David Albelda, Luis Figo –hay que darse un capricho– y Pablo A. Box; además de una delantera mítica compuesta por Araguás, Raúl Martínez y Usandi.
En el banquillo, otros dos italianos para la defensa (Diego Zangirolami y Aldo Firicano, procedente de la Fiorentina), un meta (Dani Mallo), un atacante para las emergencias (Ramiro González), y otro canterano para el medio campo (Gonzalo Colsa). Una plantilla más que decente para ganar todo lo que se pusiera por delante, como hizo Francisco Izuzquiza con el Tropezón: "El componente de este tipo de juegos te permite hacer realidad lo que en el deporte real sería casi imposible: crearte como jugador y ser el mejor del mundo, convertir al equipo de tu pueblo en campeón de Europa, llevar a cualquier selección a lo alto de un Mundial… Se trata de hacer realidad tus sueños futbolísticos. Por disparatados o imposibles que parezcan, tienes la oportunidad de lograrlo".
Fútbol de madrugada
Una noche de 1994, Julio Maldonado (Maldini) y Gaby Ruiz pasaron la madrugada viendo un Huachipato-o'higgins de la liga chilena, donde un delantero zurdo destacaba por encima de los demás: Jorge Díaz. "Era para no creerlo. Entonces no existía internet o estaba empezando, pero en los anuarios que Maldini tenía en casa descubrimos que este jugador era argentino. Al final terminó entrando en por aquella historia", explicaba Gaby en Carrusel deportivo (Cadena SER). Los parámetros de Jorge Díaz eran de los más altos (90-83-87-95-99-88) y su fichaje aseguraba la vida de cualquier equipo en En la actualidad, Jorge es director técnico de los juveniles del Club Atlético Rosario Central y ha vivido sin saber esta historia: "Me enteré de la existencia del juego en 2019, cuando un periodista chileno compartió conmigo un audio. No conocía el pero me habría gustado jugarlo".
En otra entrevista, esta vez en Gaby recalcaba que Jorge Díaz no era nada conocido, pero que gracias a su inclusión en la gente empezó a saber quién era: "Decidimos meterle entre la lista de los fichajes extranjeros que se podían hacer. Le dimos unos parámetros muy altos porque era muy buen jugador". Jorge Díaz incluso jugó en Europa, en dos clubes de la Bundesliga austriaca desde 1989 a 1990: SK Sturm Graz y SKN St. Pölten. Antes de su periplo por el continente europeo, Jorge disputó en 1987 con Rosario Central un partido en Italia frente al Nápoles de Diego Armando Maradona.
Para Carlos Abril, otro de los puntos fuertes de aparte de su base de datos, era también el cuidado del usuario: "Teníamos un servicio de asistencia técnica que recibía montones de llamadas. También venía gente a nuestras oficinas para que les configuráramos los equipos. Me acuerdo de un señor al que no le funcionaba el y estaba el pobre desesperado y los del SAT no sabían muy bien qué hacer, así que fui a mirarle el ordenador y le resolví el problema. Significó tanto para él que cada año me mandaba una botella de champán por Navidades".
Luego estaban las recomendaciones que recibían por correo postal. Carlos recuerda una en especial que era bastante recurrente: "Nos pedían que se pudieran lanzar almohadillas al campo y que se
pegara al árbitro". También atendieron la petición de Rafa Benítez, entonces entrenador del Real Madrid B, que sugirió un bloc en el juego para hacer anotaciones, dado que él utilizaba ��������� para preparar los partidos. Sin ir más lejos, Benítez ideó su propia aplicación (Globall Coach) a raíz del juego de Dinamic Multimedia.
Con ��� ������ se había creado una legión de "yonquis" que esperaban su dosis en los quioscos. Eugenio Viñas fue uno de ellos: "En la droga fui feliz. Devoré el 5.0 y acumulé cientos de trofeos. El 6.0, con sus extensiones, es el cénit para mí de la adicción audiovisual. Tanto es así que a veces me abandono a un ���������������� muy íntimo escuchando la banda sonora completa [compuesta por José Antonio Martín]". Y apostilla con sarcasmo: "Mientras mis amigos fumaban sus primeros porros, yo estaba encerrado tratando de ganar con cualquier ��������� mi primera Copa del Rey. Nunca sabré si de la heroína o de la cocaína se sale, pero tras recaer en las Navidades de 2018, no creo que del ��������� se pueda salir".
Para cumplir con los plazos, los cierres que sufría el equipo eran infinitos. La versión 5.0 incluso se retrasó dos meses por la introducción del simulador 3D. "Ibas a los quioscos y tenían carteles que anunciaban que ��������� salía la semana siguiente, pero nosotros, como con las últimas versiones íbamos mal de fechas, nos quedábamos toda la noche trabajando y nos íbamos a desayunar por la mañana. Entonces veíamos esos carteles y nos acercábamos a preguntar con cara de reventados: 'Oiga, ¿y el ��� ������ ése cuándo sale?", agrega Carlos Abril.
En estas jornadas maratonianas no faltaban ������ y bebidas en cantidades industriales y, como en el cierre de la versión 5.0, el �����������������de Manowar. "Hay desarrolladores que me cuentan que fue la mejor época de su vida", continúa Carlos. "Éramos jóvenes y pedíamos comida o, cada dos días, íbamos a comprar y llenábamos un carro. Muchas noches, al pasar esa barrera del sueño, nos entraba el punto tonto y algunos se ponían a bailar o a cantar si un error del juego les hacía gracia. Hemos tenido noches de risas salvajes". Y algunos viernes, si se terciaba, salían de copas. "Una vez tuvimos al lado a un grupo de chavales de veintitantos y por la puerta entró alguien que debía de ser amigo de ellos. Cuando le preguntaron dónde había estado, el chico dijo que estuvo recorriéndose todas las tiendas preguntando cuándo salía el ����������y que estaba ya de los nervios. Nos miramos sin decir nada, terminamos las copas y nos fuimos a trabajar otra vez", finaliza Carlos entre risas.
Jugones profesionales
Javier González consiguió su primera liga en ��� ������ con el Atlético de Madrid: "Eran tiempos oscuros en cuanto a títulos ligueros para nuestra gente, y el día que conseguí ganarlo me sentí el niño más feliz del mundo. Un par de años más tarde, y de la mano de Radomir Antic, muchos pudimos comprobar que el Atlético de Madrid también sabía ganar torneos grandes en la realidad".
A los deportistas profesionales les picó el vicio igualmente. Víctor Sánchez del Amo desvelaba que, cuando subió al primer equipo del Real Madrid, Luis Enrique, Míchel y Michael Laudrup echaban partidas que podían durar días. "Se jugaba en un portátil y era fácil llevárselo a las concentraciones", matiza Pablo Ruiz, que reconoce no haber recibido quejas de ningún jugador profesional por sus ����� en el juego. Sin embargo, el mismo Víctor sí pidió que se mejoraran sus puntuaciones, tal y como contaba en la revista del ���������������"¡Pero bueno, me habéis puesto muy poca velocidad. Yo soy más rápido! Y de paso subidme también un poco el regate y el pase…". De hecho, quería igualar su tiro al de Clarence Seedorf. Alberto Adeva, encargado de la base de datos de ��� ������ y de la publicación en papel del juego, fue quien invitó a Víctor a las instalaciones de Dinamic Multimedia: "Le llevé a la oficina y se hizo unas fotos gratis que salieron en la revista. Fue a mi ordenador y empezó a cambiarse los parámetros: '¡Joder, si yo tengo mejor tiro que Seedorf! Estos valores me los voy a subir, que luego juego con mi hermano", detallaba en ��� ����� Y Jaume Esteve, en 2016, añadía en ��� ������������ un dato más: "Si comparas la progresión de Víctor entre el ������������� y el
���� verás que hay como 13 puntos de diferencia, una bestialidad".
Quien acompañaba a Míchel, Laudrup y Luis Enrique era también Quique Sánchez Flores, que prefería el visionado del partido antes que el modo resultado. "Cuando compartía equipo con Laudrup, Quique Sánchez Flores y Luis Enrique", añadía Míchel en el prólogo de ������������ ��� �������� ������ ��� ��� ���������
"vivíamos para nuestra profesión y para esta pasión: juntarnos alrededor de un ordenador en las concentraciones para hacer de entrenadores. Casualmente, a los cuatro nos llevó ese viento y no creo, sin embargo, que por casualidad hoy nos veamos haciendo
��������� a otro nivel, que algunos dirían al máximo nivel, pero que se parece mucho a aquél donde nos empapábamos de una vocación alimentada en este juego de pasión".
Otro canterano apasionado del ��������� es Álvaro Benito, que pasaba las pretemporadas del Real Madrid jugando con Guti en el portátil de Raúl Valbuena. "Había días que no descansábamos lo suficiente por estar enganchados a ������������contaba en ������� �������� (COPE). Pero la fiebre por el ��������� no es exclusivamente merengue. Borja Iglesias, delantero centro del Real Betis, pasaba el rato "gestionando" el Compostela; y en el Fútbol Club Barcelona, los adictos eran Iván de la Peña, Andoni Zubizarreta, Víctor Valdés, Andrés Iniesta y Gerard Piqué, que por culpa de ��� ������ fundó su propia compañía de videojuegos (Kerad Games) para desarrollar ���������������
Quizá fuera ciencia ficción hacerle una manita al Barça con el Murcia –con cuatro goles de Usandi y uno de Raúl Martínez–, pero en la literatura del ��� ������ cabían esas historias y versos tan elegantes como aquel que decía "el ojeador ya tiene informes sobre un futbolista interesante".
O los de Rafael Alberti en ���� �� ������ –el poema de fútbol más importante, según Benjamín Prado– para culminar esta remontada: "Fue la vuelta del mar. Fueron diez rápidas banderas incendiadas sin freno. Fue la vuelta del viento. La vuelta al corazón de la esperanza".