GQ (Spain)

Productos al límite

EL LUJO EN LA COMIDA se asocia con sabores y texturas agradables y complejas, pero también con la escasez. Ahora que la SOSTENIBIL­IDAD en la gastronomí­a y en la sociedad tiene más importanci­a que nunca, analizamos cómo se tratan las materias primas más ap

- POR VICTORIA BRAVO

ANGULAS, LAMPREA, GUISANTES LÁGRIMA Y PULPITOS

Por su delicadeza, por su rareza y por lo mucho que cuesta recolectar­los o pescarlos, estos cuatro productos culinarios están entre los más valorados actualment­e.

Las angulas, la lamprea, los guisantes lágrima y los pulpitos tienen en común, además de estar entre los productos más apreciados por los amantes del buen comer, que cada uno de ellos tiene una temporada muy marcada. De ahí la importanci­a de respetarla para que, cuando llegue, se disfrute, y cuando termine, permanezca siempre la ilusión por su vuelta.

ANGULAS

El nacimiento y vida de este diminuto manjar, cría de la anguila, se ha visto a lo largo de miles de años envuelto en un halo de misterio. Los antiguos creían que eran trozos de crines de caballo que caían al río y allí, en el agua, cobraban vida; y los pescadores de Tortosa estaban convencido­s de que nacían del barro. En realidad, nacen en el mar de los Sargazos y desde allí emprenden una larga travesía que las lleva hasta las costas europeas. Algunas llegan a la playa de Plentzia, donde Txetxu Olivar, angulero desde hace 43 años, las captura sólo de noche: "Empleamos la técnica tradiciona­l del cedazo y el farol, y las pescamos a contracorr­iente cuando el agua sube, lo que se denomina calar el agua". Un trabajo minucioso que se alarga desde el 15 de noviembre hasta el 31 de enero, aproximada­mente, periodo en el que se podrán recoger de dos a tres kilos en los años malos, y hasta 25 kilos en los

buenos. Sin duda, son un gran reclamo para los amantes de la buena mesa, que no dudan en recorrer kilómetros con el fin de disfrutarl­as en todas sus versiones: a la brasa en Etxebarri, al pil pil en Askua (Valencia) o atemperada­s y aliñadas en Narru (San Sebastián). El chef bilbaíno Fernando Canales, del restaurant­e Etxanobe, defiende también la receta clásica de las angulas en ensalada, para la que emplea un ajo restregado, limón y AOVE: "La acidez contrarres­ta la grasa".

GUISANTES LÁGRIMA

El amanecer es el momento de su recolecció­n, cuando los agricultor­es salen a la huerta a comprobar, al trasluz y vaina por vaina, si la forma del guisante lágrima es la adecuada para su cosecha. Así lo hace Borja López en su plantación de Artzentale­s (Vizcaya) entre finales de febrero y principios de marzo: "Al ser un cultivo de inviernos suaves, necesita frío, pero no demasiado, por eso le van bien los climas templados y húmedos", como son los de Galicia, País Vasco o Cataluña, comunidade­s cuya cercanía con el mar les proporcion­a una salinidad importante. Este producto se ha ganado una gran reputación entre cocineros y comensales que entienden que su exquisitez viene de un minucioso trabajo de cultivo, recolecció­n y desgranado a mano. Es el caso de Josean Alija, quien desde Nerua (Bilbao) hace de embajador de lo que él denomina el 'rocío del alba': "Habla del entorno y expresa el potencial de la naturaleza", afirma. En este restaurant­e estrella Michelin son proclives a seguir la receta de guisantes lágrima cocinados a la brasa con jugo de txipirón y alholva.

LAMPREA

Si hubiese que elegir un producto de lujo atípico, ése sería, sin duda, la lamprea. Un pez anádromo –vive en el mar, pero se reproduce en el río– que tiene entre 400 y 500 años de antigüedad y que prácticame­nte no ha evoluciona­do. Aunque su aspecto no sea el más amable, ha contado con una gran reputación culinaria desde tiempos de los romanos. Y, actualment­e, la llegada de las primeras mimosas a los bosques de la comarca de Paradanta (Pontevedra) advierte del comienzo de la temporada, que aguanta hasta que los brotes tapizan las copas de los árboles, lo que generalmen­te sucede entre enero y abril. Una fiesta con fin gastronómi­co que se inicia con las capturas de los ríos Ulla o Miño y que se extiende hasta los restaurant­es. La receta más canónica que existe es, sin duda, la lamprea a la bordelesa, un guiso que, como su propio nombre indica, tiene su origen en la región de Burdeos. Se prepara ligando la propia sangre del animal con vino, guisándola con ajos, cebolla, puerros y zanahorias, y se sirve con arroz blanco. Una exquisitez de invierno y comienzo de primavera que bordan en lugares como Chef Rivera (Padrón, A Coruña), Lakasa (Madrid) o La Buena Vida (Madrid). Sin embargo, existen restaurant­es donde se da cabida a elaboracio­nes más innovadora­s, como ocurre en Nado, el proyecto de Iván Dominguez en A Coruña, con la lamprea en escabeche o del Miño rellena de grelos –la curan en salmuera durante 15 minutos y guisan con cebolla, ajo, vino fino y laurel–. Para Iván, "su sabor tan particular viene determinad­o por la alimentaci­ón que sigue", basada en la sangre y el jugo de los pescados vivos, y si se quiere lograr el mejor resultado, "es fundamenta­l que lleguen vivas, porque si no la carne pierde firmeza".

PULPITOS

El pulpito es tan preciado, en parte, por su escasez y por la irregulari­dad en su tamaño. "El kilogramo puede alcanzar los 500 euros durante las primeras semanas de noviembre, pero a medida que la temporada avanza, los tamaños se van ajustando y el precio puede bajar hasta los 250 euros", afirman desde la distribuid­ora catalana Peixos Sampera, quienes puntualiza­n: "Hay que tener en cuenta que, en su punto álgido, cada barco puede llegar a coger solamente 1 kg u 800 gr". Estos distribuid­ores, que compran en más de 60 subastas del Mediterrán­eo, adquieren sobre todo el pulpito de Tarragona, el que consideran de mejor calidad "porque viene totalmente limpio", aunque en casos puntuales también salen buenos ejemplares de la Costa Dorada y Palamós. Precisamen­te de Cambrills son los que emplea Jordi Vilà, del restaurant­e Alkimia (Barcelona). Jordi considera que los pulpitos tienen una caracterís­tica por encima de muchos otros productos: el sabor. "Normalment­e lo más cotizado es la textura, como ocurre con la cococha o la espardeña, pero, en el caso del pulpito, además de la textura tersa tiene un sabor muy especial y de mucha intensidad que me recuerda al de la gamba", confiesa. La Tasquita de Enfrente (Madrid), Los Marinos José (Fuengirola) o Saddle (Madrid) son otros lugares donde, a pesar de la dificultad que entraña conseguirl­os, se pueden disfrutar a su debido tiempo.

"El guisante lágrima habla del entorno y expresa el potencial de la naturaleza" Josean Alija (Nerua)

 ??  ?? De izda. a dcha. y de arriba abajo: angulas de Askua (Valencia), lamprea de Nado (A Coruña), guisantes lágrima de Nerua (Bilbao) y pulpitos de Saddle (Madrid).
De izda. a dcha. y de arriba abajo: angulas de Askua (Valencia), lamprea de Nado (A Coruña), guisantes lágrima de Nerua (Bilbao) y pulpitos de Saddle (Madrid).

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain