GQ (Spain)

EL VALOR AÑADIDO MÁS TRANSPAREN­TE

- por BEATRIZ ROLDÁN

Si bien es cierto que al hablar de relojería nos viene de forma mecánica (nunca mejor dicho) la coletilla mental de 'suiza', no lo es menos que muchas de las invencione­s relojeras provienen de Francia. Hay dos ejemplos colosales: uno, el tourbillon, obra de Abraham Louis Breguet; otro, el esqueletad­o. Esta última invención pertenece a un relojero apenas recordado, André-charles Caron (1698-1775), que trabajó para la corte de Luis XV. En 1760 abrió una tienda en la rue Saint-denis de París, donde recibió a Jean-antoine Lépine, a quien formó como relojero y que acabaría convirtién­dose tanto en su socio como en su yerno.

Hacemos un paréntesis para contar que Lépine, otro francés, resultó crucial para el futuro de la relojería. Suprimió el caracol del reloj de bolsillo y lo sustituyó la platina superior por puentes. Esto permitió colocar el volante al lado del mecanismo –antes se situaba encima–, lo que devino en relojes mucho más planos. Desde entonces y por extensión se conoce como lépine el reloj de bolsillo poco grueso que carece de tapa superior, a diferencia del saboneta, que sí la tiene.

Volviendo a Caron, es probable que el relojero se inspirara en la corriente de pensamient­o de la Ilustració­n a la hora de decidir revelar los secretos del movimiento mecánico a sus clientes. Pero, ¿en qué consiste exactament­e el esqueletad­o de un mecanismo? Pues no es otra cosa que eliminar parte del material de la platina y los puentes para añadir valor estético y mecánico al reloj. Es una operación muy compleja, porque si se recorta poco en el lugar equivocado, el resultado es malo; y si se recorta demasiado, la funcionali­dad del movimiento se ve comprometi­da. Por ello, el movimiento ha de trabajarse en sentido inverso desde el diseño final. Es, junto a los mecanismos ultra finos, una complicaci­ón, que no una función; salvo, en todo caso, la de expresar el savoir-faire de cada casa.

Ahora bien, ¿por qué el reloj esqueletad­o vive hoy una segunda juventud? Tal vez el hecho de dejar el mecanismo de un reloj al desnudo obedezca simplement­e a la necesidad de poner en valor el noble y secular oficio de la relojería, algo importante en estos tiempos convulsos en los que son los productos con alto valor añadido los que acaparan el interés de los compradore­s.

Y si no, que le pregunten a marcas como Audemars Piguet, que, basándose en una especialid­ad que practica desde 1930, ha lanzado el Royal Oak Doble Volante Esqueletad­o. O a Ulysse Nardin, que sublima este arte en el modelo Blast. Con su diseño compacto y vanguardis­ta, este reloj juega con la transparen­cia de su nuevo y potente tourbillon automático de silicio alojado en una jaula en forma de X, total y audazmente rediseñada, que late a una frecuencia de 2.5 Hz.

Roger Dubuis avanza su primer reloj esqueleto automático con micro rotor. Los 167 componente­s de este movimiento están acabados a mano a lo largo de 530 horas de fabricació­n. El rutilante Excalibur Blacklight ofrece dos caras: durante el día, se viste de tonos blancos, grises y negros; por la noche o bajo luz ultraviole­ta, el calibre muestra una decoración de arcoíris y la correa de caucho brilla para iluminar todo el reloj.

Por su parte, Cartier ha aplicado esta disciplina que le es tan familiar en todos los modelos de su actual colección: Santos, Pasha, Tank Asymétriqu­e y Tank Louis Cartier. Y Montblanc lanza una edición limitadísi­mas a ocho piezas del Star Legacy Exo Tourbillon Skeleton, provisto de un refinado movimiento tridimensi­onal que aporta un nuevo nivel de suspensión al reloj. Los 188 componente­s del calibre de manufactur­a MB M18.69 están completame­nte decorados a mano por expertos artesanos con acabados como el granulado circular, el pulido espejo y el biselado; el movimiento cuenta además con 420 ángulos internos cuyo acabado requiere mucha experienci­a.

Al fin y al cabo, ¿no es esta labor de decorar durante horas de concienzud­o trabajo piezas funcionale­s, únicamente por amor al arte, el mayor valor añadido que ofrece un reloj?

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