EL SUEÑO DE TOKIO SIGUE MUY VIVO
La crisis sanitaria le dejó el año pasado sin participar en sus cuartos JJ OO, pero el ‘mountain biker’ Carlos Coloma, nuestro último medallista en Río 2016 y nuevo embajador de Breitling, tiene entre ceja y ceja llegar –a sus casi 40 años– a la cita olímpica de este verano para intentar subirse de nuevo al podio.
CORRÍA EL 21 DE AGOSTO de 2016. Los Juegos alguna gran prueba por disputarse. El equipo español, sin embargo, ya daba prácticamente por cerrado su medallero con 16 preseas, porque no se vislumbraba ninguna opción clara para la tarde del último día. Pero ahí estaba Carlos Coloma (Logroño, 1981), que había sido sexto en Londres 2012, con muchas ganas de darnos una última alegría en la carrera masculina de entre cuestas empinadas y barro con el francés Maxime Marotte, uno de los grandes favoritos, se alzó con una medalla de bronce que celebró con una emoción que nos levantó a todos del sofá. "Los recuerdos son increíbles, porque con esa medalla empatamos el medallero de Londres y para mí supuso cerrar el círculo de una carrera deportiva muy larga y con muchos éxitos desde la categoría júnior, pero también en la que he pasado muchos malos ratos por las lesiones", cuenta Coloma.
Cuatro años y medio después de aquello, el riojano sigue siendo el último español en subirse a un podio en unos JJ OO de verano. A estas alturas debería haber tenido un sucesor, pero, como todo el mundo sabe, la cita de Tokio 2020 fue aplazada a este año debido a la crisis sanitaria. Y aunque el bronce de Río supusiera para Coloma cerrar un círculo (lo consiguió con prácticamente 35 años, en sus terceros juegos y con una dilatada carrera deportiva que echó a andar el siglo pasado), tiene entre ceja y ceja llegar de nuevo a competir contra los mejores del mundo en la capital nipona. Y, por qué no, subirse otra vez al cajón con casi 40 años. "Siempre he tenido muy claro cómo al que creo que puedo estar, lucharé al máximo por hacerme con la plaza olímpica y por defender al país al 100%", asegura. "Y si no es así y hay compañeros con mejor nivel, siempre he también mi forma de ser".
Su deporte es de máxima exigencia y mantenerse en lo alto durante tantos años requiere de muchísima disciplina y también de algo de locura. No en vano, en su mentalidad: "Me lo hice tras los JJ OO de Río, porque después de lo que había conseguido no quería olvidarme de que había que seguir hambriento, que había que seguir alocado". Hablando de locura, Coloma se ha metido en una aventura que no tiene parangón en el ciclismo profesional: dirige a un equipo de mountain bike a la vez que compite. Se llama BH Templo Cafés. Él se encarga tanto de la dirección deportiva como de la captación de sponsors y no es un equipo cualquiera, ya que reúne a la mayoría de los españoles con más presente y futuro de su deporte, como Rocío García (ya tiene plaza para Tokio), Pablo Rodríguez y David Valero (probablemente será el segundo integrante del equipo olímpico español masculino). "Es un esfuerzo diario bastante grande, porque tienes que cambiar de perspectiva y velar por el futuro de los corredores, no sólo por el tuyo, y hacer que el proyecto sea sostenible para los próximos años, motivando a las marcas y a los patrocinadores en este momento tan difícil para que no se caiga ninguno. Pero la satisfacción que te da luego hace que todo merezca la pena". Por si fuera poco, también es uno de los embajadores españoles de una manufactura tan prestigiosa como Breitling: y es un apoyo fundamental para mí y que me ayuda a seguir adelante". Próximo destino (crucemos los dedos): Tokio.