CARTA DEL DIRECTOR
NO ESTAMOS DESVELANDO nada si decimos que, muchas veces, los protagonistas de las revistas lo son porque de alguna forma quieren serlo, esto es, tienen algo que contar y algo que decir. O, traducido a un lenguaje mucho más prosaico: tienen algo que promocionar. Muchas veces, las uniones son naturales y los diálogos sinceros; otras, la estrella te dirá que no quiere fotografiarse porque justo en ese momento no tiene ningún disco nuevo en streaming o ninguna película en cartelera. Es así, y tampoco pasa nada.
Pero justo por esa razón, nuestra aventura con Zayn Malik es mucho más especial: no es que no haya nada que promocionar, es que él no quiere promocionar nada de lo que tiene. Hace tiempo eligió una vida de calma y exposición mínima, saca discos y parece que nadie sabe que lo hace porque ni siquiera nos lo recuerda. Justo por esa razón nos apetecía tanto hacer algo con él. Es una estrella de 40 millones de seguidores, es pareja de Gigi Hadid, con quien tiene además una hija, y es ex miembro de la que fue la boy band más famosa del planeta. Correcto… Pero también es un tipo que ha asumido sus dudas, que ha abrazado sus problemas y que, a lo Robert Graves, dijo 'adiós a todo eso' sin remordimientos. Probablemente este reportaje sea el único que haga en estos meses; antes tampoco ha hecho ningún otro. Sería una exclusiva si no nos diera igual si lo es o no: lo único que queríamos era hacer algo bonito con alguien que sólo lo hace, precisamente, porque cree que es algo bonito.
Sin duda, un ejemplo de ese ' No Labels' que ponemos en portada, de hombres que no necesitan etiquetas de ningún tipo y no aceptan que se las pongan otros. Tampoco las ha querido nunca John Waters (de hecho, defecaría en ellas); Alba Reche, estrella del pop patrio que revolucionó la televisión mainstream renunciando precisamente a las etiquetas; los diseñadores Dolce & Gabbana, siempre únicos, siempre con sus propias normas; Olly Alexander, que ha roto moldes con la serie It’s a Sin buscando romper prejuicios y barreras absurdas; o Friedrich Kunath, artista inclasificable.
Hay una frase maravillosa del escritor Jean Genet que funciona muy bien para explicar todo esto: "¿De verdad es tan importante hablar directamente sobre mí? Prefiero describirme con las caricias que guardo para mi amante". Estamos empeñados en compartimentar, etiquetar, querer saber todo sobre los demás… Y supongo que hay un momento en el que no está mal del todo decir que no, que de eso nada.