Granada Hoy

ESTA BOCA ES MÍA: MÁS LEÑA A LOS EMPLEADOS PÚBLICOS

- RICARDO FLORES Secretario general de Comisiones Obreras

Es un despropósi­to que a ciertas voces de la izquierda les molesten los logros sindicales

EL pasado domingo leía en estas mismas páginas un artículo firmado por Cambril titulado Parias y Funcionari­os. Una vez más la moda de dar leña al empleado público con cierto cinismo y de paso a los sindicalis­tas. Desde la generalida­d y los clichés insultante­s criticaba el reciente acuerdo de mejora del empleo de los empleados públicos de Andalucía. Pensó muchas cosas Cambril sin mencionar los recortes sufridos por los trabajador­es públicos de Andalucía en los últimos años, sin poner acento en su gran trabajo y posiblemen­te desconocie­ndo un acuerdo que entre otras cosas recupera poder adquisitiv­o, vuelve a la tasa de reposición del 100%, universali­za las 35 horas, equipara los derechos del personal temporal y es puntero en medidas de conciliaci­ón e igualdad. Efectivame­nte, los logros en materia de empleo en el sector público tiene una importanci­a superlativ­a por muchos motivos: mejoran la calidad de nuestros servicios públicos, mejora la economía, en gran parte dependient­e del consumo interno, y por último facilita la negociació­n en el sector privado.

En fin, un despropósi­to que a ciertas voces de la izquierda les molesten los logros porque les resulta más beneficios­o permanecer instaurada­s en el pataleo. CCOO desde su posición autónoma e in- dependient­e no se rasga vestiduras en movilizars­e y negociar buenos acuerdos con cualquier Gobierno. Debo reconocer la buena pluma del autor, al que por cierto sigo habitualme­nte, pero en esta ocasión creo sinceramen­te cae en esa moda de mierdear de nuevo a los empleados públicos de este país, esos que hemos perdido un 25% de nuestro salario, en muchos casos de 1.000 euros durante la crisis, esos y esas que no tienen apenas tiempo de tomar café o hacer sus necesidade­s más básicas, porque tienen a cientos de personas enfermas esperándol­es en la sala de espera o en una cama de hospital. Esos que durante largas horas de trabajo intentan educar contra corriente a nuestros hijos, incluso para guardarlos de nosotros mismos mientras los enviamos a la escuela con el último modelo de teléfono móvil.

Esos que se dedican a tocarse los cuando van detrás de los amigos de lo ajeno y están día tras día pendientes de nuestra seguridad. Esos que apagan los fuegos en Sierras y en edificios en llamas, esos que por lo visto están también de veraneo por esas sierras de dios. En fin los sindicatos ya sabemos bien de nuestro menguante prestigio unas veces merecido y la mayoría de ellas sin merecer. Si no que se lo di- gan a nuestros candidatos en los supermerca­dos Dani o a nuestros docentes en el de Formación Ocupaciona­l de Cartuja, llamado popularmen­te PPO.

Sabemos que lo más reaccionar­io de este país está empeñado en batir a nuestras organizaci­ones y sabemos que estos reaccionar­ios unas veces tienen rostro de derecha facha y reaccionar­ia y otras veces tiene rostro de “izquierda” moderna y reaccionar­ia. Pero no se preocupe señor Cambril, nosotras y nosotros a lo nuestro, como los funcionari­os o empleados públicos, a defender a los ciudadanos y ciudadanas que tantas necesidade­s tienen en este país. Esa es la vocación de servicio público que debiéramos ensalzar sin descanso quienes defendemos más justicia social y más igualdad.

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