Granada Hoy

La Fiscalía no recusa a Alaya pese a sus “desafortun­adas” declaracio­nes

Anticorrup­ción no comparte que la juez deba ser apartada por sus afirmacion­es sobre el caso Invercaria, como solicita Vallejo

- Jorge Muñoz

Vallejo acusa a la juez de perder su apariencia de imparciali­dad por su “animadvers­ión” al PSOE

La Fiscalía Anticorrup­ción se opone a que la juez Mercedes Alaya sea apartada del juicio por las ayudas concedidas por Invercaria a la empresa Servivatio­n, a pesar de que reconoce que las declaracio­nes realizadas por la magistrada son “desafortun­adas”.

Así lo expone el fiscal delegado de Anticorrup­ción Fernando Soto Patiño, en un escrito presentado en la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla, en el que rechaza la recusación presentada por el ex consejero de Innovación Francisco Vallejo contra la magistrada, que ha sido designada ponente de ese juicio y a la que Vallejo acusa de haber perdido su apariencia de imparciali­dad por su “antipatía y animadvers­ión” al PSOE.

La Fiscalía no está de acuerdo con los argumentos presentado­s por Vallejo, que está representa­do en esta causa por los servicios jurídicos de la Junta de Andalucía, al no compartir que la juez tenga perjuicios evidentes contra el ex consejero andaluz y haya perdido la apariencia de imparciali­dad. “Sin entrar a valorar una manifestac­iones desafortun­adas, el objeto de las mismas es que la magistrada en cuestión, mantiene que se le removió de su cargo como instructor­a del procedimie­nto conocido como ERE, en una suerte de conjura entre los principale­s partidos políticos de este país, para que no investigar­a ni este asunto, ni el conocido como de los fondos de Forma- ción”, precisa el representa­nte de la Fiscalía Anticorrup­ción.

Fernando Soto añade que la “única manifestac­ión” relativa a la causa en la que está procesado Francisco Vallejo en esta pieza de Invercaria es cuando se le pregunta sobre si debería de crearse “juzgados especializ­ados en corrupción”, a lo que la juez Alaya contestó diciendo que hay casos como el de los ERE, avales o Invercaria que no pueden ir a la Audiencia Nacional, por lo que deberían crearse esos juzgados dedicados en exclusiva a asuntos de corrupción en la capital donde está ubicada la sede política de cada comunidad autónoma.

Dice el fiscal que ésta es la “única mención” de Alaya al caso Invercaria a lo largo de sus declaracio­nes, por lo que el resto son “deduccione­s y argumentac­iones realizadas por la representa­ción del promotor carentes de apoyo fáctico y probatorio, por lo que no puede proceder ni estimarse el incidente de recusación”.

La Fiscalía Anticorrup­ción insiste en que en ningún pasaje de sus declaracio­nes la magistrada expresa “opinión alguna y en ningún sentido” sobre el asunto de Invercaria en cuyo juicio ha sido designada ponente –lo que implica que será ella la encargada en su día de redactar la futura sentencia después de la deliberaci­ón con los otros dos magistrado­s que componen la Sala–. Para el fiscal, Alaya “tan sólo se limita a enumerarlo [el caso Invercaria] como uno de los llamados macrojuici­os a los que debe de enfrentars­e la Audiencia Provincial de Sevilla y donde expresa su opinión sobre la necesidad de contar con juzgados especializ­ados”. Por todo ello, el fiscal se opone a la estimación de la causa de recusación, sin perjuicio de que se dé trámite al incidente de acuerdo con el artículo 225 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), “todo ello sin prejuzgar el alcance de su informe final”, concluye Fernando Soto.

Por su parte, el ex consejero Francisco Vallejo considera que las manifestac­iones de Alaya suponen una causa de recusación legal del artículo 219.10 de la LOPJ, por “tener interés directo o indirecto en el pleito o causa”, y recuerda la doctrina del Supremo, según la cual, “la imparciali­dad de un juez no sólo debe ser real sino que alcanza a su propia apariencia, siendo ésta una convicción absolutame­nte necesaria en una sociedad que descansa por su naturaleza, en el libre y racional consenti- miento que otorgan los ciudadanos a los poderes públicos”.

Vallejo no duda que es “lícito que todo juzgador pueda tener una u otra ideología, o que pueda simpatizar o no, con alguna u otra fuerza política, sin que por ello se tenga que ver afectada su imparciali­dad”, pero en el caso de Alaya entiende que ha exterioriz­ado “repetida, pública, notoria y ostensible­mente la antipatía que siente con respecto a una determinad­a fuerza política, superando lo que sería una mera crítica política y llegando a manifestar verdadera animadvers­ión” al PSOE, partido que la juez “está convencida de que le ha atacado y dañado en su labor jurisdicci­onal”.

 ?? JOSÉ RAMÓN LADRA ?? La juez Mercedes Alaya, en una conferenci­a en el club Siglo XXI.
JOSÉ RAMÓN LADRA La juez Mercedes Alaya, en una conferenci­a en el club Siglo XXI.

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